Apps
Martes, 6 mayo 2025
Argentina
6 de mayo de 2025
KICILLOF - CRISTINA 

La foto de hoy: a punto de quebrarse

La interna en UxP suma capítulos y llega el tiempo de las definiciones. El kicillofismo consolida el MDF, al que inscribiría como alianza. Diferentes posturas sobre romper o no mientras la unidad se ve como objetivo lejano

La foto de hoy: a punto de quebrarse
Compartir

Quebrada y sin atisbos de arreglarse, la foto de Unión por la Patria habla de una separación a punto del divorcio. Pese a las reiteradas muestras públicas sobre la necesidad de la unidad, desde el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), comandado por Axel Kicillof, aparecen cada vez más indicios sobre las dificultades para seguir juntos, aunque la idea del descasamiento divide aguas en el seno más cercano al mandatario y en el espacio que tendrá su relanzamiento el próximo 24 de mayo. Por el lado del cristinismo también se habla mucho de la necesidad de continuar juntos, pero las acciones parecen ir en sentido contrario.
Está esa rara sensación de que la convivencia no da para más, sin embargo nadie quiere llamar primero al abogado.

El último detonante, que no será el definitivo, es la demora en la Legislatura para modificar el cronograma electoral en cuanto a las fechas de presentación de candidatos y modelos de boleta, pese a que se trató de un pedido de la Junta Electoral. En el kicillofismo sospechan que estirar la discusión fue una maniobra con la intención de que el órgano electoral le pidiera al Gobernador una renuncia al desdoblamiento y hacer las elecciones concurrentes. Sin embargo, el tema se solucionará con otro retroceso de las pretensiones cristinistas, pero esto no significará la paz en la coalición gobernante, porque viene el período de más puja, el que verdaderamente importa, donde se define quiénes y cómo tendrán la lapicera. Por las dudas, el MDF se encamina a presentarse como coalición electoral cuando deban cerrarse las alianzas, con el PJ o sin el PJ adentro.

Un sector cada vez más amplio del axelismo cree que la línea de Máximo Kirchner es ruptura hablando de unidad, y la línea de Cristina Fernández es un poco más moderada, debido a que le sería muy difícil explicar una candidatura suya en la Tercera sección electoral enfrentando a la lista del Gobernador. La expresidenta quiere a Kicillof adentro y sometido a su conducción. En la Gobernación todos juran que esto último no va a pasar. “Yo tengo que estar en la mesa de las decisiones”, dice el mandatario. “Axel tiene que ser una parte de las resoluciones y sí o sí debemos tener apoderados en la alianza que se forme”, repiten en oficinas de calle 6.

Se discutirá de listas, de cargos, de lugares, sin ser ese el centro del asunto. La verdadera disputa es por el liderazgo y por la cucarda de candidato presidencial 2027 para enfrentar a Javier Milei.

En esa búsqueda está Kicillof, cuando el objetivo de Máximo Kirchner parece ser marginarlo de la carrera y condicionar sus dos últimos años de gestión en la Provincia. Al menos eso piensan en el Ejecutivo, donde reiteran que la meta debe ser sacar a Milei de la Rosada y la única figura presidenciable que hoy pude mostrar el peronismo es el gobernador bonaerense.

“El objetivo estratégico es que Axel debe salir fortalecido de esta elección, consolidado como jefe político de la Provincia; sin eso no hay 2027”, le dijo a La Tecla un importante funcionario, quien separó aguas entre la elección seccional para las bancas en la Legislatura y la de diputados nacionales, en la que podría ser más fácil llegar a un acuerdo. Mientras, La Cámpora y sus socios buscan un reempoderamiento de Cristina Fernández, sin que en la Gobernación terminen de entender por qué la mandarían a jugar en la Tercera sección, a riesgo de licuar su capital electoral, y no la pondrían como cabeza de lista provincial en octubre. La principal sospecha es que Avellaneda y La Matanza se hayan convertido en una ciega obsesión para el cristinismo.

La demora en aprobar el calendario electoral, cuando el Gobernador pidió modificación de fechas y luego la Junta Electoral de la Provincia hizo efectivo el reclamo por varias vías, fue tomada por los más duros del espacio como señal de ruptura. En el círculo de hierro de Kicillof, pese a todo, la apuesta por la unidad sigue en pie, “porque Axel no va a ser el que rompa”. Hay posiciones disímiles en el propio Gobierno, y mientras unos sostienen que la confrontación con Milei los obliga a hacer todos los esfuerzos por seguir ligados alcristinismo, otros son menos optimistas y aseguran que hablar de unidad es realismo mágico, “porque lo concreto es que desde hace bastante tiempo está todo roto por decisión de ellos”, en referencia a La Cámpora. También es entendible que a algunos les cueste incluso imaginar un enfrentamiento con Cristina en la cancha.

El primer indicio concreto sobre la idea imperante en el MDF de presentar el 9 de julio una alianza con todos los sectores integrantes del espacio, a leerse como el primer signo concreto de emancipación, se dio hace unos días en la asamblea del Frente Grande. El partido presidido por el intendente de Ensenada, Mario Secco, votó “constituir la alianza con los partidos políticos que integren el espacio del Movimiento Derecho al Futuro que conduce Axel Kicillof”.

Desde ese lugar confiaron: “Nosotros vamos a convocar un frente donde van a estar todas las agrupaciones que están con Axel y también vamos a convocar al PJ”. Desde el ala dura aseveran que “todos queremos que Cristina lo apoye a Axel, pero si eso no se da van a forzar a que un voto silencioso aparezca bancando a Axel”. Es casi inverosímil pensar en un Parido Justicialista, dominado por Máximo en la Provincia y Cristina en la Nación, sumiso a la proposición de ser invitado y no anfitrión de la futura coalición electoral.

Unos plantean que es Cristina quien debe preguntarle a Axel qué necesita en las listas y, en función de eso y de las demandas de otros sectores, usar ella la lapicera; otros creen que debe ser al revés y que Kicillof sea quien le pregunte a ella y tenga la última palabra.

El punto de equilibrio es consensuar todo, pero está tan lejos como Neptuno.

En principio, porque las propuestas realizadas por Kicillof para reunirse con la expresidenta tuvieron como respuesta que las cuestiones electorales de la Provincia debían hablarse con Máximo. Incluso, después, el cristinismo puso delegados de menor rango.
Para el Gobernador su par es Cristina y no otro. Tampoco carece de lógica si se toma a ella como “la conductora”. Y no gusta en calle 6 que entre el presidente del PJ bonaerense y Massa le hagan el dos uno al mandatario.

Si bien la mira está puesta en la consolidación del liderazgo de Kicillof y en poner en esta elección el mojón de su carrera presidencial, por añadidura el MDF apunta a modificar la estructura de poder dentro del Parlamento bonae rense, dominado por la sociedad Máximo-Massa-Insaurralde. Aunque algunos en el entorno del Gobernador digan que si se llegara a la unidad no deben enojarse quienes queden fuera de las listas “porque el objetivo del MDF está en el largo plazo”, tener presencia en las nóminas de candidatos es una condición irrenunciable del espacio, más allá de reconocer que es difícil llegar al número pretendido (que tampoco aclaran cuál es). Sí hay coincidencia general en el Gobierno sobre el dominio de la lapicera, algo que difícilmente el peronismo ceda.

“No puede pasar de vuelta que la lista la cierren Máximo e Insaurralde sin que nosotros estemos ahí”, sentencian desde un despacho contiguo al de Kicillof. “Acá hay dos actores, Axel y Cristina. Si se quiere unidad, ella debe ordenar a Máximo, juntarse con Axel y que él le pregunte lo que ella necesita en las listas”, completó un armador del MDF. Otro fue un poco más allá y dijo que no se tolera que Facundo Tignanelli y Emmanuel González Santalla (los dos laderos de Máximo Kirchner) sean quienes armen las listas. Esta pretensión está lejos de la visión de La Cámpora y de Massa, quien no cederá su lugar en la mesa para ser considerado parte del espacio cristinista, como pretenden en calle 6. “Es difícil ver cómo se hace la unidad en este contexto”, concluyó un ministro mientras se preparaba para una aparición pública. Y no habrá charlas sobre una posible confluencia mientras sigan encontrándose excusas para la pelea, como el cronograma electoral. En público todos piden unidad, en privado reconocen que en la situación actual es casi una utopía. La foto todavía los muestra juntos, pero la mueca sonriente se borra con el tiempo, las camas están separadas y la decisión del divorcio depende sólo del primer paso. El 9 de julio puede ser el día, quizá antes, quizá nunca. Es el peronismo en su máxima expresión cuando lucha por el poder y el liderazgo.

Una idea sobre las listas que ni siquiera llegó a ser un borrador

En la ya mítica reunión de Kicillof, Kirchner y Massa de más de ocho horas el domingo 6 de abril en La Plata, previa al anuncio del desdoblamiento de las elecciones bonaerenses, hubo algunas conversaciones acerca de la posible resolución de las listas seccionales. La cuestión quedó en la nada y murió en esa charla, sin que ello signifique su descarte definitivo. Si hay unidad, el Frente Renovador y La Cámpora volverían sobre esa la misma idea.

Fue el excandidato presidencial quien propuso un acuerdo salomónico: Cristina Fernández cabeza de lista de la Tercera sección con poder de veto sobre el resto de la nómina; Massa con la facultad de poner el primero en la Primera y poder de veto sobre el resto; y lo mismo para Kicillof en la Octava. El interior quedaba para repartir, presumiblemente en partes iguales porque tampoco se habló demasiado sobre el porcentaje de representatividad.

Llegado el caso de consensuar la unidad, desde el entorno de Kicillof advierten a la tropa que “todos deben entender que esto es un paso obligado del cual tenemos que salir vivos porque el objetivo del MDF apunta al 2027”. Pero esa perspectiva sólo sería aceptada por todos en el kicillofismo si el Gobernador y Cristina llegan a un acuerdo equidistante y existen todas las garantías de su cumplimiento. Y sólo puede haberlas si los apoderados son compartidos.

La exigencia de tener acceso a una lapicera clave en el proceso

Para comenzar a hablar, entre otras cosas, Axel Kicillof exigirá que el MDF tenga acceso a la lapicera legal de la futura alianza; es decir, contar con apoderados. “Lo que nosotros pedimos y no nos están dando es tener apoderados, que en Unión por la Patria son todos de ellos. Nosotros nunca tuvimos y ahora queremos tener”, reclamó una voz cercana al Gobernador.

Hay vastos antecedentes, dentro y fuera del peronismo, que le dan razonabilidad a esta demanda. Son los representantes legales quienes deben presentar las listas y si, a demanda de sus jefes, meten el dedo a última hora luego no hay lugar para el reclamo. También es clave la conformación de la junta electoral de la alianza que se forme. Si bien la discusión por los apoderados apenas se rozó en la mentada reunión de Axel, Máximo y Massa, no hubo una profundización al respecto más allá que se mencionó la posibilidad de apoderados cruzados, para que ninguna resolución salga sin firma de alguno de los sectores. Es un tema central en la búsqueda del futuro acuerdo, y en las filas del Gobernador intuyen que será difícil que el kirchnerismo acceda a darles un lugar. Pues bien, en el Ejecutivo afirman que sin ese lugar la unidad es casi una utopía.

Tampoco aceptan quedar en inferioridad. “Queremos paridad, no que me metas un apoderado de La Cámpora, uno del Frente Renovador y uno nuestro, porque después te hacen el dos-uno en todas”, advirtieron desde el entorno del mandatario provincial, a sabiendas de que esta petición será difícil de lograr. Otro punto que atenta contra la unidad. Incluso, hay quienes le dan más importancia a este ítem de la negociación que a la distribución de los lugares en las listas, “porque sin esa firma te pueden cagar el acuerdo por las candidaturas y después ya es tarde”.

Una maniobra que en el Ejecutivo tildan de extorsiva para los alcaldes

La interna se juega en todos los planos y en todas las canchas. Camina sigiloso en el Senado el proyecto para garantizar la reelección indefinida de legisladores, concejales y consejeros escolares, que excluye a los intendentes. La excusa de que la traba legal opera este año para los representantes legislativos y quedan dos años para resolver las re-re de los alcaldes no alcanza para disimular el malestar de los intendentes y del kicillofismo.

El Gobernador y sus ministros políticos coinciden en rechazar las limitaciones a los mandatos, porque los mismos siempre son validados por la voluntad popular, y se muestran en desacuerdo con cualquier limitante a esa voluntad popular. Sin embargo, en el Ejecutivo están que trinan por el proyecto del senador Luis Vivona. “Es descabellado votar paralegisladores, concejales y consejeros escolares y no para intendentes. Es una maniobra mafiosa de extorsión sobre los intendentes que mayoritariamente están con Axel. Este es un mensaje de Máximo a los intendentes de carácter mafioso”, disparó un soldado de Kicillof. Un ministro ratificó estos dichos y agregó que “esto demuestra que no tienen muchas ganar de calmar las aguas y acordar”. Incluso, en el Gobierno, miran con atención la relación entre algunos intendentes y los representantes de sus distritos en la Legislatura, quienes alzarán la mano para garantizarse su reelección pero no la de los jefes comunales. Por caso, Vivona es de Malvinas Argentinas, donde Leonardo Nardini no podría ir por otro mandato pero sí el legislador si se aprueba su propia iniciativa. Son varios los que quedarán bajo la lupa, que no juegan con Kicillof, y desde las gobernación los llamarán para recordarles lo que ya saben: “mirá que te están cagando”.

El tercer actor que quiere ser par y entró en el tironeo

Sergio Massa ubica a su Frente Renovador como una tercera pata a la que le auto otorga un valor equidistante al cristinismo y al axelismo, pero desde los otros dos lados no lo ven con el caudal para pelear por el 33,33% del reparto. Sin embargo, el tigrense sabe sacar rédito siempre, aún en la desventaja. El FR apoya de plano las movidas camporistas en la Legislatura, y eso divide aguas también en el gabinete de Kicillof, donde algunos aceptan que sea un tercer espacio y otros abonan la hipótesis de dos actores y no tres. “Sergio está en el paquete de ellos. Si vienen a charlar acá los metemos en el paquete nuestro”, sentenció un integrante de la mesa del MDF para describir por qué un sector del kicillofismo considera factible un acuerdo sólo si Cristina ordena a su tropa, con Massa adentro, y se sientan ella y Axel a cerrar el acuerdo final.

Massa necesita la unidad y no se cansa de repetirlo. Sin embargo, en el Gobierno sienten -y en este aspecto no hay disidencias- que en las acciones siempre termina del mismo lado de la grieta interna. En calle 6 suelen bromear con “la UTE (Unión Transitoria de Empresas)” conformada por el Frente Renovador, La Cámpora y Martín Insaurralde, siempre activo en las sombras.

La discusión en la mesa empieza, “muchachos ustedes son dos o son uno, porque hasta ahora son uno”, aseguran que dirá Kicillof si se sientan para hablar de unidad. El Gobernador ya le ha transmitido a Massa su molestia y tuvieron una fuerte discusión cuando en la Legislatura se demoraba la suspensión de las PASO y caminaba el proyecto de concurrencia presentado por Teresa García. Axel le pedía a Sergio una señal de apoyo antes de tener que anunciar el desdoblamiento. Esa señal no se hizo visible. Si se quiere evitar que la sangre llegue al río, Kicillof podría archivar el enojo. “Si Massa no estuviera en la UTE somos tres, entonces seamos tres en la mesa”, es, de mínima, la exigencia del kicillofismo menos duro, que accede a considerar al espacio del exministro de economía como un actor nivelado con los otros dos, “porque Axel no va a romper por eso”.

Juegan, además, con la necesidad del tigrense para sostener la unidad a lo que dé y evitar incluso un desmembramiento del Frente Renovador. En el verano, después de la reunión de los intendentes del Frente Renovador con su líder en Pinamar, Kicillof se enteró por boca de uno de los presentes del resultado de una pregunta realizada por Massa a los jefes comunales. ¿Si no hay acuerdo, con quién vamos?, indagó. Sólo uno, Juan Andreotti, dijo “con Cristina”, el resto se inclinó por acompañar a Kicillof. Al menos esa es la versión contada al mandatario provincial.


 

OTRAS NOTAS

EN DEBATE

Plazos electorales: cónclave oficialista, advertencia opositora y final abierto

Hubo cumbre de las autoridades de Unión por la Patria en la Legislatura en medio del fuego cruzado entre las tribus. El sueño de sancionar la ley esta semana de algunos y el no rotundo de otros.

Copyright 2025
La Tecla
Redacción

Todos los derechos reservados
Serga.NET