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Jueves, 25 abril 2024
POLEMICA
7 de junio de 2014

Chascomús: cuando la culpa es del otro

El municipio gobernado por Juan Gobbi se encuentra en estado de alerta económica. Las falencias financieras y una controvertida rifa lo ponen en jaque. Ediles culpan a la separación de Lezama

Chascomús: cuando la culpa es del otro - La Tecla

Como si se tratara de una maldición, a partir de que Chascomús perdió a Lezama todo se le volvió en contra. El distrito gobernado por el radical Juan Gobbi vive horas realmente preocupantes, que van desde los problemas para pagar los sueldos hasta la posible quiebra por una controvertida rifa. Nada es igual. La fecha “maldita” para el distrito lindero a la ruta 2 fue el 22 de diciembre de 2009. Ese día, la Legislatura provincial votó la separación del territorio.

Varios estudios habían pronosticado que el apartamiento de las localidades le traería a Chascomús serios problemas estructurales. Del mismo modo, la institucionalidad fue un tema a resolver. Hubo cargos que se tuvieron que declinar, y otros, readecuar. También los legisladores de la sección que por aquellos tiempos ocupaban una banca tuvieron sus vaticinios.

Los estudios lanzados por la Universidad Nacional de La Plata expresaban que el municipio de Chascomús empeoraría su situación fiscal como resultado de una transferencia de recursos fiscales mayor que de gastos, explicada fundamentalmente por la pérdida de ingresos por tasas y servicios vinculada a la cantidad de tierra cedida, como las tasas de servicios rurales, las de marcas y señales y por impuesto Inmobiliario Rural. El déficit se incrementaría sensiblemente, y sólo por la división se podrían perder ingresos coparticipados por $1,45 millones como consecuencia de un menor coeficiente en Salud, por ejemplo.

El problema económico que hoy enfrenta el gobierno de Gobbi viene de larga data. En 2009, la ex intendenta y actual diputada provincial Liliana Denot estuvo al borde de ser suspendida por 60 días, acusada de manipular fondos afectados para gastos corrientes y otras “faltas graves” en el ejercicio de sus funciones.

La Comisión Investigadora del cuerpo deliberativo local por aquel entonces sostuvo que la jefa comunal utilizó fondos afectados a la adquisición de un inmueble para atender gastos corrientes, en particular el pago de salarios, y que, además, escondió información pública a los concejales. Finalmente, por una orden judicial, la suspensión no ocurrió.

Denot había expuesto por esos días que sería “inviable la escisión de Lezama, ya que ambos municipios quedarían con serias dificultades para subsistir, ya que se necesitarían permanentes ayudas de la Provincia”. Los años siguientes fueron similares. En 2010 y 2011 los problemas financieros continuaron, y el mal panorama se incrementó.

El cambio de nombre en la jefatura municipal parecía que traería nuevos aires, pero eso no ocurrió. Una vez más Juan Gobbi se hacía cargo del Ejecutivo, y a las horas de asumir lanzó críticas a su antecesora. “El municipio tiene una deuda cercana a los 10 millones de pesos y, por lo tanto, vamos a decretar la emergencia económica y administrativa”, apuntó el alcalde ni bien asumió en el puesto.

El tiempo pasó y las soluciones no llegaron. En 2012 el jefe municipal decidió abonar los sueldos en dos tandas. Esto le valió varios cuestionamientos, no sólo de los empleados, sino también de sus propios funcionarios. Y lo que había pronosticado Denot se hacía palpable: la municipalidad debió recibir ayuda de la Provincia para salir del paso. Cerca de 14 millones de pesos aportó el gobierno bonaerense para salvar la crisis.

Por estos días, las dificultades para el pago de salarios comienzan a manifestarse en Chascomús . “Estamos como si hubiésemos recibido una maldición”, indicó un edil. Lo cierto es que los empleados percibieron sus haberes como es habitual, pero no así las horas extra, según señalaron desde la comuna.

Mientras que Lezama se quedó con una gran superficie de tierras fértiles y alto potencial de productividad, Chascomús y Gobbi sufren; no sólo por la posible quiebra a raíz de la famosa rifa, sino también por los interminables problemas económicos que padece.

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