Durante diez años, Luciana Salazar y Martín Redrado fueron una pareja emblemática que vivía entre Buenos Aires y Estados Unidos.
En un impasse que tuvieron, ella decidió convertirse en madre a través de la subrogación de vientre mientras que él la ayudó a llevar a cabo este sueño. De esta manera, nació Matilda que fue inscripta sólo como hija de la rubia debilidad.
Si bien, ellos no se reconciliaron siempre mantuvieron una buena relación y mantenían los tres un vínculo cercano. Hasta ahí la polémica no había estallado.
Sucede que, años después, Redrado habría firmado un acuerdo donde se hacía cargo de la educación, vivienda, ocio y salud hasta que la niña cumpliera 18 años, siempre y cuando Luciana no tuviera con ninguna pareja.
El documento está realizado sobre una hoja cualquiera, escrito a manuscrita y el economista dice que fue extorsionado, que no es el padre biológico de la criatura por lo que no tendría obligaciones al respecto. Por su parte, la modelo alega que es legal, que fue su padre afín al momento de traerla al mundo y es por ello que lo llevó ante la justicia.
Luego de muchos años de disputas, se supo que el 22 de diciembre del corriente tendrán una audiencia programada donde las autoridades judiciales van a definir si el economista asumirá como padre y debe abonar las cuotas alimentarias, o si desestima cada una de las exposiciones hechas en su contra.
