Argentina
Jueves, 18 abril 2024
ECONOMíA
8 de febrero de 2021

Carne, inalcanzable objeto de deseo

El consumo de cortes vacunos está en los niveles más bajos de la historia. El precio, por las nubes. Explicaciones sobran, y difieren entre sí. Un programa de abaratamiento criticado.

Carne, inalcanzable objeto de deseo - La Tecla
Carne, inalcanzable objeto de deseo - La Tecla
Carne, inalcanzable objeto de deseo - La Tecla
Carne, inalcanzable objeto de deseo - La Tecla
Carne, inalcanzable objeto de deseo - La Tecla

El inolvidable Atahualpa Yupanqui jamás imaginó el realismo que adquiriría, años después, aquello de “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. 

El verso de El Arriero cobra hoy patetismo, cuando millones de argentinos ven vedado su acceso a la carne, que no ceja en su astronómica subida de precios. Las cifras hablan por sí solas: el consumo de carne vacuna retrocedió en 2020 por sexto año consecutivo, situándose en los valores más bajos del último siglo. Las cifras fueron ratificadas por un estudio de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), mostrando que en el último año, el consumo por habitante promedió 49,7 kilogramos, el guarismo más bajo de las últimas diez décadas. 

El titular de esa entidad, Miguel Schiariti, aseguró que “ni siquiera en la crisis del 2000 hubo un consumo tan bajo”, y vaticinó que “en los próximos 20 años terminará ubicándose en los 35 kilos per cápita”, con la exportación llevándose el 50% de la producción. 

Claro que queda por dilucidar cuál es el motivo real de esta merma. Y aquí no alcanza el argumento del cambio de hábitos (una porción de la sociedad busca alternativas en productos como las frutas, las verduras o las legumbres) o la diversificación hacia cortes de cerdo, más accesibles que los vacunos. 

El motivo, según la percepción de la sociedad, es el incremento acelerado en el precio de la carne bovina, que tuvo un impresionante salto en diciembre y enero. Todo, a pesar de que, a comparación de 2019, el stock ganadero en el país y en la provincia de Buenos Aires tuvo una leve subida. Ergo, no sirve la explicación de que los precios se incrementan por una baja en la cantidad de cabezas de ganado. Desde las entidades que nuclean a los propietarios de carnicerías admiten, a modo de botón que confirma la muestra, que el kilo de asado aumentó más del 90% en los últimos doce meses, ubicándose por encima de los 600 pesos. 

La carne vacuna subió, sólo en diciembre, 19,9 por ciento, y 74 por ciento durante 2020, el doble que la inflación. De acuerdo con datos del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense, la producción de carne vacuna alcanzó el año pasado las 2.854 toneladas, un 1,5% más que en 2019. A su vez, el consumo cayó un 2,5% respecto del año anterior, y las exportaciones crecieron un 9,4% interanual, situándose en 827 mil toneladas. 

Carne, inalcanzable objeto de deseo

Otros encuentran la explicación en el aumento del maíz a precios internacionales, que se sumaría al incremento de otros insumos que inciden en el proceso de cría del ganado vacuno. Entre ellos, el del transporte (concretamente, el valor del gasoil), o de los impuestos, una carga que es motivo de queja permanente en el sector rural. 

Un nuevo intento de explicación es expuesto por productores ganaderos y algunos economistas: los salarios no alcanzan. De hecho, en los últimos tiempos se han escuchado voces que señalaban que el precio de la carne está en los valores que debe estar, acompañando la suba de los costos, el dólar, la inflación y los insumos. “No es que la carne esté demasiado cara, es que los sueldos se quedaron muy atrás”, se escucha repetir con insistencia. 

En el “país de las vacas”, en el otrora “granero del mundo”, se consume menos carne pero se produce más, con la mira en el mercado externo, otra de las explicaciones esgrimidas. En 2015 se exportaron 180.000 toneladas de carne y se produjeron 2,7 millones de toneladas, mientras que en 2019 se exportaron 830.000 toneladas, más de cuatro veces que cuatro años atrás, y se produjeron 3,15 millones de toneladas. 

Buscando frenar el alza en los precios de la carne, el Gobierno nacional implementó un programa para comenzar a ofrecer 10 cortes a precio rebajado, en unos 1.600 puntos de venta de todo el país. En los supermercados estarán disponible los fines de semana y los miércoles de las primeras tres semanas de cada mes, mientras que en el Mercado Central estarán disponibles todos los días. 

Sin embargo, economistas y sectores vinculados al negocio de la carne sostienen que la medida, a pesar de las buenas intenciones (contempla rebajas de hasta el 30% en cortes de mayor demanda), es absolutamente insuficiente, tanto por la cantidad ofrecida como por las escasas bocas de expendio. De hecho, hasta el momento no se conseguirán dichas ofertas en carnicerías de barrio. 

Sin un techo de crecimiento a la vista (aunque algunos auguran que se detendrá hasta marzo o abril), el precio de la carne vacuna continúa siendo un dolor de cabeza para millones de argentinos. Por el momento, el asado de cada domingo, o la fácil solución de “tirar un churrasco en la plancha”, se han convertido en un acto de fe. Y parece que nadie puede ponerle el cascabel al gato. O al bife. 

Carne, inalcanzable objeto de deseo


Mariano Williams
“El problema es que los salarios están totalmente por el piso”


El miembro de la mesa directiva de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y responsable de la Comisión de Carnes de la entidad aseguró que “el stock ganadero en la Provincia subió este año respecto del anterior, poquito pero subió, debido a que los índices de preñez fueron mejores que los del año pasado, y esto hace que haya más cantidad de terneros. Estaremos en unos 18 millones de cabezas, a pesar de que el clima está seco. Ojalá no afloje el índice de preñez, pero eso no incide en los precios de la carne”. “Con respecto a los precios de la carne en la carnicería, lo que pasa es que los valores no los pone el productor, no es formador de precios. El problema es que los salarios están totalmente por el piso, y cualquiera que va a la carnicería y ve un kilo de carne a 600 pesos dice que es un disparate. Pero pagan 600 o 700 pesos un kilo de helado y no se quejan”, evaluó en diálogo con La Tecla. En referencia a los costos que afrontan los productores, Williams sostuvo que “el gasoil subió casi un 10% en un mes, los impuestos son cada vez más altos”. Además, “los fertilizantes son con precio dólar, y subieron un 5 o 6 por ciento pero en dólares”. También consideró que se deberían “desenganchar los precios del mercado interno del que se registra en el internacional”, y agregó que “esto sería un disparate absoluto, no tiene nada que ver una cosa con la otra”. Finalmente, y en referencia a las posibilidades de exportación del sector ganadero, dijo que “en este momento hay poca cantidad de cuota Hilton, por un tema internacional, que estaba como a diez u once mil dólares la tonelada (unos nueve dólares el kilo). Y eso no se puede pagar en el mercado interno, sería un disparate”.

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Héctor Polino
“Hay que desacoplar los precios del mercado interno del internacional”


El titular de la organización Consumidores Libres, Héctor Polino, se refirió a los motivos por los que los precios de la carne vacuna están por las nubes. Al respecto, el ex diputado nacional analizó que “la causa de estos aumentos es fundamentalmente que se ha equiparado el precio en el mercado interno al de exportación”. Agregó que “casi el 50% de la carne vacuna que se produce en la Argentina se exporta, y los exportadores pretenden vender el 50% restante, en el mercado interno, a los valores intencionales, lo que es un verdadero absurdo. No pueden poner los precios como si estuviésemos en Estados Unidos, en Alemania o en otro país europeo”. Sobre las posibles medidas para controlar el valor de los cortes vacunos, Polino sostuvo: “Hay que desacoplar los precios del mercado interno del internacional. Los precios tienen que estar en relación a la estructura de costos de la producción de la carne vacuna y a la capacidad de compra que tiene la inmensa mayoría de los consumidores”. Además indicó que “hay que aplicar las retenciones de la carne vacuna que se exporta, estableciendo un cupo máximo de exportación, el resto debe ser para abastecer el consumo interno”. En referencia al argumento de los costos de producción consideró que “aquellos productos que tengan un componente importado es lógico que incida en el precio, pero no en el ciento por ciento. Además toman dólares al valor oficial, y pretenden colocar el producto al valor del dólar blue; y eso no puede ser, porque le genera una ganancia extra enorme. El mercado hay que regularlo, como está regulado en todo el mundo”. Acerca del acuerdo del Gobierno con frigoríficos para vender cortes a precio rebajado, Polino dijo que “no se va a vender a esos precios en las carnicerías de barrio sino en las grandes cadenas de supermercados. Encima son solo 10 cortes, 3 de los cuales ya estaban en Precios Cuidados”. Y finalizó: “Otro tema es que se va a colocar en el mercado interno un cupo limitado, unas 6.000 toneladas por mes, y en las bocas de expendio del consorcio ABC, que representa a los 20 frigoríficos más grandes del país”.

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Mariano Gorodisgh
“Hay un componente estacional siempre en la carne en diciembre”


El economista Mariano Gorodisch, autor del libro Cómo invertir ya. Desde menos de 1 dólar y ganar más del 100% anual, analizó para La Tecla la estampida de precios de la carne vacuna. Al respecto sostuvo que en el valor de los cortes “hay un componente estacional siempre para la carne en diciembre, porque hay un mayor consumo para las Fiestas. Y después, no bajaron los precios. Pasa algo ilógico, que jamás ha pasado, y es que el pescado siempre fue mucho más caro que la carne y ahora comprás en oferta un kilo de merluza por 300 pesos, y la cuadrada, el corte más barato para hacer milanesas, está en 600. Y en octubre estaba a 300, se duplicó el precio en tres meses”. El experto en consumo propuso: “Hay que dejar de comprar, aunque puedas hacerlo, para no convalidar estos precios tan altos de la carne”. Además consideró que “otro tema fundamental es ese 30% de impuestos que tiene la carne. O sea, de 600 pesos que vos pagás por un kilo de bola de lomo, 200 son impuestos; de cada kilo, unos 300 gramos estás pagando impuestos. El 76% son impuestos nacionales (Ganancias, IVA, Impuesto a los Créditos y Débitos Bancarios, etcétera). Después tenés 19% de impuestos provinciales (Inmobiliario Rural, Ingresos Brutos) y 5% de impuestos municipales”. En cuanto al anuncio del Gobierno para vender cortes de carne a menores precios, Gorodisch expresó: “Lo que hace es poner ocho cortes, dice que logró bajar 12% en el caso del roast beef, pero yo fui a un hipermercado y estaba a 300, un 33% más barato que los 400 que anuncia el Gobierno. Obviamente, lo van a subir. Por ejemplo, la carne picada, como pasó en Precios Cuidados, es grasa picada, no te sirve para nada, la tenés que tirar. Y esos cortes, no te los va a aceptar ni el perro”. Por último, el economista señaló: “Además ponen 6.000 toneladas por mes, cuando el consumo de carne es de 200.000 toneladas por mes. Es decir, que solo el 3% de los precios están cuidados”.



 

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