Algunos intendentes radicales tienen bajo control los legislativos locales. Otros dependerán de las alianzas que definan su partido y el PRO, con presencia en algunos bloques boina blanca
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El radicalismo bonaerense define por estas horas su futuro y su perfil en el complejo tablero político que se avecina.
En este mar revuelto, los intendentes de la UCR provincial navegan si rumbo fijo aún, esperando que las autoridades partidarias marquen el norte en cuanto a alianzas para septiembre y octubre.
En tanto, llega el momento para emprender la tarea, sacan cuentas, hacen sumas, restas y divisiones respecto de la conveniencia de sumarse a un frente anti Kicillof, levantar la bandera de la Lista 3 o sostener sus acuerdos con viejos compañeros de ruta amarillos y “lilitos”.
La mira está puesta en la renovación de los Concejos, donde la mayoría tiene el control gracias a bloques leales y, en algunos casos, alianzas ocasionales con el PRO, los libertarios o vecinalistas.
Otros, en cambio, transitan estos días con preocupación. Son quienes no cuentan con manos suficientes para respaldar su gestión o que tienen presencia amarilla en sus bloques. “Si el PRO cierra un acuerdo con los libertarios, es probable que la relación de fuerzas en los deliberativos termine perjudicando a los intendentes”, evaluó un alcalde boina blanca.