Es lunes por la mañana. El radical Luis Alejandro Cellillo tiene en su despacho los dibujos que presentará en sociedad. Sus funcionarios, que irrumpen en la oficina mientras el alcalde acomoda las imágenes y se prepara para describir ante La Tecla sus dotes artísticas, se sorprenden porque desconocían la otra cara de su jefe. A pesar de esto, no es nueva su atracción por el lápiz y el papel. “En la escuela y en la facultad dibujaba los márgenes de las hojas”, cuenta el mandatario, quien aún mantiene la pasión, más de cuatro décadas después de aquellos días de guardapolvo.
-¿Cómo nace su atracción por el dibujo?
-La pasión por el dibujo es innata en mí, toda la vida he dibujado. A los ocho años comencé a estudiar. En esa época me sentí mas cómodo trabajando con la tinta china, con el lápiz y con la carbonilla; muchas de las cosas que hago no tienen color porque me cuesta un poco manejar ese tema. En estos últimos años trabajé con el pastel y empecé a aprender a pintar con acuarelas, lo cual es un mundo distinto; pero por cuestiones de tiempo no me he dedicado mucho a afianzarme en esa técnica. Tengo que profundizar en lo que es pulir las técnicas, avanzar sobre el dominio del color. Paradójicamente tengo una dificultad genética para detectar algunos colores. Tengo una ceguera parcial para el rojo y el verde; a veces veo grises que son verdes.
-¿Se le complica dibujar siendo intendente?
-Lo hago como un aficionado; por el momento el dibujo está un poco relegado, pero no sólo por la función política, sino también porque todavía me dedico a la medicina y otras actividades familiares. Ahora dibujo mucho con birome; me siento muy cómodo con la Bic trazo grueso azul, y si mancha, mejor; me gusta la libertad que da la lapicera, y la velocidad.
-Se observan caricaturas de músicos, ¿siempre dibujó esto?
-A los once años hacía cosas gauchescas; en la adolescencia empecé con motos y autos. Luego, en la colimba, dibujaba al Flaco Spinetta y Pappo, entre otros; algunos compañeros aún guardan esos dibujos.
-¿Y siguió estudiando después de eso?
-Durante 2004 y 2005 me interioricé en las caricaturas. Estudié con Gustavo González, un caricaturista que ha publicado en varios medios nacionales y ganado premios internacionales. Además, con Gustavo compartimos la pasión por el cómic, por la historieta.
-Retomó luego de varios años...
-A los 40 años fue dar un giro de tuerca sobre el aprender de las artes gráficas. Era una fiesta ir todos los sábados a aprender caricatura. Al momento de dibujar, soy muy exigente; por eso no publico; aunque a éstos (los dibujos que se ven en las imágenes) los he publicado como parte del taller.
-¿En qué artistas se inspira?
-De chico veía en Anteojitos a Juan Arancio, que dibujaba con tinta china. Me gustaba Andrés Cascioli, quien hacía las tapas en Humor. También Nine, Carlos Alonso, Castagnino; y me apasiona Luis Scafati. También me gusta mucho lo que dibujaba (Roberto) Fontanarrosa. En el plano internacional, Caravaggio; tuve el placer de ver obras en vivo y en directo. |