El intendente de Castelli, Francisco Echarren, dejó de lado las diferencias (no sólo políticas) que mantiene con su vecino de Dolores, el macrista Camilo Etchevarren, para un bien común en medio de la pandemia.
Según anunció el jefe comunal peronista, pondrá a disposición de las autoridades de Dolores los 7 respiradores y la terapia intensiva de su hospital municipal para que nadie se quede sin atención médica, debido a que en el distrito aledaño, las cosas empezaron a complicarse.
“Seria imperdonable que, debido al colapso sanitario, le falte una cama o un respirador a un vecino o vecina de Dolores mientras tengamos disponibles en Castelli. Mañana enviaremos nota formal y nuestro Secretario de Salud, el Dr Akino, se comunicará formalmente para ponerse a disposición”, escribió Echarren en sus redes sociales.
Y añadió: “Siempre los vecinos de Castelli, Dolores y toda la región hemos sido solidarios. Es momento de estar muy unidos y evitar cualquier perdida sin haber hecho todo a nuestro alcance.
Cuenten con nosotros, de forma sincera y solidaria. Vamos a estar si nos necesitan”.
Como se dijo, la rivalidad entre ambos intendentes va más allá de los colores políticos. Cabe recordar que hace apenas unos meses protagonizaron un fuerte cruce que llegó a manos de la Justicia. Fue a raíz del nacimiento del hijo del mandamás de Castelli, cuya pareja dio a luz en Dolores.
En medio del aislamiento, Echarren se encontró con las fronteras de la ciudad vecina cerradas cuando se disponía a regresar para alcanzar a su recién nacido un poco de leche. Por eso, pidió la intervención de la Justicia que, afortunadamente, le dio la razón al reciente padre quien agradeció el gesto, no sin antes despacharse contra Etchevarren.
"Fui a llevarle la leche a Florentino (su segundo hijo), que nació a las 11, no toma la teta y tenía hambre: la mamá me llamó para que le llevara la leche. Voy y en la entrada a Dolores, me para la Policía y me dice que por orden del intendente Camilo Etchevarren no podía entrar a la ciudad, por más que vaya a llevarle leche a mi hijo recién nacido", explicaba furioso el mandamás peronista, y hasta aseguraba haberse enterado de que el dolorense lo había tildado de "negro roñoso". Pero como se dijo, el final fue feliz.
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