Hacía una media hora que había terminado el acto en la Ciudad de Córdoba, más precisamente en el Orfeo Súper Domo, que vale destacar, estaba colmado de gente. "Calculamos que había 20 mil personas", dijo a La Tecla uno de los organizadores del evento que sirvió, entre otras cosas, para presentar a los candidatos del interior del país.
Massa estaba de buen humor, de muy buen humor. Hasta su gente destacaba el estado de ánimo del tigrense. "Aprovéchenlo", soltó susurrante un allegado, muy allegado. Y sí, el acto, según sus propias palabras, fue todo un éxito. Ya había quedado atrás la pasajera bronca por la cadena nacional de Cristina.
"A los medios les avisaron veinte minutos antes que había cadena nacional, una locura, ya no saben que hacer para callar nuestras propuestas", dijo ante los periodistas un massista de la primera hora. "Por eso Roberto (Lavagna) y José (De la Sota) estiraron un poco, para hacer coincidir el comienzo del discurso de Sergio con el final de la cadena", agregó.
Ante la afirmación, Massa se sonrió, Asintió. Ratificó sin emitir sonido. Pero ya estaba. La televisión, las radios y los portales de internet se habían hecho eco de las palabras de Massa. Ese dato se lo acercó el confesor asesor, el muy allegado. Massa volvió a sonreir. Igual que sonríe cuando habla de números, de encuestas. Quizá las mismas que antes no eran creíbles.
"Yo también estiré un poco el comienzo. Le agradecí a todo el mundo antes de empezar a hablar. Pero me comí a Malena, muy mal", prosiguió sonriente el candidato que está seguro llegará a una segunda vuelta con Scioli. De lejos, Lavagna sonreía. Tal vez recordaba que a poco de terminar su discurso sacó del bolsillo del pantalón una inmensa lista con los sectores económicos que pueden mejorar. Obvio, para estirar.
Cinco o seis periodistas de Capital, La Plata y Córdoba y Massa. Mano a mano. Concluyeron el acto, la conferencia de prensa y las entrevistas en vivo. Era el momento del off de récord. Sí, el esposo de Malena Galmarini estaba de buen humor. Encendió un cigarro, pidió un vaso de gaseosa y arrancó la charla. Luego de 45 minutos se sumaron José Manuel De la Sota y Roberto Lavagna. También a pura sonrisa, como era de esperar.
"En off, dijimos", dijo ya no tan sonriente, cuando uno de los periodistas peló papel y lapicera como para empezar a tomar nota. Guardados ambos elementos, se dio comienzo a la conversación. ¿Temas? Todos. Todo lo que se le preguntó, Massa contestó. Lo único que evitó decir fue a quien apoyaría en caso de un balotaje entre Daniel Scioli y Mauricio Macri. "Al balotaje voy yo”, afirmó sin vueltas.
Recordó que a veinte días de las PASO fue cuando peor estuvo en los números (no llegaba a los dos dígitos) pero negó que haya pensado en bajar su candidatura, más allá de que varios de los suyos le hayan pedido jugar para Gobernador. Eso sí, destacó que pese a que, según él, ahora se encuentra en alza, la gran Primaria opositora hubiese estado bien. Dijo algo sí como que el kirchnerismo ya estaría fuera de combate hace rato.
Además, abrazado a De la Sota, recordó con su rostro, esta vez no se aclarará si fue sonriente o no, ya que fue en off, la cara que puso cuando se enteró que varios de los que lo habían abandonado sin avisarle, caso Giustozzi, Othacehé y Eseverri, no habían hecho una buena elección en sus distritos. “Con Sergio nos pusimos muy tristes”, tiró el canoso cordobés.
La elección para Gobernador también fue uno de los temas tratados, y según su apreciación, el resultado que arrojaron las planillas no fue el verdadero. Dio más detalles. Pero fueron en off. ¿Si fuese presidente, cuál sería el pliego que enviaría para completar la Corte? Fue de las últimas preguntas. Y la respuesta arrojó flor de sorpresa. Sin duda, una visión muy Progresista del asunto.
En otro tramo de la extensa charla, el diputado nacional hizo un detallado repaso de las zonas en las que están bien y suben y en las que están estancados. Nunca mencionó nada sobre que estén bajando en algún determinado lugar. Y ahí volvió a aparecer De la Sota, quien intentó convencer a todos y cada uno de los periodistas presentes, de que los votos que él consiguió en las Primarias van a ir, en las generales, derechito a Massa.
Cuántas boletas va a imprimir, el financiamiento de la campaña, el homenaje a Riquelme, las encuestas en los distritos del Conurbano y la actualidad de De Narváez también fueron temas tratados en la conversación. Para esto, el hombre de Tigre ya se había fumado un segundo cigarro (no cigarrillo) y había solicitado otro vaso de gaseosa. Ah, por si fuera poco, adelantó que el fin de semana que viene Malena se sentará en la mesa de Mirtha Legrand. Y la otra, quizá, Lavagna y De la Sota.
El off llegó a su fin. Massa saluda, siempre sonriente, a cada uno de los periodistas que lo escuchó y especialmente a los que llegaron desde Buenos Aires y La Plata. Contó que quería ir a saludar a los dirigentes que, al igual que los periodistas, se llegaron a Córdoba provenientes de la provincia de Buenos Aires. Después tenía una “reunioncita” de campaña con De la Sota y Sergio Bendixen, su principal asesor.
Muy rico todo. Muy jugoso. Las cosas andan mejor cuando Massa sonríe, cuando está suelto, cuando cuenta y no se guarda nada. Y esto último incluye las fotos y los saludos. Antes o después de la reunión con Bendixen y De la Sota -eso no quedó claro-, se hizo una escapada hasta el aeropuerto y se despidió de todos y cada uno de los candidatos provinciales, nacionales y municipales que se habían llegado hasta La Docta y estaban esperando su avión de regreso a la Capital Federal.
Casi todas las encuestadoras coinciden. Massa sube, Macri baja y Scioli está quieto. “Es una elección atípica”, dicen Massa y el massismo en general. Y por eso, porque sucede lo que sucede, Massa y el massismo sonríen. La verdad se conocerá el 25 de octubre, pasadas las 23 horas. ¿Llegará UNA a la segunda vuelta? En caso que sí, Massa incrementará su sonrisa. En caso que no, probablemente la sonrisa se apague. |
