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Argentina
Política Provincial
27 de septiembre de 2012
EN BOLSILLOS DE LA PROVINCIA

Presupuesto 2013: cocodrilos en el bolsillo

La Ley de Leyes que se pondrá a consideración de la Legislatura prevé incremento presupuestario, pero austeridad en el gasto, pocas erogaciones de capital y aumento de recaudación. Los reparos de la oposición y qué significaría para Scioli no contar con la normativa

Presupuesto 2013: cocodrilos en el bolsillo
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Bajar el déficit, buscar el equilibrio financiero, subir la recaudación mucho más allá de las estimaciones nacionales, suponer sobre antecedentes concretos que no habrá ayuda extra desde la Casa Rosada, duplicar los esfuerzos para conseguir empréstitos internacionales, rezar para que las estimaciones de crecimiento -con su consecuente repercusión en la co-participación- sean aún mayores y, fundamentalmente, achicar el gasto operativo. Todo eso, y más, deberá realizar la administración de Daniel Scioli el año próximo para no sucumbir ahogada financieramente.

Cocodrilos en el bolsillo de todos los ministerios es lo que coloca el Presupuesto 2013. Si bien se evitan caídas cuantitativas respecto de la Ley de Leyes de este año, la suba en las partidas no se condice con el factible incremento inflacionario (que Nación mezquinamente fija en un 10,8 por ciento), y mucho menos con el aumento previsto para la recaudación propia.

En este rubro, si se aprueban los ajustes impositivos cuyas puntadas finales se dieron esta semana, la Provincia estima recaudar un 35 por ciento más que en 2012. Es, sin duda, un dato por demás destacado de un Presupuesto que se ubicará entre los 130 y 140 mil millones de pesos (quizá un poco más cuando se cierre la nueva pauta salarial en marzo).

Los problemas financieros de este año aún acucian, y salvarlos demandan un apéndice extra en la ley Impositiva para capturar fondos antes de su plena entrada en vigencia. Por eso el apuro de terminar cuanto antes. En Economía se trabajó el fin de semana largo para culminar el articulado, e intentar llegar a presentar en la Cámara de Diputados las leyes de Presupuesto e Impositiva en el transcurso de la semana en curso.

En rigor, ya estaba casi todo listo, pero el Presupuesto nacional, presentado el jueves 20, modificó algunas pautas a último momento, y no se dio aviso a las provincias hasta tanto el texto fue conocido por todos. Eso llevó a cambiar parámetros y, como se sabe, en Economía, variar un número es cambiar varias ecuaciones y resultantes.

“Austeridad” es la palabra más repetida en el Ejecutivo. Hasta el propio gobernador Scioli, en su única precisión sobre los gastos del próximo año, destacó ese vocablo.

Habrá recursos para los gastos corrientes y el pago de los intereses, con un gran esfuerzo por achicar el déficit estimado en la mitad del actual, pero sin tener en cuenta el incremento que, inexorablemente, llegará cuando se negocien los nuevos sueldos estatales.

Los gastos extraordinarios y algunas obras quedarán atados al éxito de las misiones en busca de empréstitos internacionales. El mercado sigue duro, y casi prohibitivo. Los antecedentes del presente ejercicio son desalentadores.
De Nación no se espera nada más que lo destinado por coparticipación. Si luego aparecen recursos extraordinarios, serán bienvenidos, pero mientras tanto estarán fuera de la previsión de gastos.

“Optimizar recursos” es otra de las frases más recurrentes entre los funcionarios sciolistas. Por otra parte, se niega un impuestazo, pero se admite puertas adentro un reajuste progresivo en algunas tasas provinciales, además de agregarse cuotas adicionales a inmuebles y automóviles de alta valuación y modificarse alícuotas de otras cargas impositivas.
“Va a ser un presupuesto acorde a la realidad. Va a haber una gran responsabilidad en la ejecución del gasto y, fundamentalmente, en la recaudación, un acento muy fuerte en la recaudación”, reconoció el diputado oficialista Darío Golía, titular de la comisión de Presupuesto.

Un año especial
Achicar gastos e incrementar la presión tributaria es la antifórmula para un año electoral, pero, además de quedar pocas salidas alternativas para evitar sofocones, también por debajo se dan señales de alineamiento, concordancia con los pedidos de la presidenta Cristina Fernández de mejorar la administración, y renunciamientos de armado político basado en la caja.

De todos modos, Scioli no dejará de jugar políticamente, ni abandonará su sueño 2015. Tampoco dejará de preparar su camino si las encuestas lo siguen apoyando. Es una incógnita, entonces, de dónde van a salir los recursos, cuando la gestión quedará restringida económicamente. “Para eso siempre hay, quedate tranquilo”, dice un viejo peronista, al tiempo que desconfía de que el Gobernador no tenga un muchunero (ahorro escondido, en dialecto siciliano) para las eventualidades políticas. Volvamos a la ley de Presupuesto y a la ley Impositiva. La aceleración pretendida por Scioli para contar con las normativas antes de noviembre chocan con los usos, costumbres y tiempos de una Legislatura que también tiene lo suyo por aportar y discutir. Más cuando desde la Cámara de Diputados se sumará a los intendentes para escuchar sus reclamos y necesidades.

Además, en la cámara Baja la suma de voluntades de la oposición puede presionar al oficialismo (tampoco unificado en un criterio), sobre todo cuando el Presupuesto viene con endeudamiento, para cuya aprobación, necesariamente, debe contar con el voto favorable de los dos tercios.

El propio oficialismo, además, amaga con demandar artículos especiales que garanticen el pago de aguinaldo y sueldo de los estatales en tiempo y forma. Acompañan los opositores, como también acompañan el pedido de fondos especiales para las comunas, que por ahora el Ejecutivo no está dispuesto a ceder.

La oposición, amén de insistir con la renuncia al Pacto Fiscal, que será el arma principal de todos los partidos en la mesa de negociación, tiene demandas específicas. Si no se satisfacen algunas, habrá de-mora en el tratamiento del Presupuesto y de la ley Impositiva, e incluso el riesgo de no contar con esas herramientas.

“Algunos bloques de la oposición dijimos que algunas cosas vamos a condicionar; por ejemplo, queremos que pongan la pauta salarial, y ponerles un límite a los endeudamientos”, aseguró Abel Buil, del FAP. La Coalición Cívica, en tanto, ha hecho de sus negativas a los endeudamientos un caballito de batalla.

Entre otras demandas, un sector de la oposición intentará sacar al IPS del Presupuesto, porque “lo que sobra en el IPS lo usa la Provincia para gasto corriente”, según aseveró un legislador de origen radical.

También hay reparos sobre algunos impuestos y la modificación de alícuotas. Pero sin ese ajuste impositivo sería imposible (aun así parece difícil) alcanzar la meta de recursos estimada y, por ende, cumplir con el equilibrio financiero. Hacen ruido, entre otras cuestiones, la cuota extraordinaria del impuesto a la Patente Automotor, la aplicabilidad de la tasa para los pooles de siembra y el revalúo de los countries.

Tras el envío de las leyes al palacio legislativo, las negociaciones entre diputados y senadores tendrán como principal interlocutor del Ejecutivo al jefe de Gabinete, Alberto Pérez. La cuestión pasa más por los acuerdos políticos que por otro vértice.

¿Pero hasta dónde cederá el Ejecutivo para contar con un nuevo Pre-supuesto? La intención es no conceder casi nada. Y contrariamente a otras ocasiones, en esta oportunidad no se teme a encarar el próximo año sin Presupuesto.

“Con el prorrogado de este año nos arreglamos bien; de hecho, el Presupuesto va a ser similar al ejecutado en 2012”, suelen decir, un poco en broma y mucho en serio, los sciolistas. En un año electoral, la disponibilidad de los recursos a sola firma con el Presupuesto prorrogado es una atractivo caramelo.

Por ahora, el Gobernador envía a la Legislatura una previsión de gastos austera, con mucha presión fiscal. Pero no desespera. Los sciolistas creen que si no cuentan con las leyes como las necesitan, no serán ellos quienes paguen el costo político. El tiempo dirá.

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