Tras el caso Insaurralde, la preocupación por el impacto perturba a la plana mayor de Unión por la Patria (UP) y genera desazón en la militancia. En este marco, se llevó a cabo un acto multitudinario en La Plata con Axel Kicillof en el centro de la escena. La jornada enfocada en la defensa de la salud pública ofició como un ungüento para sanar las heridas profundas que dejó el golpe artero sufrido días atrás.
“Salud por la Patria”, fue la denominación de la actividad que fue motorizada por Nicolás Kreplak (titular de la cartera sanitaria) y contó con la presencia de miles de trabajadores en el Club Atenas de la capital bonaerense. La misma estuvo acompañada por gremios de la CGT y las dos CTA junto a organizaciones kirchneristas como La Cámpora y La Patria es el Otro.
Entre otros, se hicieron presentes los ministros de Trabajo, Walter Correa; y de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque; la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout; el jefe de Asesores del Gobernador, Carlos Bianco; el asesor General de Gobierno, Santiago Pérez Teruel. También estuvo la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz.
En tanto, participaron las intendentas de Moreno, Mariel Fernández; de Merlo, Karina Menéndez; de Quilmes, Mayra Mendoza y de Presidente Perón, Blanca Cantero; los intendentes de General Guido, Carlos Rocha; de Ensenada, Mario Secco; de Berisso, Fabián Cagliardi; de Benito Juárez, Julio Marini; y de Navarro, Facundo Diz.
Quien no pasó desapercibido fue el legislador provincial y candidato a intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares. Se trata de una de las figuras más cercanas a Martín Insaurralde que fue a brindar el apoyo a su equipo de salud municipal y a Kicillof. A su vez, también fue la directora ejecutiva del Organismo Provincial de Contrataciones, Victoria Anadón. La entidad encabezada por la camporista es una de las áreas claves que depende de la Jefatura de Gabinete.
En medio de cánticos de la militancia, Axel Kicillof fue tajante cuando afirmó que “está en juego en todo” para luego marcarles: “Lo hecho, lo reconstruido, lo modificado es la plataforma sobre la que nos paramos para hacer todo lo que nos falta”.
“Tenemos la responsabilidad y obligación de ganar las elecciones en cada municipio en la provincia de Buenos Aires”, dijo y agregó: “Necesitamos que el gobierno nacional quede depositado Sergio Massa como el próximo presidente”.
No obstante, lo sustancial lo largó sobre el final de su discurso de cierre. “Es cuestión de darse cuenta que depende de nosotros”, afirmó y luego, en medio del sacudón político, les advirtió: “No hay nada que esté dado, nos van a tirar con absolutamente todo”. Entonces, finalizó: “Ahora que se juega todo es fundamental que vayamos a hablar uno por uno, que nos tomemos el tiempo, que hagamos el esfuerzo, que vayamos a buscar cada voto”.
El mensaje fue en clave de dar vuelta la página y levantar la autoestima de una militancia golpeada por los hechos acontecidos. La liturgia que rodeó al acto llegó en un momento de extrema sensibilidad a pocos días de la hora de la verdad cuando el 22 de octubre se defina la suerte del oficialismo en tierras bonaerenses y en todo el país.
En la previa, la jornada estuvo totalmente marcada por las consecuencias de la controvertida situación del ex Jefe de Gabinete bonaerense y fue la consulta obligada a la dirigencia que se acercó a dialogar con los periodistas presentes. Estoicos, quienes hablaron, blindaron a Kicillof y posaron su mirada sobre el objetivo de ganar la elección.
El jefe de Asesores, Carlos Bianco, manifestó que “seguimos trabajando en la campaña, seguramente no tenga un impacto positivo. Estamos muy tranquilos por todo el trabajo que se hizo durante este tiempo y creemos que se va a priorizar el bosque por sobre el árbol”.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Walter Correa, sostuvo que la coalición encuentra “con mucho optimismo, esperanza y con centralidad muy fuerte en la clase trabajadora” y que “el clima de las organizaciones sindicales y la militancia está sumamente entero y con ganas de seguir peleando”. Después, sentenció: “El peronismo tiene 80 años de historia, hubo derrotas, victorias, traiciones y el movimiento continúa”.
Mario Secco, intendente de Ensenada, fue más allá y relató que “nosotros estamos trabajando para lograr el triunfo que pretendemos, estamos haciendo todo lo posible la militancia para acompañar al gobernador que se merece ampliamente la reelección. El sábado arrancamos con una caravana muy fuerte”. Seguidamente, disparó: “La gente sabe diferenciar quien es uno y otro. A mi no me resta para nada y no creo que le reste nada más que al grupo de él (Insaurralde). Nadie se va a hacer cargo de algo tan feo como lo que hizo”.
El sábado Kicillof inyectará otra dosis de justicialismo a la campaña con la intención de que cicatricen las heridas que dejó el affaire Insaurralde y retornar al centro del ring en el tramo final hacia el 22 de octubre. Así, prepara una caravana por siete municipios que partirá en Berisso y concluirá en La Matanza. Del kilómetro cero a la capital del peronismo, se denomina la actividad. Una parada más hacia el objetivo de la reelección. |
