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Lunes, 27 octubre 2025
Argentina
27 de octubre de 2025
ANALISIS

Cristina y La Cámpora atan al peronismo al pasado: la derrota en Buenos Aires exige un cambio urgente

La paliza en la provincia obliga a redefinir los liderazgos y las conducciones. El "miedo kuka" prevaleció y en el corazón del PJ hubo un voto castigo al kirchnerismo duro y a la figura de la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Los desafíos que vienen y la batalla que deberá librar Axel Kicillof

Cristina y La Cámpora atan al peronismo al pasado: la derrota en Buenos Aires exige un cambio urgente
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Por Luisa Crespo 

La derrota de  ayer de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires no solo  fue un triunfo de la oposición: fue un grito del electorado que dijo “basta” a volver al pasado. En el corazón del peronismo, donde históricamente se define el poder, el voto no solo abrazó a Milei, sino que castigó un proyecto anclado en la figura de Cristina Fernández de Kirchner y su brazo político, La Cámpora. Si el peronismo no se sacude esa dependencia y no se reinventa, el 2027 será un sueño imposible.

Hasta  Marcelo Tinelli lo resumió con claridad en X anoche: “Hasta que no termine esto de que todo depende de ella, que hay que ir a consultarle para dónde ir, hasta que no se acabe su ‘liderazgo’, el peronismo no va a conectar con la gente, y no hay posibilidades que el partido más popular sea una alternativa lógica y honesta para gobernar.”

El liderazgo de Cristina, con La Cámpora manejando listas y estrategias, es un lastre que aleja al votante harto de mirar por el retrovisor. Mientras ella saludaba desde su balcón en Constitución con bombos de fondo, el electorado bonaerense mandó un mensaje claro: no quiere más nostalgias kirchneristas, sino un proyecto que mire al futuro
.
Del triunfo de septiembre al traspié nacional

El contraste con el 7 de septiembre es duro. Aquel día Fuerza Patria dominó 100 de los 135 municipios bonaerenses, gracias al trabajo territorial de los intendentes. Pero en las elecciones nacionales, con 35 bancas en juego, el peronismo se quedó corto, ganando solo en 36 distritos bonaerenses. 

Axel Kicillof, desde el búnker junto a Sergio Massa y Verónica Magario, habló de un resultado “ajustado” y le pasó la pelota a Milei, pero no pudo tapar las grietas internas.

La decisión de desdoblar elecciones provinciales y nacionales diluyó esfuerzos, pero el verdadero problema fue la falta de un mensaje renovador. El electorado no solo votó por Milei; votó contra un peronismo que huele a repetición, con listas armadas desde el Instituto Patria y una narrativa que no conecta con el presente.

Los intendentes: la clave que Kicillof debe activar

Si hay un salvavidas para el peronismo, son los intendentes. En septiembre, su maquinaria territorial –con colectivos, organización y contacto directo– aseguró una victoria contundente.  Ayer, su presencia fue más débil, con recursos agotados y el foco puesto en sus distritos. Sin embargo, son la fuerza viva del PJ bonaerense, los que caminan el barro y saben lo que respira la gente. Kicillof necesita alinearlos, darles protagonismo y construir un proyecto que los tenga como columna vertebral, no como extras de una película dirigida desde otro lado.

Anoche Gastón Granados, intendente de Ezeiza, lanzó un dardo filoso a la dirigencia nacional encabezada por Cristina Kirchner: “Es un mensaje a los dirigentes nacionales que tiene que entender que los intendentes somos los que tenemos los votos” no quieren ser más figuritas decorativas. 


Una provincia en crisis: la economía asfixia a Kicillof

La gestión de Kicillof enfrenta un panorama económico brutal. Los fondos coparticipables que Milei recortó dejaron a Buenos Aires en una crisis financiera: falta  de recursos para obras, subsidios o sueldos públicos. 

Sin dólares para insumos y con el conurbano golpeado por el desempleo, la provincia es un rompecabezas imposible. A esto se suma la interna con La Cámpora en la Legislatura, que bloquea endeudamientos y presupuestos por lealtad a Cristina, dejando a Kicillof con las manos atadas. Este combo explosivo –falta de fondos y parálisis política– hace que gobernar sea como caminar en arenas movedizas.

Kicillof en la encrucijada: liderar o desvanecerse

Kicillof tiene una oportunidad única, pero también un ultimátum. Debe dejar de ser el heredero del kirchnerismo y convertirse en un líder propio. Apoyarse en los intendentes, construir un peronismo inclusivo y plantarse frente a La Cámpora son pasos ineludibles. Si queda atrapado en la interna, navegando entre lealtades y tibiezas, perderá la provincia y cualquier chance de proyección nacional. Es hora de tomar la lapicera y escribir un proyecto que huela a futuro, no a 2003.

El electorado no solo votó a Milei; votó por no repetir un pasado que no resuelve el presente. El peronismo tiene la chance de renacer, pero solo si suelta las cadenas del kirchnerismo, escucha a la gente y pone a los intendentes al frente. Kicillof puede ser el conductor de esa renovación, pero el reloj corre.

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