Las varices son una molestia a nivel estético, a la vez que un problema de salud que afecta el bienestar general, sobre todo cuando se agravan porque generan dolor, molestia al caminar y, si no se toman medidas a tiempo, puede acarrear complicaciones.
Las varices nacen a raíz de un fallo en el sistema de válvulas de las venas que deben lograr que la sangre suba por la pierna y no vuelva a bajar. Si las válvulas están débiles o dañadas, la sangre puede detenerse y acumularse en las venas, lo que puede conducir a venas varicosas. Frecuentemente su aparición, frecuencia y gravedad se vincula principalmente a cuestiones hereditarias, por lo que si sus padres tienen este tipo de problemática es recomendable estar atentos a la prevención y control.
Las varices aparecen de modo más habitual a partir de los cuarenta años, y entre los síntomas puede presentarse dolor, piernas pesadas (sensación de presión), aparición de más venas superficiales, edema en los tobillos, alteración del color de la piel más oscurecida, enrojecimiento, sequedad y picor. Los niveles pueden dividirse en dos:
- Telangiectasias. Popularmente conocidas como arañas vasculares, son las más superficiales y más finas. Pueden adoptar varias coloraciones, normalmente azules, violáceas o incluso rojas. No suelen dar ningún síntoma.
- Venas Reticulares. Son de diámetro medio, de color verde-azulado y se transparentan a través de la piel. Pueden producir molestias, pero raramente se complican.
- Varices Tronculares. Son las de mayor tamaño, con dilataciones prominentes y sobreelevadas que se hacen más evidentes cuando se está de pie. Producen insuficiencia venosa y pueden complicarse provocando una tromboflebitis y a la larga favorecen la aparición de trastornos en la piel (úlceras, fibrosis, cambios de coloración).
De acuerdo a estos niveles son los tratamientos que se pueden realizar, pero siempre se puede hacer algo por lo que es recomendable visitar un especialista, sin temor a los procedimientos que son cada vez más eficientes y levemente invasivos. De manera preventiva es bueno mantener la actividad física, cuidar el peso para no generar presión en las extremidades, mantener las piernas elevadas al acostarse, no cruzar las piernas al sentarse, disminuir la ropa apretada y evitar estar parados por períodos largos de tiempo.
Para alivianar la molestia y ayudar a prevenir existen los masajes que ayudan a mejorar la circulación como el conocido drenaje linfático que además ayuda a limpiar la sangre, previene y combate infecciones. Lo ideal es ponerse en acción porque existen muchos tratamientos para revertir el padecimiento de las varices.
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