Vía La Tecla Patagonia
En el 2008 una persona con el seudónimo de Satoshi Nakamoto introdujo en su computadora las últimas líneas de código de lo que será el futuro del intercambio de bienes y servicios mediante plataformas digitales, sin la intervención de un sistema centralizado y controlado a nivel estatal, la criptomoneda por antonomasia: el bitcoin.
Un año más tarde, con el montaje de la red que permitirá transacciones en una cadena de firmas digitales, el comercio por internet comenzará a cambiar, y el impacto del dinero virtual será tan fuerte que el propio bitcoin terminará siendo moneda oficial en El Salvador y República Dominicana.
Más allá del acto de anarquía financiera perpetrado por Nakamoto, o que se haya tratado de un puñado de corporaciones que decidieron avanzar con la implementación del mismo sistema monetario que la mayo-ría de la gente ya tenía familiarizado, pero en intangibles computarizados, el uso de las criptomonedas forma parte del cotidiano y una persona común, con conocimientos básicos del mercado y sus riesgos, puede disponer del dinero digital sin inconvenientes.
Y esa posibilidad de que las criptomonedas estén al alcance de todos fue uno de los detonantes para que un grupo de compañías, con presencia en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, ejecuten o tengan entre sus planes la obtención de dinero digital mediante la reconversión a electricidad de recursos que directamente se desaprovechan, como el gas natural de venteo, que se tiene que quemar porque la infraestructura de almacenamiento y transporte todavía no es suficiente para que se opere a pleno.
Actualmente son tres las empresas que trabajan para vincular la industria de los hidrocarburos con el mundo de las criptomonedas: YPF, Pluspetrol y Tecpetrol, subisidiaria de Techint.
Por parte de la petrolera estatal, la iniciativa comenzó a funcionar a mediados del año pasado, en el epicentro de sus operaciones -y que comparte con Chevron-, Loma Campana, con un segundo montaje en la zona de Bajo del Toro. Específica-mente, YPF Luz es la encargada del desarrollo de divisas virtuales y, según explicó su CEO, Martín Manda-rano, son pruebas piloto para darle valor agregado a ese residuo de gas.
El primer proyecto en Loma Campana usa un megavatio, y el segundo, de Bajo del Toro, funciona con ocho megavatios. En promedio, para el minado de criptomonedas se requiere una instalación que soporte entre 800 kilovatios y 3 megavatios de potencia.
Desde la compañía detallaron que se trata “de una nueva tecnología que exporta el gas en formato de procesamiento de blockchain, generando ingresos en dólares para el país”, con la idea de “realizar minería desde servidores instalados in situ”.
Hace poco más de un mes, y en conjunto con Crusoe Energy Systems y Unblock Computing, Pluspetrol adelantó que traería una nueva tecnología de Mitigación Digital de Venteos (Digital Flare Mitigation, DFM en inglés), con el fin de reducir el impacto ambiental del gas que no se quema y queda como metano en la atmósfera, y, además, reutilizar ese recurso como electricidad para alimentar los equipos de computación necesarios para la obtención de criptomonedas, así como el uso de inteligencias artificales.
De acuerdo al CEO y fundador de Unblock, Tomás Ocampo, la idea es que “en vez de transportar las moléculas de gas, que es caro, además de requerir infraestructura, pensaron en hacer algún proceso de cómputo y después mover bits en internet y no tener que mover moléculas. Así llegaron al servicio que tiene hoy de centros de cómputos en el medio del campo, al lado del pozo”.
El tercer proyecto, y que hasta el momento suena como el más ambicioso, es el de Tecpetrol, que en las últimas dos semanas ha tenido bastante eco en los medios nacionales. La subisidaria de Techint hace poco presentó sus planes de instalarse en Los Toldos 2 Este, al norte de Vaca Muerta. Similar al planteo de las otras dos operadoras, se usaría el gas que no se vende para generar electricidad. Ricardo Markous, CEO de la compañía, señaló que inicialmente las pruebas se realizarían en dos pozos nuevos con una infraestructura básica de cinco containers: tres destinados a la reconversión de 60.000 metros cúbicos de gas a electricidad y los restantes dos donde estarían los equipos de cómputo para el minado del dinero digital. El ejecutivo estimó que la operación iniciaría entre fines de octubre y principios de noviembre, con una firma estadounidense llevando adelante el proceso.
Parecido a lo considerado por Pluspetrol, desde Tecpetrol también destacaron los beneficios ambientales de reducir el venteo de gas. No obstante, ambos marcaron que se trata de una solución transitoria mientras se monta más infraestructura de transporte. ¿Se quedará el minado de cripto en Vaca Muerta o es una excusa a la espera de más crecimiento?
Alberto Vega - Fundador de Bithan
Qué es una criptomoneda y cuál es su proceso de minado
En intercambio con La Tecla Patagonia, el especialista en criptomonedas Alberto Vega puso como ejemplo el bitcoin para explicar que “es una nueva clase de activo que une a la tecnología con el dinero; por ello es un cambio de paradigma global, que, al igual que internet, llegó para quedarse”.
En ese sentido detalló que “el proceso de minado consiste en acuñación de los bitcoins, que se realiza para recompensar a los mineros de la blockchain por gastar sus
recursos económicos (electricidad e infraestructura técnica) en mantener la red”. Asimismo, aclaró que el procedimiento está inspirado en el minado de oro en mundo físico.
En cuanto a las ventajas del bitcoin, Vega consideró que se destaca por “la seguridad, la inmutabilidad, la fungibilidad, la transparencia y la eficiencia de su naturaleza digital”.
Acerca del uso de la moneda digital,el informático consideró que, por ahora, tiene tres aplicaciones: reserva de valor, sistema de pagos y timba financiera.
Sobre esa última categoría afirmó que “podemos encontrar el trading de bitcoin, que se compararía con el trading de commodities, ya con mercados de futuros en bolsas tradicionales, como la CME (Chicago Mercantile Exchange) en USA y Matba Rofex en Argentina; y también se puede hacer trading en mercados no regulados. Otro ejemplo sería el trading de otros tokens o criptos, que es un capítulo aparte, ya que hay muchas estafas y sería más parecido a hacer gambling no regulado directamente”.
La implementación de la IA y la necesidad de un humano
Otra tecnología que también está marcando tendencia es conocida como Inteligencia Artificial, que, aplicada al minado de criptomonedas usando el gas como recurso principal, podría gestionar datos en tiempo real, optimizar recursos, predecir los métodos más eficientes del uso de energía, realizar tareas de mantenimiento, mejorar algoritmos, automatizar decisiones y ayudar con el cumplimiento de normativas. No obstante, como han marcado varios especialistas, el componente humano resulta primordial en casos de error.
Cesar Herrera - Economista de la UNPSJB
Del gas a la electricidad para darle suministro a la generación de criptos
En diálogo con La Tecla Patagonia, el economista especializado en hidrocarburos se refirió a la manera en que las empresas están implementando la generación de divisas digitales mediante recursos remanentes. Dijo que “el proceso de gas que alimente al minado de criptomonedas sería, estimo, transformándolo en energía eléctrica y desde allí alimentar los racks de computadoras que descubren los algoritmos de las criptos elegidas”.
En cuanto a los requisitos de equipamiento físico para dicho procedimiento aclaró que “se necesitan turbinas generadoras de energía eléctrica a gas natural; se denominan de ciclo combinado y son muy eficientes. Además, los galpones, refrigeración, rack de procesadores, etcétera. No llevaría requerimientos adicionales en la producción de gas natural”.
No obstante, Herrera reparó sobre el exceso de recursos que usan para el minado de criptomonedas. “En general, una de las críticas es por la cantidad de energía que se destina a la denominada prueba de trabajo (PoW), que es la manera utilizada por BTC para describir el algoritmo (Hash) planteado, y se genera una competencia donde se utiliza tanta energía como el consumo de ciudades y el consiguiente impacto ambiental”.
Por ejemplo, para el minado de un solo bitcoin se valora que, en promedio, se utilizan alrededor de 143 megavatios de energía, que se traducen a una
gran inversión en términos de tiempo y dinero, por los costos del suministro eléctrico. Se espera que la cifra aumente en el futuro.
Acerca de esa línea también especificó “que existen otras maneras de minado, denominadas prueba de participación (PoS), que fueron generadas para evitar el consumo inútil de energía. Depende de la mezcla de minado que elija la empresa”.
Minado a partir del gas en el resto del mundo
EE.UU., Rusia, Medio Oriente y China, los pioneros en la materia
Si bien es considerada una práctica incipiente y experimental, desde hace un par de años las potencias energéticas del mundo vienen avanzando con el proceso minado de criptomonedas a partir del gas residual. Estados Unidos es el pionero en la materia y en donde surgió la tecnología de mitigación digital del gas de venteo, que actualmente se está aplicando en territorios que se caracterizan por tener altas reservas de hidrocarburos, como Texas, Dakota del Norte y Wyoming.
En Rusia, la empresa Gazprom, mediante su subsidiaria Neft, está trabajando en el tema desde 2021, con la instalación de turbinas que convierten el gas residual en electricidad
en Siberia, al norte del país y cerca del círculo polar ártico. En el mismo tono que las empresas argentinas, los europeos aseguraron que su proyecto es rentable y ayuda con la reducción de emisión de gases de efecto invernadero.
En Arabia Saudita, la corporación Aramco anunció un acuerdo con la estadounidense EZ Blockchain para la generación de criptomonedas en los yacimientos del Medio Oriente asiático. Lo mismo hizo la qatarí QP, que también se encuentra realizando pruebas piloto.
A pesar de ser la nación que más genera criptomonedas en el mundo, en China hay una merma de la práctica, debido a las nuevas y estrictas regulaciones del Gobierno, por lo que el minado con gas se sigue considerando una actividad marginal.
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