Marina Borensztein tiene 52 años y está convencida de que el cáncer de mama que le detectaron en 2011 llegó a su vida para generarle un clic y hacerla sanar. Recuperada, reconoce que, si bien fue un gran golpe, la hizo una persona más fuerte y feliz. En diálogo con La Tecla narra su experiencia y su presente como “motivadora de la vida saludable y de la felicidad”.
-¿Cómo surge esa delimitación de lo que sos?
-Yo no soy nutricionista, médica, profesora de yoga, psicóloga... Y la verdad es que, aunque me parecía raro, las personas necesitaban encuadrarme en algo. Un día, en un viaje, una colaboradora me puso en un mensaje que me envió: “Vos sos una motivadora social”. Me gustó y me adjudiqué el título de “motivadora social de vida saludable y felicidad”, porque entiendo que lo que hago abarca el cuerpo, la mente y el espíritu; es algo integral.
-¿Cuáles son los factores para un bienestar completo?
-Fundamentalmente, comer bien, hacer ejercicio, regular el nivel de estrés y dormir lo necesario. También debemos preocuparnos por la armonización energética, ya que, además de cuerpo material, somos energía que hay que aprender a equilibrar, sanar y regular. Entonces es importante aprender a transitar las emociones de manera saludable, porque todo lo que no se resuelve a nivel emocional, se traslada al cuerpo físico y nos enfermamos. Pero esta transición implica salirse de la zona de confort y meterse en el barro.
-Sos una referente para muchos y tenés constante feedback con tus seguidores. ¿Cómo te llevás con ese rol?
-Si bien yo no me catalogué como tal, siento que muchos me eligieron, y me hago cargo con mucha responsabilidad. Suelo decir que soy una especie de puente mágico que les recomienda médicos, especialistas, profesionales y lugares a donde ir a sentirse bien. Entonces, les comparto mis herramientas, para que cada uno de ellos salga a buscar aquello que le sirva y pueda convertirse en su mejor coach, su mejor gurú.
-¿Cuál es la clave del cambio de paradigma que proponés?
-Escuchar siempre al cuerpo para tener una vida saludable y feliz.
Somos energía que hay que equilibrar
Marina repara en que, además de cuerpo material, somos energía que hay que aprender a equilibrar, sanar y regular. En esta línea asegura que hay mu-chas cosas para favorecer a la armonización energética. Entre ellas señala la importancia de practicar yoga, meditación, respiración consciente y mindfulness (conciencia plena).
Dieta detox: Un licuado no es un jugo
Marina escucha a su cuerpo y, en base a lo que es-te le pide, arma su plan alimentario.
En su base están los jugos verdes. Al respecto asegura: “Tiene que ser equilibrado. Para eso hay una receta base que son tres vegetales por una fruta”.
Consultada por la diferencia entre el licuado y el jugo expresa que el último “no tiene fibra, lo que favorece a hacer una especie de desintoxicación, ya que no activa el proceso de la digestión y el cuerpo puede depurar y reparar tejidos”.
Libros
Paz, amor y jugo verde
Marina lleva publicados tres libros: Enfermé para sanar (2014), Así me cuido yo (2016) y Paz, amor y jugo verde (2018).
En el primero, a modo de diario íntimo, la autora narra el tránsito de una mujer que repentinamente se entera de que tiene cáncer; pero no como una crónica de desgracia, sino, más bien, como un cambio de paradigma y conciencia.
El segundo trabajo, en parte, despega de aquel primero en que logró transformar esa experiencia límite en una oportunidad para su desarrollo. Aquí comparte con sus lectores todo lo aprendido.
Por último, en Paz, amor y jugo verde, Marina comparte sus elixires naturales para brillar. Recetas y secretos simples para una existencia saludable y plena en cuerpo, mente y espíritu.
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