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Política Provincial
17 de diciembre de 2019
CONFLICTO
Con toma incluida, la interna de la UTA llegó a Mar del Plata
Cinco micros repletos coparon la sede de Belgrano e Italia durante la madrugada. Hubo tiros y desmanes. Tras la mediación de un fiscal, liberaron la sede sindical.
La interna sindical en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que mantuvo en vilo al mundo sindical y de la política durante la jornada de ayer en Buenos Aires, y que terminó con un saldo de once heridos, tuvo su repercusión en Mar del Plata pese al acuerdo inicial alcanzado a la medianoche por el sector oficialista que responde a Roberto Fernández y la oposición moyanista de Miguel Bustinduy. Es que un sector que responde a la oposición local tomó las instalaciones del sindicato en horas de la madrugada, aunque tras la intervención de un fiscal se llegó a un acuerdo para su liberación.
Conforme lo consignado por La Tecla Mar del Plata (www.lateclamardelplata.com.ar), alrededor de las 2 de la madrugada la tranquilidad de las inmediaciones de Belgrano e Italia se vio alterada por el arribo de cinco micros de transporte público repletos de personas que abriéndose paso a los tiros y al cántico de “si esta no es la UTA, la UTA dónde está”, coparon la sede local de la UTA
Si bien desde horas de la noche frente al edificio de Belgrano 4575 se había apostado una consigna policial y se había reforzado la presencia de sindicalistas fieles al secretario general Sergio Medina, previendo un escenario de conflicto, nada de ello fue suficiente para contener a los intrusos, que rápidamente se hicieron del control de las instalaciones.
Minutos más tarde se hizo presente el titular de la UFI 7, el fiscal Leandro Arévalo, que logró un acuerdo entre las partes, donde la facción disidente liberó la sede sindical. Según supo este medio, parte del acuerdo constó en la no apertura de una causa contra los protagonistas de la toma. Por prevención, en el lugar también se reportó una ambulancia, aunque no se registraron heridos.
El conflicto que dominó la escena por espacio de dos minutos rápidamente se extendió por el barrio Don Bosco, donde la mayoría de los vecinos se despertaron alarmaron por los gritos, golpes y tiros que se escucharon. Uno de los vecinos de la zona es nada menos que el exintendente Carlos Arroyo, domiciliado a menos de 100 metros de la UTA.