Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
INFORME
15 de febrero de 2021

El sur conduce: Patagónicos a energía

Distintos cuadros políticos de la zona arribaron en los últimos meses a las primeras filas del Gobierno nacional en áreas clave que determinarán el futuro hidrocarburífero del país. Los nombramientos dan una impronta federal, y encierran un entramado de poder en el oficialismo en permanente movimiento

El sur conduce: Patagónicos a energía - La Tecla

Por Alejandro De Angelis 

De un tiempo a esta parte, el Gobierno nacional que conduce Alberto Fernández viró su política energética a la Patagonia. Más allá de la evidente atracción que significa Vaca Muerta, hay un sello marcado del Presidente de dar espacio en áreas específicas a quienes están vinculados en la materia. Sin embargo, no se pueden dejar de lado lecturas políticas al analizar es marca distintiva.

El Gabinete de Fernández arrancó sin patagónicos, por caso. Ni en Energía ni en ninguna otra área primó el sur para imponerse. Si hubo nombramientos en segundas y terceras líneas, más vinculados a los consabidos “favores” políticos que a la mera elección directa del primer mandatario. Aquellos días de diciembre de 2019, la figura de la región con mayor llegada al presidente, por fuera de la vicepresidenta y el diputado Máximo Kirchner, quienes merecen un capítulo aparte, era el asesor presidencial Julián Leunda, hasta entonces desconocido por el mundillo de la política patagónica.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte eso cambió. Sobre todo en materia de Energía, área donde se dio uno de los primeros cambios en el Gobierno nacional, con la anunciada salida del exsecretario Sergio Lanziani, cuestionado por vastos sectores del oficialismo y la oposición. En su reemplazo llegó el diputado nacional neuquino Darío Martínez, hombre del kirchnerismo que supo forjar un buen vínculo con Fernández, gracias a su rol como miembro informante del proyecto de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, que sentó las bases de la plataforma de largada de la nueva gestión.

Martínez además, pese a no estar vinculado con el sector hidrocarburífero de manera directa, conocía a la perfección el paño y, sobre todo, las demandas y necesidades de la cuenca neuquina donde el Gobierno, como lo hicieron sus antecesores, deposita gran parte de las esperanzas de lograr una recuperación económica que ponga fin a la crisis.

Al Presidente el candidato le cerró por todos lados. Un hombre del kirchnerismo, con buen trato con Máximo Kirchner y un feed back aceitado con el propio Presidente. Además, un perfil “no bélico” con el MPN, que no pone en peligro la buena sintonía que intentó instaurar Fernández con el partido provincial desde el inicio de su mandato, contándolo como un aliado estratégico en el Congreso.  También le imprimió su discurso federal algo de realidad.

“Alberto me ha planteado que quiere trasladar la decisión de política energética al corazón energético del país. Y le queremos dar, por pedido de él, una visión más federal. Es lo que él está buscando. Lo hizo con la Secretaría de Pesca en Mar del Plata e Hidrovías en Santa Fe. Más que nada, en las provincias productoras”, aseguró Martínez en diálogo con La Tecla Patagonia.  

Respecto de la lectura política del nombramiento, el dirigente neuquino fue claro al asegurar que “siempre traté de aportar y opinar en cada una de las decisiones, tanto al ministro que tenía el área en su momento, como al Presidente, a Máximo como presidente de bloque, a Sergio Lanziani. Es un tema en el cual siempre estuve planteando ideas y objetivos. Pero, por supuesto, no me lo esperaba, me tomó por sorpresa”, y confesó: “me llamó Máximo primero, que lo habían hablado con Alberto, y después me lo confirmó el Presidente”.

Otro del riñón, a YPF

El truque por los propios, y por los de la región, continuó con YPF. Ahí la protagonista de la decisión fue Cristina Fernández de Kirchner, y el fusible que saltó fue el de Guillermo Nielsen, el economista que llegó a decir que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, es “un marxista disfrazado de keynesiano". De cuna liberal, nunca fue del agrado del círculo rojo del kirchnerismo, pero supo ganarse la confianza del Presidente.

Su reemplazo otra vez salió del sur. Esta vez, bien al sur. Santa Cruz volvió a la centralidad de las decisiones, como en épocas donde la ahora vicepresidenta conducía el Gobierno y gran parte de los funcionarios de Néstor Kirchner en la provincia saltaron a la Rosada. El elegido para conducir los destinos de la compañía estatal fue el diputado nacional Pablo González, de un perfil parecido al de Martínez. Aunque fiel y del riñón, moderado y abierto al diálogo con vastos sectores del peronismo, siempre en tensión.

El de González, fiel al estilo CFK, tiene un perfil más político que técnico. Si bien nació en Santa Cruz y no puede desconocer la importancia de la compañía en la Argentina y todo lo que atañe al mundo de la producción hidrocarburífera, su llegada se vincula más a la necesidad de una conducción direccionada a atender la necesidad del cuidado de los precios de los combustibles, que repercuten en toda la cadena de valores, y el impulso de la inversión en zonas no centrales.

El cambio no fue sencillo. Fue tal el ruido que causó el arribo de González por Nielsen que desde el Frente de Todos apuntan al funcionario saliente  como quién echó a correr la información antes de que sea oficial, para complicar la negociación por el canje de deuda que llevaba adelante la empresa (que cerró esta semana con éxito), y hacer valer su partida.

“Pablo habla con todos”, aseguraron a La Tecla Patagonia desde el entorno del nuevo Presidente de YPF, y enumeraron las reuniones con Cristina Kirchner, Alicia Kirchner, Alberto Fernández, y hasta con el propio Nielsen, así como también su buena sintonía con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, con quien en poco tiempo supo forjar un ida y vuelta fluido.

Un anticipo del enfoque de YPF hacia el sur fue el anuncio del CEO, Sergio Affronti, del cambio de sede de Chubut a Santa Cruz. “La estructura se unifica en dos regiones, una con sede en Neuquén y otra con sede en Santa Cruz”, dijo y resaltó que “vamos a hacer una YPF distinta, que produzca cada vez más, sea más eficiente, descentralizada y se convierta en el motor de la industria para aportar la energía que el país necesita”. La decisión resonó en la región, principalmente en Chubut donde más impactó el cambio.

Otro patagónico, al frente del IEASA

También a principios de este 2021 se conoció el nombramiento del santacruceño Agustín Gérez al frente de la compañía estatal Integración Energética Argentina Sociedad Anónima (IEASA), ex ENARSA. En ese caso, la conducción se mantuvo en la región, ya hasta ese momento su titular era Andrés Cirnigliaro también vinculado a la provincia del sur.

Gérez había sido nombrado en marzo de 2020 como Subgerente General de IEASA, lugar al que llegó por su conocimiento en Regulación Energética e Hidrocarburífera. Antes había desempeñado tareas como asesor y consultor de empresas de servicios petroleros. También había  trabajado en la compañía durante la gestión del ex ministro de Planificación Julio De Vido, y como asesor legal del Ministerio entre marzo de 2008 y marzo de 2013, cuando ingresó a la compañía hasta 2016.

El giro del Gobierno nacional hacia la Patagonia encierra varias lecturas. Por un lado, la necesidad de abordar el área con una perspectiva regional, propia del sentido federal que el Presidente intenta imprimirle a su gestión. Por otra parte, la preponderancia de CFK en la toma de decisiones, y el avance del kirchnerismo sobre espacios de decisión claves, las conocidas “palancas” de la economía. En ese juego, el sur gana terreno y saca su rédito.

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