La denuncia sobre dos chiringos -puestos de bebidas- sin habilitación se convirtió en una bola de nieve para el intendente de Pinamar, Martín Yeza. Y será uno de los dos casos por los que será interpelado en octubre. El otro es la acusación por malversación de fondos en la obra de renovación urbana en la avenida Bunge, como ya informó La Tecla.
La primera interpelación al intendente será el el lunes 8 de octubre por irregularidades en los controles de los chiringos, luego de que la oposición alertó sobre ellos ante el área de Fiscalización.
Los puestos se levantaron, aunque los vínculos que aparecieron detrás de los emprendimientos generaron más preguntas y complicaron a dos funcionarios.
Desde que el hecho salió a la luz hubo reiterados pedidos de informes, presentaciones de funcionarios en el Concejo Deliberante, respuestas evasivas y preguntas sin contestar, para la oposición.
Separados por unos 500 metros, los chiringos estaban en inmediaciones de la pasarela de acceso a la playa de Cariló. Uno de ellos, dentro del predio correspondiente al hotel Puerto Pirata. El otro, en tanto, en espacio público frente al hotel Marcín.
El caso mutó de un expediente netamente técnico a uno más complejo, cuando los concejales del bloque PROPIN, que hicieron la presentación, descubrieron que había lazos que comprometían a los responsables de esos chiringos con los funcionarios del área de Fiscalización de la Municipalidad.
Demiford S.A. es la firma que comercializaba el puesto de bebidas dentro del espacio del hotel Puerto Pirata. Como apoderado de esa empresa apareció Marcelo Manrique, padre del entonces subsecretario de Fiscalización del Municipio, Sebastián Manrique.
Por otro lado, Matías Astrada asumió la responsabilidad por el otro chiringo, ubicado frente al hotel Marcín. También se tiró del hilo en este caso. Se descubrió que Astrada había participado del cierre de campaña local de Cambiemos y de varias reuniones en las que estuvo presente Pablo Bertozzi, director de Fiscalización y, además, tío del jefe comunal.
“Seguimos el curso del expediente para garantizar que todo se hubiera hecho correctamente. En ese momento encontramos cosas mal hechas, como actas mal labradas”, afirmó a La Tecla Guillermo Migliorini, edil de PROPIN.
Los concejales de este espacio que llevaron el caso a la Justicia le pidieron a la Fiscalía de Pinamar que informe si existe la posible comisión de delitos ante el funcionamiento de los dos chiringos que salpican a dos funcionarios del gobierno de Yeza. Y no se descarta que pueda haber incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La interpelación a Yeza o a un funcionario responsable, de acuerdo al artículo 108 inciso 7 de la Ley Orgánica de las Munici-palidades, fue, para la oposición, un recurso ante la falta de respuestas. Lo mismo en el caso de la obra Centralidad Pinamar, por el que el jefe comunal deberá responder el 25 de octubre.
Dudas
“Lo arreglé con Manrique”, fue el comentario que recibieron los ediles cuando abordaron el 8 de febrero a la persona que atendía ese chiringo. En el otro, les dijeron que hacían política al consultar sobre las habilitaciones.
Por el chiringo frente al hotel Marcín, la multa se aplicó al responsable, Astrada, “en representación de Marcín S.R.L.”, cuando ambos sujetos no aparecen relacionados. Un procedimiento que, según el secretario de Gobierno, Guillermo Benítez, “no se adecuó a derecho”, de acuerdo a la denuncia presentada.
Desde Cambiemos pidieron dejar que la Justicia investigue y atribuyeron a un “circo” la motorización de las in-terpelaciones por parte los bloques opositores, Unidad Ciudadana y PROPIN. El Municipio, por su parte, evitó referirse a la cuestión, ante una nueva consulta de este medio. La tarea de fiscalización, así, quedó envuelta en polémica de cara a la próxima temporada.n |
