Estados Unidos dio un paso clave en la lucha contra el cáncer. Sucede que, uno de sus laboratorios más grandes, ha puesto en marcha un ensayo clínico realizado en humanos de una vacuna terapéutica basada en tecnología de mRNA. Esta investigación fue pensada para generar una respuesta inmunitaria de amplio espectro y no limitada a un único tipo de tumor.
El desarrollo que, en modelos animales, logró frenar cánceres altamente agresivos como el melanoma y el glioma, está abriendo la puerta a tratamientos más rápidos y potencialmente accesibles.
En esta primera fase, la vacuna se está probando en pacientes con tumores cerebrales y óseos recurrentes, de los cuadros más difíciles de tratar. Los investigadores buscan determinar su tolerancia, medir la activación inmunitaria y evaluar señales tempranas de eficacia.
El avance se enmarca en una nueva generación de terapias oncológicas basadas en mRNA, tecnología impulsada globalmente desde la pandemia, pero ahora adaptada para entrenar al sistema inmune a reconocer y atacar células tumorales de manera más amplia y versátil.