31 de diciembre de 1969
Entrevista
Antonio Cafiero: El Justicialista
A los 86 años, es el hombre con más horas de vuelo dentro del tradicional partido. Desde sus inicios, en el
gobierno de Perón, Antonio Cafiero es uno de los hombres con más trayectoria dentro de esta fuerza.
Antonio Cafiero entra en la oficina
de Lavalle y Cerrito con un dejo de cansancio, saluda a sus empleados y se pierde en su enorme oficina, decorada con muebles antiguos y un sinnúmero
de diplomas que lo remarcan una y mil veces como el hombre con más tiempo militando en el justicialismo. Abre la puerta de su escritorio y, con una sonrisa a medias, abre el juego para comenzar con la entrevista.
-¿Cómo es un día en la vida de Antonio Cafiero?
-Me levanto a eso de las 8; desayuno con los diarios de la mañana, para estar informado; a eso de las 10 voy a mi oficina y reviso mis mails, que por lo general son basura; después me voy a caminar un rato y me llego hasta un bar que está a unas cuantas cuadras de mi casa y es un lugar que me gusta mucho.
Antes me volvía caminando hasta mi casa, pero ahora ya no tengo tantas ganas, así que llamo a alguno de mis hijos, y si no, me tomo un auto que me lleve de regreso.
Al volver leo todo lo que tengo sobre mi escritorio, que en general son informes y artículos, tipo una almuerzo y de dos a cuatro duermo una siestita.
Más tarde vuelvo a la oficina a intentar escribir algo sobre política o planifico mis tareas; ya a las veinte paralizo mi actividad, voy a mi habitación y allí ceno, mientras miro alguna película mala, muy mala, del cable. Después ya me voy a dormir.
-¿Cuál es el momento que más disfruta del día?
-El momento que más me gusta es, en las mañanas, después de caminar, llegar al café y ver a todos los clientes; la verdad que es un buen momento. Hace dos o tres años que voy al mismo lugar, me resulta muy cómodo. Recuerdo que un día salí caminando y al llegar al bar me dije: ‘hasta acá me dan las fuerzas’, y entré, entonces, a partir de ese momento comencé a ir todos los días, disfruto mucho de estar allí.
-¿Qué es lo que le gusta de estar en el bar?
-La verdad es que me gusta mucho ir a los cafés, por ello voy todos los días a éste que está cerca de casa, y también al café del Patio Bulrich, me trae muchos recuerdos de otras épocas y disfruto de observar a la gente.
-¿Un hombre de trayectoria política como usted en algún momento sintió que lo estaban pasando por arriba?
(Piensa un rato y luego contesta sin dudar) -Sí, recuerdo que cuando yo
era presidente del PJ, en los años 80, y Menem era presidente de la Nación, en algún momento comencé a sentir que me pasaban por arriba, y terminé renunciando a mi cargo.
-¿Se puede decir que en la política hay amigos reales?
-Son compañeros, los amigos cuestan mucho dentro de la política; los que tenía por fuera del ámbito político se fueron muriendo.
-¿Qué le gustaría que sus hijos, nie-tos y bisnietos heredaran de usted?
(Mira unos instantes hacia el cielo y contesta con seguridad) -La pasión política, me gustaría que todos tuvieran la vo-cación política y, también, algunas formas de vida como las tradiciones que yo he tratado de inculcarles; pero la verdad que esto es difícil, porque son otros tiempos, las cosas han cambiado.
-¿Cómo hace hoy Antonio Cafiero para acercarse a la juventud?
-Los jóvenes son muy importantes en la política, por eso yo soy presidente del Instituto de Estudio que depende del PJ
y en el que se apuesta a los más jóvenes dando clases, conferencias, seminarios, donde se trata de incluirlos.
-¿Ve a los jóvenes con compromiso político?
-Lamentablemente, no; el compromiso es muy flojo, no es igual que en los 70 o en los 50.
-¿Por qué cree que se da este alejamiento de la política?
(Con un dejo de enojo) -Es más que nada porque la política se ha devaluado, no tiene el mismo atractivo de mi época, la juventud está alejada y desencantada de la política.
-¿Cree que Cristina, Kirchner y Scioli pueden ser los nuevos referentes para la juventud?
-Cristina, probablemente, pero no creo que Scioli tenga ese óleo sagrado para po-der conquistar a la juventud, es falta de carisma.
-Volviendo a su persona, se dice que es un hombre coqueto, ¿la ropa la elige usted o tiene algún asesor de imagen?
(Entre risas) -No digo que soy coqueto, pero me gusta vestir bien; igual, yo visto muy humildemente, tengo solamente tres o cuatro trajes, y algunos de ellos de hace 10 o 12 años.
En cuanto a mis zapatos, me los compro yo, si veo que los que tengo se empiezan a poner viejos. La verdad es que no soy un fanático de la vestimenta.
-¿Qué gustos se permite?
-Me gusta comprarme libros, y disfruto mucho de ir al cine; por lo tanto, una vez por semana voy a las salas a ver los estrenos.
-¿Cuál fue la última película que vio?
-Me gustan las de suspenso, pero la última que vi fue Muerte en un funeral, es un filme de humor inglés que me pareció interesante.
-¿Y en libros, qué prefiere leer?
-Leo todo lo que tiene que ver con el peronismo, incluso aquellos libros que son contrarios; y si no tengo ganas de leerlo, se lo doy a alguno de mis nietos para que lo lea y después me comente de qué se trataba.
-¿Como son los domingos en la casa de los Cafiero?
-Es el día de reunión familiar, todos los domingos hay una gran mesa, de entre 30 y 35 personas (risas cómplices con su secretario). La verdad es que es lindo cuando vienen, pero más lindo es cuando se van.
-¿De qué se habla en esas mesas familiares?
-Por lo general alguno trae un tema y lo expone sobre la mesa, entonces pasamos horas discutiendo; casi siempre tienen que ver con cuestiones de fútbol o política. Y en algunas ocasiones hablamos de los noviazgos que se hacen y los que se rompen.
-¿Hay muchas caras nuevas en esas reuniones?
-Por suerte, los chicos no cambian tanto de novias, aunque alguna nueva puede haber; pero, por suerte, son bastante conservadores y
se quedan con una chica.
-¿Qué objeto lo acompaña a todos lados, y por qué?
-Los cigarrillos, pero no es de vicioso, porque en realidad fumo tres o cuatro por día. En realidad no son cigarrillos comunes, es tabaco puro, son como cigarritos.
-¿Cuánto hace que fuma?
(Hace una mueca que indica mucho) -La verdad es que son muchos años, pero por suerte los médicos no me han encontrado nada, gozo de buena salud.
-¿En qué lugar le gusta pasar las vacaciones?
-Siempre voy a Pinamar, tengo un departamento cerca de las playas.
-¿Por qué elige Pinamar?
-En realidad, el lugar lo eligieron mis hijos; cuando íbamos a comprar departamento teníamos dos opciones: Pinamar o San Bernardo, y en una votación familiar ganó la primera opción.
-¿Con cuánto vive mensualmente Antonio Cafiero?
-No te olvides que yo vivo en una casa muy grande, que paga un alto impuesto, más o menos debo tener de gastos men-suales entre 10 mil y 11 mil pesos.
-¿Qué sueños tiene?
-Primero sueño con que se pueda terminar el monumento a Perón, cuya ley yo promoví en el año 1986; quiero ver ese monumento terminado, como una especie de testimonio que quiero darle al General, de agradecimiento por todo lo que hizo por el país y por mí.
Otro sueño que tengo es que la Copppal (Confederación Permanente de Partidos Políticos de América Latina) pueda hacer un aporte que sea notorio, visible para la unidad de América Latina.
-¿Cuál cree que sería ese aporte para llegar a la unidad?
-En primer punto estamos organizando una agenda de integración, de unión y concordancia entre todos los países de Latinoamérica. Panamá es el próximo lugar elegido para realizar el plenario de la Copppal.
-¿Qué puntos se tratan en esos plenarios?
-En la próxima reunión está en agenda la discusión sobre la justicia social en América Latina, el problema de la gobernabilidad de estos países y la ubicación de Latinoamérica con respecto al mundo.
-Desde su opinión, ¿como es la gober-nabilidad de los países latinoamericanos?
-En la actualidad América Latina está más estable que en otros años, pero le falta la unidad, que no se da por razones políticas y, principalmente, económicas. No es una tarea fácil, pero sueño con llevar adelante esa unidad.
-Usted es un viajero, ¿qué cosas le gusta traerse cuando regresa?
-Cada vez que viajo me traigo algún recuerdo de los lugares que visito, algún detalle que después coloco en una gran repisa que tengo en casa. En ese espacio hay una cantidad incontable de objetos que me recuerdan los viajes.
-¿De los países que visitó, cuál es el que más le gusta?
(Piensa unos instantes) -La verdad es que México me gusta, pero la altura en ese país no me cae del todo bien. El que más me gusta es Aruba, lo más lindo allí son las playas y, también, los hoteles.
-¿Si no hubiese nacido en Argentina, en qué otro país le hubiese gustado ha-cerlo?
(Con seguridad y un dejo de fanatismo argentino) -La verdad es que no me imagino en otro país que no sea éste. Amo a mi país.
-Usted es descendiente de italianos, ¿le gustaría haber nacido en aquellos pagos?
-Sí, es una posibilidad, pero la verdad que mi país es un lugar que amo.
Luego de una hora de entrevista, “el Justicialista” se presta para las fotos sin problemas. Aunque comienza a notarse
el cansancio, no se queja, por el contrario, mira la cámara sin problemas y hasta se coloca el saco para que las fotos salgan mejor.
Entre chistes se va despidiendo, y asegura que espera que su “Boquita querido” tenga un buen juego y gane algún partido.
El encuentro llega a su fin y Antonio Cafiero se despide con respeto, estirando la mano y dando las gracias.
La despedida es corta y cordial, pues Antonio Cafiero debe regresar a su trabajo.
Sentado a su escritorio comienza a revisar cada uno de los papeles que indican algunas de las tareas que tendrá en el día.