Política Provincial
23 de febrero de 2013
BOUDOU Y DOMINGUEZ
Costosas reformas en el Congreso
Ambas cámaras recibieron este año un 40% más de partidas, que destinaron en muchos casos a reformas edilicias poco transparentes. Boudou intentó instalar un jacuzzi y una ducha escocesa en su despacho
El Congreso fue este año uno de los grandes beneficiados en el reparto de recursos nacionales: según el Presupuesto 2013, ambas cámaras recibirán un 40% de aumento en sus partidas, muy por arriba del 25% de los demás rubros. El problema con esto fue que no sólo financió la reciente y polémica suba de dietas de los legisladores, sino también otros gastos en reformas edilicias poco transparentes.
Uno de los que encararon este tipo de reformas en Diputados fue su actual titular, Julián Domínguez, que inició trabajos estructurales en las oficinas, salas de comisión y ascensores. Entre otras cosas, se tapó la suciedad de las paredes con pintura blanca, se pusieron nuevos paneles en los techos y se planean reformar los minúsculos despachos de los legisladores.
En este caso, el problema no fueron las obras en sí, que incluso la oposición celebró luego de años de desidia, sino la falta de mayor acceso a la información para saber en qué se gasta. Las reformas empezaron este año, sin que este problema se resolviera y sin que fuera contestado otro pedido opositor, que exigía que varias ONG pudieran hacer un seguimiento de las erogaciones.
Gastos de lujo
Sin duda, las más escandalosas fueron las lujosas reformas que hizo el vicepresidente, Amado Boudou, en el Senado, de donde es titular. Hace un año, a través del decreto de presidencia 1006/11, el funcionario dispuso realizar importantes obras de refacción y remodelación en sus oficinas, por el mal “estado del área”. El problema no fueron sólo los mecanismos poco transparentes usados, sino también los ostentosos lujos que se dio el vice: las reformas incluían originalmente la instalación de un jacuzzi, ducha escocesa, gimnasio, sauna, sistema de masajes y pisos flotantes. Aunque muchos de estos lujos fueron descartados por orden de Cristina, las reformas igual se hicieron, sin que se conociera el monto total de la obra, cómo y a quién fue adjudicada y con qué tipo de procedimiento (licitación o contratación directa).
Respecto de los procedimientos, la primera irregularidad es que los trabajos ya estaban en marcha dos semanas después de emitido el decreto, es decir que la remodelación ya había sido adjudicada antes de manera directa. Según la reglamentación vigente, el titular del Senado sólo puede hacer contrataciones directas en operaciones inferiores a
$ 25.000, pero sólo el jacuzzi que iba a instalarse superaba ese monto (el precio más bajo era de $ 19.000 más el impuesto al Valor Agregado). Y la Dirección de Museo Parlamentario, que depende de la cámara Baja, confirmó que no hubo ninguna consulta sobre la preservación del valor histórico del edificio, aunque no es obligatorio.
Para justificar estos procedimientos poco claros, Boudou modificó, mediante el decreto 95/12, la normativa de contrataciones para permitir que la caja chica del Senado (denominada “Fondo Rotatorio” y que sólo puede usarse en emergencias) pueda usarse para contratar obras por hasta $ 100.000 sin licitación, cuando antes el tope era de
$ 50.000. Así, el vice puede ahora gastar por este monto en rubros diversos (desde bienes de consumo y de uso hasta servicios no personales) y pagar las obras hasta tres meses después de adjudicadas, con la única condición de presentar tres presupuestos. Y a esto se suman unos $ 50.000 que pueden ser gastados, con las mismas condiciones, por el director general de Administración del Senado.
Por otra parte, para poder avanzar con sus lujosas obras, otro cambio reglamentario hecho por Boudou fue eliminar la prohibición para usar el “Fondo Rotatorio” en gastos relacionados con la partida “Construcciones”. Y el círculo se completó con la parálisis del único canal informativo disponible: en la página web del Senado los decretos se publicaron luego de cuatro meses de iniciadas las obras, cuando antes la actualización
on-line se hacía semanalmente.