El 2024 comenzó con complicaciones para el gobierno nacional de Javier Milei. Pese a que la Cámara de Diputados aprobó en términos generales la Ley Ómnibus, la tensión entre el oficialismo y la oposición dialoguista llegó a puntos muy elevados tanto en las semanas de negociaciones como en los tres días de discusión en el recinto.
El presidente deberá tener precaución a la hora de encarar futuras negociaciones, sobre todo porque continuará el tratamiento de la Ley en particular el próximo martes a las 14 horas. Durante las discusiones y los arreglos con los dialoguistas, el gobierno demostró en reiteradas oportunidades su inexperiencia a la hora de gobernar y si continua con su postura confrontativa, tendrá menos posibilidades de sancionar leyes favorables a sus intereses.
Mientras tanto, fuera del ámbito de la rosca, el ciudadano de a pie sufre los aumentos constantes en los precios y la fuerte inflación, que alcanzó el 25% en el último índice del Indec. Contemplando la cuota de responsabilidad de la gestión de Alberto Fernández, el presidente repitió en reiteradas ocasiones luego de ganar la elección que “el ajuste es inevitable”. Sin embargo, la paciencia y el bolsillo de la población pasan a ser enemigos.
Con este contexto de tensión política, económica y social, las principales encuestadoras publicaron sus primeros estudios de opinión del 2024, que arrojaron números preocupantes para el gobierno nacional en poco más de cincuenta días de gobierno. Reflejan caídas en la imagen positiva del presidente, además de una creciente desconfianza en las políticas aplicadas.
El factor económico como factor preponderante de la caída de la imagen
Durante los primeros días del nuevo gobierno se registraron aumentos de todo tipo. La liberación de precios produjo subas en alimentos básicos, combustibles y la canasta escolar. En sintonía con las subas en las tarifas del transporte público y los posteriores incrementos en energía.
En diálogo con La Tecla, los consultores Gustavo Marangoni (MyR Asociados); Pablo Roma (Circuitos) y Federico González (Federico González y Asociados) analizaron la pérdida de imagen positiva del presidente Javier Milei en los últimos sondeos y cómo quedó posicionado políticamente luego de las tensiones en las negociaciones con la Ley Ómnibus.
Los tres analistas coincidieron en que el principal factor en la caída se ve por los constantes aumentos de precios y la inflación. En ese sentido, Roma indicó otro de los factores es “que no queda claro cuál es el rumbo para la sociedad, cuál es el rumbo para un sector”.
“Hay un sector que lo acompañó en el balotaje, pero que necesita algunas certezas más allá del propio discurso y esas certezas tienen que ver con hechos objetivos, fundamentalmente las mejoras en lo económico”, indicó.
En sintonía, Gustavo Marangoni también identificó como problema a la situación económica, pero no se olvidó de la responsabilidad compartida con el gobierno de Alberto Fernández: “Yo creo que ya particularmente cada uno tiene que hacerse cargo de una parte o cada uno o al que le toca”, aseguró el politólogo.
“Creo que todo lo que tiene que ver con la inflación, los aumentos de precios y con los ingresos de la gente, formales, informales. Es lo que impacta más en el juicio de la sociedad”, añadió el referente de MyR Asociados.
Para Federico González, la caída en la imagen es porque “el presidente cometió errores”. Allí sentenció: “Me parece que lo que planteó todavía no dio ningún resultado claramente positivo en nada. Tampoco dio señales ni argumentos. Ni comentó, ni explicó. Es decir, quedó en algo muy genérico, que vamos a estar, que tenemos que estar mal porque estábamos horribles y si no hacíamos lo que él propuso hacer íbamos a estar peor”.
Ley Ómnibus, negociación con los dialoguistas y la dolarización en el horizonte
Como marcan gran parte de las encuestas publicadas durante el mes de enero, una buena parte de la población rechaza las reformas del DNU y la Ley Ómnibus. Para Roma, esta situación se da porque “son políticas de ajuste, liberación de todos los precios, menos de los salarios, y una transferencia de ingresos de los sectores medios y los sectores populares hacia los sectores más concentrados”.
Para el analista, las tensiones y demoras de las negociaciones formaron parte de una “estrategia errónea” del presidente. Y argumentó que el “espíritu de la ley” se mantiene en pie “fundamentalmente por los aliados, pese a los constantes cruces.
“No por la estrategia del gobierno, sino que ha tenido una estrategia de tensión y confrontación fundamentalmente con los aliados que mayor disposición tenían a votarle”, sentenció.
Para el titular de Federico González y Asociados, Milei tomó actitudes “ortodoxas”, similares a las de Néstor Kirchner: “Tiene un discurso para la tribuna Que es muy triunfalista, muy inflexible, muy fundacional. Que nosotros somos la virtud y que nos paramos en eso y no vamos a negociar. Pero, si lo juzgamos por los hechos, me parece que negoció. Para la tribuna era un discurso, pero a la hora de las realidades era más ortodoxo de lo que parecía, en algunas circunstancias”.
En contraposición, Marangoni cree que Milei sigue con intenciones de dolarizar la economía y que miró de reojo el tratamiento de la Ley Ómnibus. Fundamentó su respuesta analizando que “la ley tenía 664 artículos originalmente, ahora tiene 300 menos. Él sacrificó muchas cosas a esa ley, y no con tanto dolor aparentemente”.
“Me da la impresión de que la ley tiene su importancia, pero relativa. Y la dolarización o la competencia de monedas sigue siendo el norte que guía su acción de gobierno”, aseguró el politólogo.
Show de encuestas: caída de la imagen positiva y rechazo al rumbo económico
Una de las encuestas que marca esta tendencia es la que realizó Zuban Córdoba. En el estudio indican que en 50 días de gobierno, la imagen negativa de Milei asciende al 55.2%. En términos de aprobación del gobierno, el rechazo llega al 52.8%, mientras que el 54.4% cree que va en “dirección incorrecta”.
A su vez, marcó que los encuestados dejaron de creer que “el ajuste lo paga la casta”. El resultado arrojó un 52% de desacuerdo con esa frase. En contraposición, un 56.2% está de acuerdo con que el ajuste “lo está pagando la gente”.
Otra encuesta que muestra la poca creencia en el término “casta” es la que publicó la Consultora Analogías, ya que un 52% cree que el ajuste “lo pagan los trabajadores” y solo un 33% cree que el recorte lo percibe la política. En otra arista, un 46.6% sostiene que son los grandes empresarios los más beneficiados por las políticas económicas.
Más de la mitad de los encuestados no aprueba los recortes en salud, ciencia y educación, sumado a que el 53% se posicionó contra la idea de dolarizar la economía. En términos de imagen hay mucha polarización. Un 49.4% le dio el visto bueno, mientras que la imagen negativa asciende al 44.8%, con el 5.8 restante de indecisos.
Un estudio que realizó la Universidad de San Andrés también marcó una baja del 6% en la imagen positiva del presidente con respecto a diciembre del 2023. La aceptación llegó al 48%, cuando el mes pasado alcanzaba el 54%. Además, un 71% de los encuestados no está contento con la situación del país y el 51% mostró rechazo al DNU y la Ley Ómnibus.
La consultora Opinaia realiza un “termómetro ciudadano”, para hacer estudios de opinión. Tras su asunción el 10 de diciembre, el sondeo arrojó un 55% de evaluación positiva sobre su futura gestión. Pero en un lapso de 30 días perdió veinte puntos de valoración. Con paridad, un 35% aprueba lo hecho por el presidente libertario, mientras que un 32% expresó su rechazo.
Lo que respecta al estudio de la consultora Circuitos, refleja una fuerte polarización entre la imagen positiva y negativa del presidente Javier Milei, en sintonía con la grieta que vive la sociedad. Cosecha un 45% de aprobación (entre buena y muy buena imagen), mientras que el 48.9% muestra rechazo (tomando las respuestas regular, malas y muy malas).
Pese a la paridad en cuestiones de imagen, hay mayor rechazo a las políticas que efectuó el presidente en sus 50 días de gestión. Un 43.5% mostró su descontento, mientras que el 35.5% cree que los más beneficiados son los grandes empresarios, y el 50.3% pone a los trabajadores como los mayores perjudicados.
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