Argentina
Lunes, 18 marzo 2024
LA TRAYECTORIA
22 de enero de 2020

Carlos Rottemberg: el hombre detrás de las bambalinas

En diálogo con La Tecla, el empresario se refirió a los casi cincuenta años que lleva como productor teatral en Buenos Aires y Mar del Plata. Además habló de su feliz presente familiar junto a su esposa, Karina, e hijos, Tomás, Nicolás y la bebé Matilda, de siete meses

Carlos Rottemberg: el hombre detrás de las bambalinas - La Tecla

Con casi cincuenta años de carrera y más de mil obras en cartel, Carlos Rottemberg sigue en vigencia y trabaja en lo que tanto ama: la producción y la restauración de teatros.
En diálogo con La Tecla, el empresario reflexionó sobre sus expectativas para la actual temporada y del hermoso presente familiar que atraviesa.

-¿Qué expectativas tiene para este verano?
-Estoy en Mar del Plata; es la temporada ininterrumpida número cuarenta y dos, entre la costa y Buenos Aires. Siempre me instalo desde antes de Navidad hasta marzo. Las expectativas que tenemos está dada porque lo que uno presenta, interese, convoque al público; creer que aquello que se prefirió es lo que la gente quiere ver. Después se levantan las marquesinas, abren las boletarías y vemos la realidad, si el público acepta o esquiva nuestra propuesta.

-Del amplio abanico de obras que habrá en tu teatro, ¿cuál le despertó mayor interés?
-Esa es la gran zanahoria de esta profesión, tiene mucho de lúdico, siempre se trata de seguir buscando la fórmula del éxito, que sabemos que no existe.

-¿Qué observa antes de producir una obra o restaurar un teatro?
-Siempre me interesó más la preservación y construcción del edificio teatral. Es mi mundo más habitual. Siempre me picó el bichito de la obra de teatro referida al edificio, el escenario. Cuando nos sentamos a ver una obra, no pensamos en si es contemporánea o existe en un lugar que otro construyó hace cien años. Estoy convencido de que los edificios teatrales sobreviven a las personas y a las empresas, hacen que el hecho artístico sea posible sobre los escenarios; por eso, siempre se me escucha hablar de la obra propiamente dicha. 

-¿Cuál es el género que protagoniza estos tiempos?
-Creo que varía. A veces es la comedia; otras, la revista; y de repente ocurren cambios. Por ejemplo, cuando estrenamos el drama Apaguen la luz (1986) fue un éxito total y ampliamente sorprendente, con un elenco estelar de figuras de renombre, como Luis Brandoni, Marta Bianchi, Leonor Manso y Patricio Contreras. Fue algo así como la vedette de la taquilla de ese verano. 

-¿Qué propuesta le resulta más que interesante?
-Una que vi en Buenos Aires y me parece de excelencia teatral, que es El equilibrista, 
de Mauricio Dayub. Me gustó y la programé para que esté en el teatro Bristol (Mar del Plata), con todas las ganas de poder compartirlo con el público. 

-¿Cómo ve trabajar junto a su hijo mayor?
-Con satisfacción, porque mi hijo continuó con la actividad y se puso la empresa al hombro. Es muy tranquilizador para esta gestión que empezó con una familia que no provenía del espectáculo. Con esto me refiero al lineamiento de continuar un concepto que tiene que ver con la ética profesional del trabajo. 

-¿Cómo vive la rutina con los dos más chicos?
-Ninguna diferencia con cualquier papá que tenga hijos y compatibilice trabajo y descanso. La ventaja de tener a Tomás (33) al frente me lleva a estar más relajado en cuanto a la experiencia. Se hace muy lindo compartir un trabajo como cualquier otro mezclado con los nombres de superhéroes que Nicolás elige y esperando que la beba comience a elegir a las princesas. 

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