Argentina
Lunes, 29 abril 2024
OBISPO GABRIEL MESTRE
27 de agosto de 2023

“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa”

El designado arzobispo de La Plata habla de las recientes elecciones, del llamado a la paz y la pacificación social, del hartazgo de la gente, del rol que debe asumir la Iglesia y de su llegada a la arquidiócesis de la capital provincial

Por Hernán Sánchez
“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa” - La Tecla
“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa” - La Tecla
“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa” - La Tecla
“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa” - La Tecla

Gabriel Mestre transita sus últimos días como obispo de la Diócesis de Mar del Plata con el mismo rol activo que ha caracterizado su actuación en esa ciudad, por eso la semana pasada sacó un comunicado convocando a la paz y la pacificación social ante una incipiente espiral de saqueos. Mestre llegará a mediados de septiembre a La Plata para hacerse cargo de la Arzobispado que deja Víctor Manuel “Tucho” Fernández, convocado por el Papa Francisco para un cargo en el Vaticano. 

El nuevo arzobispo dialogó con La Tecla sobre la situación social, su visión de por qué ganó Javier Milei en las PASO, el rol de la nueva Iglesia, la preocupación del Papa por la Argentina, y las reuniones que espera tener cuando llegue a la capital bonaerense.

-En un reciente comunicado del obispado de Mar del Plata solicitó por la paz y la pacificación del país. ¿Qué es lo que advierte?
-Esto salió un poco ante el pedido de los medios locales, que reclamaban una palabra con respecto a la situación de los robos o llamados saqueos, y entendí que mi palabra y la palabra de la Pastoral Social de la Diócesis de Mar del Plata tenían que superar un poco la coartada política, que está viendo a quien se le echa la culpa, si de un lado o de otro. A veces hay hasta cierta cuestión más farandulera en el ámbito político, entonces había que decir una palabra que apunte claramente a esto y, hasta resulta redundante, utilicé las dos palabras que son paz y pacificación. Para marcar, por un lado, que la situación es compleja y difícil en nuestra patria para las clases más postergadas, incluso para la clase media, que con la inflación le cuesta llegar a fin de mes; pero, por otra parte, no se puede justificar nunca algo que queda en el marco de lo delictual, como son los robos o los saqueos. Y fue bien recibido, al menos en el ámbito local, este llamado de la Iglesia a comprometerse con la paz y la pacificación. También, con  humildad y respeto, reclamar a los dirigentes de otros ámbitos, de credos, políticos, sociales, partidarios, empresariales y sindicales a que realmente nos pongamos en serio la patria al hombro y busquemos pacificar, porque situaciones de violencia de cualquier tipo no benefician a nadie, menos a los más pobres y necesitados. 

-¿Falta compromiso de todos esos actores?
-No diría que no. Creo que hay una voluntad de diálogo. En lo que conozco, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, hemos podido dialogar en varias instancias, y en muchas circunstancias ha sido la Iglesia la que ha invitado, pero bueno, también hace falta un poco más. A veces, las agendas eleccionarias, la situación del internismo en lo político, la tentación de cada uno en cuidar el propio espacio, puede quitar un espíritu de grandeza que nos ayude a pensar de manera más universalista y buscar caminos de solución que realmente nos involucren a todos, a pesar de las diferencias legítimas que hay en las propuestas y los proyectos partidarios.

-¿Cómo ve el escenario político?
-Lo veo complejo por esto mismo que te decía; por un lado la agenda política para construir poder y ganar, que es lógica en el sistema democrático, y las dificultades de los intermismos que los distintos sectores manifiestan prácticamente de manera pública, creo que no ayuda. Ahí veo una dificultad y algunos líderes y dirigentes hasta hace un mea culpa, y lo han hecho también públicamente, con respecto a que no les ha ido tan bien en algún caso en esta situación cruzada de elecciones que se da en nuestro país entre oficialismo y oposiciones. Espero que esto sirva para responder a los problemas esenciales de nuestra patria y no a las cuestiones de coyuntura o que tienen que ver con el espacio interno.

-¿Qué análisis hace de lo que sucedió en las recientes elecciones primarias?
-Yo creo que la aparición de una tercera fuerza, tal vez, refleje una situación de agotamiento de cierto sector de nuestro pueblo con respecto a los dos grupos que teníamos de manera mayoritaria hasta este momento. Creo que ahí hay un factor importante, que no sé si es la única causa, pero me parece un elemento interesante para tener presente y evaluarlo. Los analistas, los que trabajan en el ámbito sociológico y de los medios también deben estar evaluando este factor que revelarían los datos, de que cierto sector juvenil y los pobres también se han orientado para esta tercera fuerza. Creo que habrá que analizarlo con más profundidad, pero un cierto cansancio y saturación hay que tenerlo presente y repensarlo, sobre todo aquellos que participan en la política partidaria en los otros sectores.

-¿Qué es lo que demanda esa sociedad cansada?
-Yo creo que un mayor compromiso y una cercanía directa. Ahí hay un factor importante que se está reclamando. Una agenda centrada en lo eleccionario, centrada en lo interno, pero que no pone en eje las problemáticas más fuertes es donde uno ve un poco la situación de hartazgo, que puede quedar representada por distintos sectores, o personas que en otro momento votaron otro espacio de repente terminan votando un espacio que está en las antípodas, eso es lo llamativo de estas elecciones. 

“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa”

-¿Qué perspectiva tiene usted acerca del futuro inmediato de la Argentina?
-Creo que va a ser complejo, pero soy un hombre de esperanza y apelo, desde la fe, a que Dios nos va a guiar, y desde el ámbito más profano en el potencial que hay en el corazón de las personas y de nuestro pueblo para que podamos salir. Pero en lo inmediato entiendo que va a ser complejo por lo que uno escucha de distintos especialistas, incluso de miradas ideológicas distintas que marcan esta complejidad que tenemos en la vida y en la realidad de nuestra patria.

-¿Y qué rol le concierne a la iglesia allí?
-Animar, sostener la esperanza; no una esperanza alienante, sino una esperanza que asuma la realidad, que genere confianza en lo positivo de nuestro pueblo, y después invitar a todos los ámbitos al diálogo y a la confrontación pacífica. Como la iglesia no gana votos ni propone votos ni para un lado ni para otro, tenemos este marco de libertad de poder ser un ámbito donde podemos estar constantemente invitando, recordando la importancia del diálogo y de una mirada total en esta perspectiva de la cultura del diálogo y del encuentro que nos propone el Papa Francisco.

-¿Hay un huevo de serpiente a punto de romperse en cuanto a una violencia que parece latente, aunque no se haya expresado claramente por ahora?
-Yo no me animo a ir tan a lo profundo, creería que no, tal vez el creería tiene que ver más con el tema del deseo, pero a la vez la invitación que hago a la paz y la pacificación busca de alguna manera responder a que si hay algún resquicio de tentación en algún ámbito a querer solucionar los problemas con la violencia se debe saber que siempre la violencia engendra violencia y nunca nos va a llevar a buen puerto. La paz y la pacificación, en la justicia, es el único camino que tenemos.

-¿La política los escucha?
-Yo creo que en parte sí. Mi experiencia en Mar del Plata creo que he sido escuchado por los distintos sectores. Nunca hice politiquería barata, nunca critiqué a ningún dirigente por ningún medio, y he trabajado más en el off the record en estas cuestiones cuando veía algo que me hacía algo de ruido. Y eso yo creo que lo han respetado muy bien, les ha parecido bien, porque uno puede tener la tentación a veces como figura pública de decir algo que resulte atractivo para un sector y duro para otro, y eso lo he evitado siempre. Creo que en al ámbito local han valorado esa actitud y me han escuchado más o menos, y por ahí han atendido, pero nunca ha habido una actitud de rechazo.

-¿Espera reunirse con el gobernador cuando llegue a La Plata?
-Por supuesto que sí. He tenido contacto a través de WhatsApp, totalmente abierto y de corazón para conocerlo personalmente, para dialogar en este vínculo de perspectiva de bien común que ya tenía con Tucho Fernández. Vamos a continuar en esa línea  con el Gobernador, con los cinco intendentes de los cinco partidos, que son de signos distintos, y con cualquier responsable de los ámbitos partidarios, de las Cámaras de la Provincia y de los ministros estoy dispuesto a dialogar y ponerme a disposición para colaborar en el bien común, personalmente y con toda la estructura eclesial.


“La Plata se va a encontrar con un obispo activo, joven, dialogante”

“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa”

¿Qué significa para usted ser arzobispo de La Plata?
-Por un lado, un reconocimiento de la Iglesia a través del Papa Francisco, que me nombra en un lugar que tiene una tradición histórica, eclesial, social, muy importante, y que además de las características propias de una estructura de Iglesia mucho más antigua, grande, que Mar del Plata, es la capital de la provincia más poblada y tal vez más importante de nuestra patria. Entonces la asumo con una actitud de mucha responsabilidad, tomándolo como un llamado de Dios, claramente, a través del Papa, y que me pone de cara al servicio directo de la comunidad católica. Y, como hice en Mar del Plata y como hizo Tucho (Fernández) también en La Plata, de cara al diálogo con la sociedad civil para ayudar en la consecución del bien común, que es lo propio que la Iglesia también tiene que llevar adelante.

-¿Con qué obispo se va a encontrar La Plata?
-Se va a encontrar con un obispo activo, joven, dialogante, respetuoso de las distintas miradas, profundamente encolumnado con la renovación que está llevando adelante el Papa Francisco en temas diversos, que tienen que ver con lo interno de la iglesia y que tienen que ver con la cuestión del diálogo con el mundo; para que el mismo mensaje de Cristo de siempre, que no cambia y que no tiene modificación, pueda ser presentado en la realidad propia del tiempo que estamos transitando, y que es distinto a hace 30 años atrás, a 50 años atrás y a 100 años atrás.

-En esa renovación que lleva adelante el Papa Francisco claramente está la impronta esta de obispos jóvenes, pero, de todos modos, ¿la Iglesia está cumpliendo el rol que debe cumplir en estos tiempos o todavía debe avanzar un paso más?
-Creo que sí y que no. Por un lado, es mucho lo que se ha avanzado. Se ha crecido, se ha madurado. Evidentemente hay que seguir madurando, y por eso el Papa convoca un sínodo de Iglesia Universal, que ya no se llama sínodo de obispos, sino participan sacerdotes, laicas, laicos, y en octubre este año y octubre del año que viene se va a reflexionar justamente en cómo orientar mejor esta perspectiva de hacer entendible, visible y palpable el mensaje de Cristo en este tiempo. Entonces, ahí yo creo que nos falta; por algo tenemos ese sínodo, para continuar dialogando y confrontando el tema. Entonces, valoro lo mucho que se ha logrado y me abro y voy a buscar abrir a la comunidad arquidiocesana a disponernos a esto a renovar el mensaje de siempre para las circunstancias actuales de la vida y de la historia.


“El Papa siempre está preocupado por Argentina”

“La sociedad demanda un mayor compromiso y una cercanía directa”

-¿Qué le ha pedido el Papa cuando lo convocó a esta nueva misión como arzobispo de La Plata?
-De manera particular, que esté cerca de la gente. Eso fue como lo central que el Papa me marcó, a través de un mail. Y después, a través del Nuncio, que realmente sea imagen el buen pastor para esta comunidad diocesana que el Papa, con mucha libertad, me encomienda sucediendo a Tucho Fernández, a quien el Papa le pide un servicio tan importante en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

-¿Lo ve preocupado al Santo Padre por la situación argentina actual?
-Obviamente que sí. El Papa siempre está preocupado por Argentina y los momentos donde ha habido alguna dificultad puntual ha sido con más claridad. No les ajeno lo que acontece porque vibra realmente con la realidad argentina, más allá de que, obviamente, es el pastor de la Iglesia Universal y va teniendo contacto con todas las realidades. A veces lo hace público, otras veces no, porque por ahí las circunstancias no convienen o no tiene sentido, pero siempre el Papa está vibrando y buscando acompañar como a la realidad de Argentina. 

 

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