Elección: a seguro se lo llevaron preso

A diferencia de lo ocurrido en otras elecciones, la prohibición para publicar encuestas o relevamientos se hace sentir. Aunque se sabe que tampoco son ciertos los números en mano, menos aún en un escenario tan difuso como el actual. Quizás la diferencia es que los sondeos generan sensación de seguridad, operan en la opinión y principalmente en el electorado, que en muchos casos, aún a esta altura, está desconcertado.

Hace unos días todo indicaba que Macri bajaba y Massa subía. Contentos andaban los massistas que empezaron a establecer la consigna “sólo nosotros le ganamos a Scioli en el balotaje”. Sin embargo, el Niembrogate, a esta altura, parece una anécdota del pasado; ni hablar de la muerte de Nisman que prometía impactar en el oficialismo y, según acontecieron los sucesos, ya es sólo una viñeta en la historieta de estas largas elecciones.

Pero más allá de cualquier conjetura, de cara al domingo la sensación es que todo puede pasar. Primera o segunda vuelta, acuerdos post electorales, oficialismo triunfante, oposición desahuciada.

Existen números que hablan del bonaerense coronado por unos pocos puntos (40,6), otros que por menos de 2 puntos (38,8) lo ven protagonizando una agonía larga y certera. Lo mismo ocurre con Macri, cuyos guarismos rondan los 29- 27 puntos, o Massa que podría sacar un 22,6 (en sus pronósticos más favorables).

Otra cuestión que genera, al menos, incertidumbre es la referencia al "fraude" que hace la oposición. El candidato presidencial por Cambiemos, Mauricio Macri, advirtió hoy que existe "riesgo" de que el domingo se cometan irregularidades, mientras que el postulante del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, pidió “respetar la voluntad popular” y advirtió que “no hay excusas” para no respetar el resultado de los comicios.

La diferencia en los resultados es sustancial, porque la segunda vuelta sería demasiado peligrosa al FPV y allí estarían los opositores contentos, extasiados y dispuestos, principalmente, a los acuerdos, relamiéndose por terminar con 12 años de kirchnerismo (a la naranja). Pero, más allá de cualquier conjetura, con números o sin ellos, hasta el domingo todo indica que “ha seguro lo llevaron preso”.