22 de junio de 2025
TORMENTA GEOPOLíTICA
Cómo la escalada Irán-EE.UU-Israel impacta a la Argentina
La situación entre Irán, Estados Unidos, Israel y los aliados de Irán, como China y Rusia, es un polvorín geopolítico que pega de lleno en Argentina bajo el gobierno de Javier Milei, especialmente en lo económico y energético.
En lo político, Milei ha dejado claro su alineamiento con Estados Unidos e Israel, con un discurso libertario y pro-occidental que marca una ruptura con la neutralidad o los equilibrios que mantenían gobiernos anteriores. Esto puede traerle beneficios, como un respaldo diplomático más sólido de Washington, que podría facilitar acuerdos con el FMI para renegociar la deuda externa, algo crítico para nuestro país hoy.
Pero ,alinearse tanto con un lado tiene su costo. China y Rusia son socios comerciales clave: China compra gran parte de la soja y carne argentina, y Rusia provee insumos energéticos y ha invertido en proyectos estratégicos. Si la escalada global tensa esas relaciones, Argentina podría perder acceso a mercados o inversiones. Por ejemplo, China podría reducir compras de commodities si interpreta la postura de Milei como hostil, y eso pega directo en las exportaciones, que son el oxígeno de la economía.
Ahora, lo económico, que es donde más duele. Argentina es un gigante agroexportador, y la tensión geopolítica puede disparar los precios internacionales de granos y alimentos, porque conflictos en Medio Oriente suelen generar incertidumbre en los mercados. Esto, a priori, beneficia al campo argentino: más ingresos por soja, maíz o trigo.
Pero no nos olvidemos que nuestro país importa cerca del 20% de energía, especialmente gas y combustibles. Si el conflicto entre Irán e Israel sube el precio del petróleo –y ya estamos viendo movimientos en esa dirección–, el costo de importar energía se dispara. Esto alimenta la inflación, que Milei está intentando controlar con políticas de ajuste. Un aumento en los combustibles no solo encarece el transporte, sino también la producción interna, desde fertilizantes hasta bienes de consumo.
En lo energético, Argentina tiene un talón de Aquiles: pese a Vaca Muerta, esta no es autosuficiente. La producción local de gas y petróleo no cubre la demanda, y dependemos de importaciones, sobre todo en invierno. Si Irán, un jugador clave en el mercado petrolero, se ve más sancionado o sus exportaciones se restringen, los precios globales suben, y Argentina paga más caro.
Por ejemplo, el barril de Brent ya ronda valores altos, y un conflicto prolongado podría empujarlo aún más, afectando la balanza comercial. Milei apuesta a liberalizar el sector energético para atraer inversiones, pero esas inversiones, muchas de firmas chinas o rusas, podrían enfriarse si el gobierno se alinea demasiado con Estados Unidos.
Además, está el tema del litio, un recurso estratégico donde Argentina es potencia. China es el mayor inversor en proyectos de litio en el norte del país. Si la tensión con China crece, podrían frenarse esos proyectos, justo cuando el litio es clave para financiar la transición económica que Milei quiere impulsar. Perder esas inversiones sería un golpe duro para un país que necesita dólares frescos.
Argentina en este conflicto global está caminando por una una cuerda floja. Políticamente, el alineamiento con Occidente puede abrir puertas, pero arriesga relaciones con China y Rusia. Económicamente, hay oportunidades en el boom de precios de commodities, pero el riesgo de más inflación por energía cara y la posible pérdida de inversiones extranjeras pesan más. Milei necesita un equilibrio fino para no quedar atrapado en una tormenta que no controla.