Una vez el plan pudo ser armar un partido propio, conformar un espacio provincial para ubicar legisladores en el Parlamento bonaerense y, también, colar, desde un sitio más independiente, algunos funcionarios de rango en el gabinete de Scioli. Pero el plan no prosperó, y dejó lugar a un proceso de adhesión a partidos fuertes. Salvo el caso de Tres Arroyos, donde el vecinalismo, hoy en manos de Carlos Sánchez, siempre gobernó de forma independiente, el resto de las expresiones mu-nicipales quedó ensamblado con los frentes electorales de mayor potencia. En la Sexta sección, a la que pertenece la mencionada ciudad, y resulta la más emblemática en cuanto al armado de estas expresiones locales, el vecinalismo quedó aliado al FpV. Fueron los casos del intendente Hugo Starc, de Coronel Rosales, y José Martínez, de Gonzales Chaves, cuyas listas adhirieron al oficialismo. También fue el caso de Ricardo Móccero en Coronel Suárez, aunque con la variable de que el ex jefe comunal fue como candidato a di-putado provincial del FpV, y uno de los que gestionaron las alianzas electorales.
En la Segunda sección, también tierra de vecinalistas, Marcelo Skansi, de Carmen de Areco; Adrián Sánchez, de Exaltación de la Cruz; Pablo Guacone, de San Pedro; y Osvaldo Caffaro, con su Agrupación Municipal Nuevo Zárate, adhirieron al FpV; y Ricardo Curutchet, de Marcos Paz, que jugó con la nómina oficialista. En tanto, el Frente Renovador no se quedó atrás y cerró filas con el intendente de Rojas, Martín Caso. En la Primera sección, Oscar Luciani, de Luján y del Frente Cívico Veci-nal, juega hace tiempo en el marco del Frente Cívico y Social. En la Quinta, por su parte, el jefe comunal, Gustavo Pulti, líder de Acción Marplatense, conserva su rango oficialista.
Sin duda, el fenómeno del vecinalismo, entendido como un espacio local independiente de las expresiones provinciales y nacionales, dejó de ser una realidad. Estos ámbitos, que nacieron con diferentes orígenes (algunos de una interna radical o del PJ, otros como opositores al intendente de turno), respetaron sus diferencias y, desde ese lugar, armaron un frente que los contuviera a nivel provincial. Sin embargo, 2014 los encuentra en una situación particular: mantienen una apariencia autónoma pero dependen de una estructura provincial o nacional. La necesidad de seguro electoral en el territorio bonaerense mue-ve a los jefes del FpV, el FR y el radicalismo en todas sus variables, a convocar a estos exitosos jefes comunales. A los vecinalistas les cuesta sostener su independencia sin los recursos de infraestructura, seguridad y salud que ofrecen los gobiernos y los partidos fuertes. Diez años atrás, la sumatoria de votos de los municipalistas había logrado conformar un piso electoral del 16 por ciento en la Provincia. Hoy, ese número deberá rastrearse en los partidos donde están afincados. |