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Jueves, 28 marzo 2024
DESAFIO
22 de agosto de 2018

Adopción de niños mayores: cómo relacionarse y generar confianza

En primera persona, Mariana, mamá de cuatro hermanos, cuenta a La Tecla la experiencia de adoptar hijos casi adolescentes. Los desafíos, las expectativas y los problemas cotidianos

Adopción de niños mayores: cómo relacionarse y generar confianza - La Tecla

Mariana (34 años) es de Bahía Blanca. Junto con su pareja, Martín (45 años), respondieron a una convocatoria pública para iniciar el proceso de adopción de cuatro hermanitos de San Pedro, de 11, 12, 13 y 15 años. Desde entonces, todo fue un desafío. En primera persona, Mariana cuenta a La Tecla cómo es la adaptación, qué cuestiones hay que tener en cuenta a la hora de adoptar niños más grandes y cómo buscar apoyo durante el proceso, que por momentos puede tornarse difícil. Por cuestiones legales no se mencionan el apellido de la familia y los nombres de los niños.

-¿Cómo fue la llegada de los niños a tu casa?

-Respondimos a una convocatoria pública, donde generalmente se solicita adopción para grupos de hermanos grandes o niños con alguna dificultad. Son los chicos que, generalmente, y esto dicho entre comillas, “nadie los quiere”. En general, la gente intenta adoptar chicos menores de 2 años. Nosotros nos anotamos y a los dos meses, los ne-nes estaban viviendo con nosotros. Hay que desmitificar que la adopción es difícil, porque no es así. Es difícil adoptar niños pequeños.

-¿Qué cuestiones tuvieron que modificar en casa con la llegada de los niños? ¿Cómo es la adaptación de ambos lados?

-Se sobrevive (risas). Lo vas trabajando en lo cotidiano, con pequeñas metas. Nosotros tuvimos apoyo de una psicóloga de familia, esto es importante. Y buscar apoyo de otros padres que hayan pasado el mismo proceso. De entrada, todo es maravilloso porque los chicos quieren ser aceptados. Después, obvio, eso no se sostiene, porque son niños. Lo que más nos costó fue que se adaptaran a que había nuevas reglas, tenían arraigadas conductas muy difíciles. Por ejemplo: para nosotros, almorzar era todo un drama, tardábamos tres horas, se manchaban, ensuciaban todo, comían desaforadamente, escondían la comida. La realidad es que hay que ir construyendo de a poco el vínculo y la confianza. Son chicos divinos y supercariñosos, y las cosas se van acomodando. Pero uno tiene que saber que no es nada fácil, que no es todo color de rosa. Nos llevó un año de mucho trabajo, de casi bajar los brazos, de crisis de pareja, de sentir que no podíamos. A nosotros, por ejemplo, los nenes no nos dicen mamá y papá, nos llaman por nuestros nombres; son todas cosas que hay que ir asimilando y trabajando.

-¿Cuánto influye la trayectoria de los niños?

-Hay que desmitificar un poco. Es más difícil que sean grandes, pero no es imposible. Hay bastante prejuicio con esto, y la realidad es que pasan un montón de otras cosas que uno no tenía en cuenta. Y si bien los chicos traen una mochila, es cierto, nosotros, como adultos, también la traemos. Hay que coordinarlas, nada más.

 

Consejos para otras parejas

-¿Cuál sería la recomendación para una pareja que quiere adoptar y puede hacerlo con niños grandes?

-Primero, que conozcan a los chicos; ahí está la cuestión. Nosotros, cuando conocimos a los nuestros, la verdad es que hicimos una conexión especial. Fue un antes y un después, y eso nos envalentonó a hacerlo. Hay que sacarles el mote de “grandes” y, después, embarcarse. Es un piletazo, pero es un piletazo igual que ser padres biológicos.

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