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10 de noviembre de 2019

Boca, la otra pelea entre Alberto y Macri

El próximo presidente está decidido a acabar con el macrismo en Boca Juniors, por ello cuenta con dos flancos de ataque. Desde la unidad de la oposición para medir fuerzas mano a mano, hasta una virtual alianza con el oficialismo pero con un candidato “autónomo”. Cabandié como monje negro y el rol de Riquelme en la jugada del peronismo.

Boca, la otra pelea entre Alberto y Macri - La Tecla

Alberto Fernández ganó las elecciones en primera vuelta y se consagró como el próximo presidente de los argentinos. Del otro lado, del derrotado, quedó Mauricio Macri que se convirtió en el primer mandatario en no lograr una reelección o al menos llegar a la segunda vuelta para tener otra opción ante el electorado. Es cierto que la paliza de las PASO del 11 de agosto se diluyó en la votación del 27 de octubre, sin embargo la victoria fue más que contundente para el candidato de Todos.

El triunfo del cabecilla del peronismo unido por sobre quien, desde ese espacio, apuntan como el “representante del neoliberalismo” podría haber sido el inicio del fin que llegaría con la transición y el traspaso de la banda presidencial. No obstante, Alberto todavía guarda una carta para jugar en su mano a mano contra Macri casi con la misma obsesión que con la que buscó quedarse con la llave de la Casa Rosada.

Se trata del Club Atlético Boca Juniors, la cuna del macrismo y puntal del proyecto político que el por ahora presidente trasladó a la Ciudad de Buenos Aires y más tarde llegó al sillón de Rivadavia. En definitiva, el deseo de Alberto es acabar con el largo período de dominio macrista en la institución de la ribera porteña.

Claro está, si bien Macri dejó la presidencia del club desde hace varios años, sus sucesores siempre fueron hombres puestos por él. Por caso, Daniel Angelici quien abandonará su cargo en diciembre próximo, es uno de los principales operadores judiciales del Jefe de Estado. Así lo dejó en evidencia la propia Elisa Carrió. En tanto, “el Tano” también tiene incidencia política en Juntos por el Cambio con algunas bancas en la legislatura porteña y bonaerense, además de candidatos a intendentes como Miguel Cumba (Pehuajó).

El dominio de Macri en Boca se extendió a pesar de su paso al costado. En ese sentido, el ex Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner quiere el “tiro de gracia” para el macrismo y derrotarlo en su propia cuna.

El deseo de Alberto no es un simple capricho de ambición en la búsqueda de ir por todo, sino que tiene sus avales en el pobre presente deportivo del club. El lema de Angelici en 2011 cuando Macri lo bendijo como su reemplazante fue: “renova el pasaporte, del resto nos ocupamos nosotros”. De esa manera, la promesa de campaña se refería al regreso de Boca Juniors en el título más importante, el Mundial de Clubes.

No solo no pasó, sino que el derrotero lo ubicó en una serie de manos a manos perdidas contra su eterno rival, River Plate. La frutilla del postre, la final de la Copa Libertadores 2018 en Madrid que “el Millonario” ganó 3 a 1. La herida nunca cerró, sino que se agrandó. En la última edición del torneo internacional, el equipo de Núñez volvió a dejar al Xeneixe con las manos vacías, lo eliminó y lo dejó sin final.

El tendal de cachetazos deportivos y el descontento del hincha que en el último partido vibró al grito de “Boca va a salir campeón el día que se vayan todos los hijos de pxxx de la comisión”, propulsó las ganas del futuro presidente de buscar un batacazo histórico. Ganar las elecciones “bosteras” no es sencillo, pero la estrategia del hincha de Argentinos Juniors tiene dos ejes para alcanzar la victoria.

En la misma línea que lo ocurrido en los comicios nacionales, la unidad de la oposición es la principal punta de lanza del plan de Alberto. Para ello, designó dos caras visibles y un operador desde las sombras que es el verdadero artífice de las jugadas políticas. El sindicalista Víctor Santa María y el senador bonaerense de La Cámpora, Santiago Carreras son las dos figuras que ponen el pecho. Claro, ambos ya tuvieron ambición en el “Xeneixe”, pusieron sus nombres en carteles y cuentan con conocimiento que ayuda a evitar el duro de trabajo de instalar una nueva figura.

Así, según pudo saber LaTecla.info, el monje negro detrás de la jugada en la ribera porteña es nada más y nada menos que el diputado Juan Cabandié. Vale recordar que, Cabandié es uno de los artífices de la recomposición de la amistad entre Alberto y Cristina Fernández que derivó en la unidad del peronismo.

Con el nieto restituido como flamante operador del “albertismo”, el peronismo busca equipara el proceso de unidad de la oposición para enfrentar a Christian Gribaudo, actual titular del Instituto de Previsión Social (IPS) y el anotado por el macrismo para ser el sucesor de Angelici. Para ello, el objetivo es que los otros inscriptos para la disputa, Jorge Amor Ameal y José Beraldi, unifiquen criterios con Santa María, el cuarto inscripto. La unidad del tridente “A-B-SM” parece ser, hoy, una utopia.

Con el territorio sinuoso, Alberto y Cabandié guardan un as bajo la manga que hace honor a los años de operador político del futuro presidente. Juan Román Riquelme, es la carta ganadora que maneja el peronismo. El máximo ídolo de la hinchada de Boca, que llegó a tomar postura a su favor y en detrimento del mejor de todos los tiempos, Diego Maradona, tiene un rol central. El nexo, una vez más, fue Cabandié, quien tiene relación directa con el último “diez” bostero.

Desde hace un tiempo, comenzó a tomar fuerza la posibilidad de que Riquelme sea candidato. Lo llamativo, quizás, es que Román sonó tanto como posible parte de la oposición y en la órbita del oficialismo macrista. Con dicho escenario, el último jueves el mismo se postuló como líder de la unidad: “Si hay unión, yo puedo pensar en ser presidente”. El hincha lo ama, y los cuatro candidatos lo saben.

Los dichos de Riquelme presionan tanto al oficialismo como a la oposición. Pidió poner por encima a Boca y, de paso, recordó cada cachetazo que River le pegó al Xeneixe. Habló y golpeó donde más duele, el sentido de pertenencia y las derrotas contra el principal rival. “Yo no conozco ningún club que se llame Club Atlético Oficialista, Club Atlético Opositor, Club Atlético Verdadera Oposición. Yo soy de Boca. Somos muchos los bosteros y tenemos que dejar en claro que somos hinchas de Boca”, lanzó Riquelme.

Entre el cuarteto de candidato, nadie tomó la posta. Sin embargo, el camporista Carreras, ladero de Santa María dejó en claro la postura del binomio peronista. “Es el camino, la unidad es imprescindible. Por el bien de Boca”, señaló al tomar las palabras de Riquelme. Es que, según pudo saber LaTecla.info, el actual senador y el sindicalista porteño no ven para nada mal un acuerdo con el macrismo, que incluya a Beraldi y Ameal, para que el único candidato sea Riquelme.

Es decir, bajar las banderas y cerrar filas con el oficialismo como una forma de “enterrar” al macrismo boquense y así dar inicio a una etapa “riquelmista”. En las filas del peronismo consideran que el ídolo tendría autonomía y sería la manera de dejar de lado a las gestiones de Macri. Los años venideros servirían para impulsar un proyecto que de por acabado al ex jefe de Gobierno porteño, ya sea con un candidato propio o con la apropiación de la eventual presidencia de Román. De esa manera, y a pesar de mantener una eventual alianza momentánea, el peronismo lo contaría como un triunfo más sobre Macri.

Hasta el próximo miércoles 20 de noviembre, habrá tiempo para la presentación de candidatos a presidente. Actualmente aparecen en las cabezas de listas Gribaudo, Ameal, Beraldi y Santa María. Mientras, Alberto y Cabandié trabajan a contrarreloj para dar el golpe de gracia al macrismo. La jugada no es sencilla, por eso la carta ganadora ya salió a la cancha. 

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