En el año 2002, la psicología y la sexología confluyeron para dar vida a un nuevo término: la inteligencia sexual. Acuñado por los licenciados Sheree Conrad y Michael Milburn, profesores e investigadores de la Universidad de Massachussets, este concepto plantea que la dimensión erótica de cada persona está determinada por su coeficiente de inteligencia sexual. En esta línea, cabe resaltar que el nivel de inteligencia sexual explicaría las diferencias de comportamiento de las personas respecto a sus prácticas íntimas. Es decir, a muy grandes rasgos, podemos distinguir dos tipos de personas: por un lado, están aquellas que transitan su intimidad como algo realmente placentero, no tienen problema en ser quienes tomen la iniciativa, disfrutan de los encuentros sin ningún tipo de prejuicios y pueden conversar libremente con su pareja acerca de aquello que les gusta, los enloquece y los excita. En este grupo estarían las personas con un desarrollado coeficiente sexual. Mientras que, en la vereda de enfrente estarían aquellas personas que vivencian los encuentros sexuales como un deber, pero que sienten una gran insatisfacción y, a pesar de ello, no son capaces de siquiera admitirlo. Esta falta de madurez en el terreno sexual, en general tiene su correlato con diversos factores tales como el tipo de educación, las experiencias, las represiones, los miedos y el pudor, entre otros. Cómo aumentarla Sea en el plano que sea (sexual, emocional, espiritual, laboral o familiar), la inteligencia es algo que está vinculado a ser más conscientes y conocedores de nosotros mismos. Desarrollar nuestro coeficiente sexual nos permitirá vivir plenamente nuestra intimidad. Para lograr un mayor inteligencia en este plano, en primer lugar, será necesario explorarnos a fin de identificar aquellas cosas que nos enloquecen y excitan; y, en segundo, lo ideal será compartir esos hallazgos con nuestra pareja a fin de elevará al máximo esos encuentros sexuales. Claro que esto no será inmediato; sino que implicará un proceso de autodescubrimiento y fortalecimiento de la seguridad para entregarse sin restricciones. Respondé sí o no y sumá puntos 2- No te permitís tener ningún tipo de fantasías sexuales y piensas que estas equivalen a un engaño 3- ¿Te sentís libre de tomar la iniciativa en el sexo sin ningún tipo de prejuicios? 4- ¿Te preocupás por el disfrute y la satisfacción de tu pareja? 5- ¿Tenés muchas fantasías que por pudor o inseguridad no te animás a cumplir? 6- ¿Disfrutás de masturbarte? 7- ¿No mantenés la cantidad de encuentros sexuales que te gustarían y la mayoría de las veces quedás insatisfecho/a? 8- Cuándo tus amigos cuentan sus experiencias, ¿Penás que sus vivencias siempre son más gratificantes y satisfactorias? 9- ¿Solo implementás nuevas prácticas cuando son iniciativa de tu pareja, pero vos nunca proponés? 10- Considerás que son mejores los encuentros sexuales esporádicos que los que se dan con una pareja estable? 11- Después de llegar al orgasmo, ¿tenés ganas de quedarte al lado de esa persona? 12- No te preocupa las condiciones como puede ser el tipo de luz, solo te dejas llevar y disfrutás Respuestas afirmativas en las preguntas 1,3,4,6,11,12 sumás un punto por cada una de las acertadas. NIVEL DE INTELIGENCIA SEXUAL 0-2 puntos: Deficiente 3-4 puntos: Insuficiente 5-7 puntos: Aceptable 8-10 puntos: Alto 11-12 puntos: Excelente |