El tenista brindó un verdadero show, batió un récord y festejó de una singular manera
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Ayer, Novan Djokovic y Roger Federer brindaron un show pocas veces visto. Y es que en conjunto, ambos tenistas batieron un alucinante récord: jugaron un partido de tenis que duró 4 horas y 55 minutos y que pasó a la historia como la final más larga de Wimbledon.
El serbio se impuso ante el suizo con los siguientes resultados 7-6 (5), 1-6, 7-6 (4), 4-6, 12-12 (3). Y es que Djokovic ganó en el primer y tercer set mediante el tie-break en las dos oportunidades, mientras que Federer ganó en el segundo y cuarto set (6-1 y 6-4, respectivamente). Por lo que debieron definir la corona en un quinto set que fue épico.
Con este triunfo, el serbio conquistó su quinto Wimbledon y el segundo de forma consecutiva. Tras el partido aseguró que aquella final fue uno de los mejores partidos de su vida.
Un singular festejo
Para sorpresa de los presentes, luego de sellar el triunfo y tras recibir el aplauso de todo el público, Djokovic se dispuso a celebrar de una manera bastante insólita: en cuclillas, arrancó un poco de césped del suelo y se lo comió.
