El Gobierno bonaerense ya tiene listo el Presupuesto y la Ley Impositiva para el ejercicio 2024, pero ha demorado su presentación a la espera de la resolución definitiva del mapa político, que terminará de resolverse este domingo, nada menos que con el balotaje presidencial.
Si quien resulta ganador es Sergio Massa, Kicillof mandará esas leyes clave a la Legislatura la semana que viene. En cambio, si quien resulta elegido presidente es Javier Milei habrá sustanciales retoques en la previsión de gastos y recursos para el año que viene. Los textos, que guarda con celo el ministro de Hacienda, Pablo López, se verán seriamente modificados en caso de que el libertario llegue a la Casa Rosada.
Ya había advertido Kicillof en medio de la campaña que “si gana Milei voy a ir a pedir plata y me van a dar una motosierra”. Demás está aclarar la preocupación que hay en la Provincia por la incertidumbre que envuelve a la elección. Con una coparticipación que la desfavorece, Buenos Aires necesita sí o sí recursos del gobierno nacional. Y en los últimos 20 años no se ha dado la situación de que quien ocupe el sillón de Rivadavia y de que quien ocupe el de Dardo Rocha sean de colores políticos diferentes. Claramente, el Gobernador no quiere atravesar por esa experiencia, que sería un verdadero problema a la hora de conseguir financiamiento.
Pero, más allá del resultado del domingo, sí hay un recorte que Kicillof está decidido a realizar, y es bajarle los recursos a la Legislatura. El propio mandatario reconoció hace algunas semanas que el número que reciben las Cámaras de Senadores y Diputados para sus gastos había que revisarlo.
Actualmente, el Parlamento bonaerense se financia con el 0,9% del Presupuesto General de la Provincia, una cifra que sufrió más de un recorte en los últimos años, y que ahora volvería a verse achicada. Originalmente era del 1,5%, luego pasó al 1,2% y durante el gobierno de María Eugenia Vidal volvió a reducirse, estableciéndose en el 0,9%.
Con el escándalo de las tarjetas de Chocolate Rigau, Kicillof encontró el marco perfecto para avanzar en una idea que viene elucubrando hace tiempo, desde su percepción de que es excesivo el gasto que se le permite al Poder Legislativo. Ahora, con el contundente triunfo en las urnas, el mandatario arremeterá con una nueva baja en el porcentaje. Si bien no ha trascendido la cifra final, desde el propio Parlamento advierten que “será un recorte drástico”.
Es que el Gobernador ya les avisó a las principales espadas legislativas que iba a mandar el Presupuesto con un recorte en los recursos para la Legislatura. En el Palacio de calle 7 muchos advierten que no queda demasiado margen para patalear a partir de los hechos de público conocimiento, pero tampoco prometen quedarse quietos.
Que desde la Legislatura se financia gran parte de la política no es ninguna novedad, y es parte del funcionamiento del sistema, sin que ello suponga que necesariamente haya detrás cuestiones espurias. La política necesita recursos para funcionar y es el Parlamento una de esas fuentes de financiamiento. “Esto es lo que tiene que entender el Gobernador. Se pude conversar una baja, pero no vemos posible que la Legislatura deba ser un reflejo de cómo es el en Congreso nacional”, le dijo a La Tecla un viejo transeúnte de los pasillos legislativos.
En efecto, Kicillof quiere que se replique en el Legislativo provincial un esquema similar al del Congreso, donde cada legislador tiene un tope de cinco o seis asesores, su dieta, el cobro por desarraigo y poco más. “Eso acá no es así y él lo sabe, o al menos debiera saberlo”, advirtió un hombre de la oposición.
Otro anticipó que si la discusión por el próximo Presupuesto comienza de esta manera, encontrar los consensos, incluso dentro del propio bloque oficialista, será una tarea ciclópea. Más aún, hay quienes anuncian que si se avanza en el recorte, el Legislativo exigirá al Ejecutivo aprobaciones particulares por cada paso de la gestión que quiera dar y no votaciones en general. Para graficarlo: “Cada obra que quiera hacer va a tener que pasar por la Legislatura”.
En el Ejecutivo están convencidos en que podrán avanzar en la idea de pegarle un tijeretazo importante al gasto del Parlamento. Incluso, según pudo saber este medio, Sergio Massa también brindaría un apoyo a la idea de Kicillof. No pocos, con malicia, señalan que el ministro de Economía es el menos indicado para cuestionar los recursos legislativos cuando su espacio político los ha aprovechado tanto como los partidos tradicionales.
Pero la idea ya está y al Gobernador es muy difícil hacerlo volver sobre sus pasos. En el Legislativo, en tanto, saben que corren con desventaja por la situación incómoda en la que los deja la causa Chocolate, pero si bien probablemente no griten disconformidad a los cuatro vientos, militarán con énfasis en privado que el recorte no se produzca o, en caso de ser inevitable, que la cifra sea mínima.
SOBRE EL PRESUPUESTO DE LA PROVINCIA
Desde el Gobierno se cuidan en no adelantar cifras respecto a la Ley de Leyes 2024, pero anticipan que “para el inicio de la segunda gestión de Axel Kicillof, el proyecto de Presupuesto marca el camino de continuidad del proceso de transformación estructural de la Provincia iniciado en diciembre de 2019, a partir de la inversión en las áreas esenciales del Estado y la jerarquización de la obra pública, con el objetivo de seguir dando respuesta a los déficits existentes en términos de infraestructura y en materia educativa, de seguridad, productiva y social”.
De modo que se adelanta el refuerzo en la la inversión en estás áreas, “en detrimento de los servicios de la deuda pública, que han perdido considerable participación respecto de la gestión de María Eugenia Vidal”, manifestaron fuentes con conocimiento sobre el texto del proyecto que llegará a la Legislatura en los próximos días.
“El proyecto mantiene los ejes prioritarios de gestión de las leyes de presupuesto anteriores: el incentivo a la producción y el empleo, garantizando una mayor inclusión social; una importante inversión en infraestructura para el desarrollo y la integración de la Provincia; sostenimiento y profundización de la inversión en Salud, Educación, Vivienda y Seguridad, todo con la perspectiva de género como eje transversal”, aseguran desde el Ejecutivo.
También se adelantó que el Presupuesto “será el primero con perspectiva ambiental transversal, etiquetándose las actividades que tienen un impacto ambiental positivo con el fin de cuantificar, visibilizar e incentivar políticas ambientales en todas las áreas de gobierno”.
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