Aunque muchas veces se piense que los juguetes sexuales son algo relativamente nuevo, no es así. Sus primeros registros datan de la antigua Grecia, en donde se utilizaban tanto para la satisfacción propia como para enriquecer las relaciones sexuales en pareja.
Según cuenta la historia, el primer vibrador fue a pedido de Cleopatra, una mujer adelantada para su época, que tomó un rollo de papiro, lo llenó de abejas vivas y descubrió que el revoloteo de sus alas provocaba el efecto placentero que buscaba.
Claro que de aquel primer sextoy casero hecho en Grecia al presente corrió mucha agua bajo el puente. En los siglos XX y XXI se hizo manifiesta una clara lucha que conjugó tres frentes: los tabúes alrededor de la sexualidad; las batallas ganadas en lo que refiere a
la libertad e intimidad; y un desarrollo tecnológico imparable que impactó también en la búsqueda de placer.
Poco a poco, estos productos fueron convirtiéndose en objetos de consumo ‘normalizado’; es decir, forman parte de la vida sexual de las personas. Sin embargo hay mujeres a las que todavía les da cierto pudor el solo pensar en comprar un juguete erótico, y hay varones que sienten que incorporarlos sería dejar de lado su hombría. La realidad es que nada de esto es verdad. El problema radica en dos aspectos que coartan las libertades: por un lado, el desconocimiento que existe acerca de este tipo de productos debido a la falta de educación sexual; y por otro, los estereotipos o prejuicios que se tienen respecto de quienes los utilizan.
Hay que entender que además de un condimento para tu diversión íntima, los juguetes sexuales son herramientas terapéuticas que los profesionales recomiendan para ayudar a resolver problemas tales como la anorgasmia, es decir, la incapacidad que experimentan algunas mujeres para alcanzar el orgasmo. Es que, en definitiva, para saber lo que nos gusta, primero tenemos que descubrirlo.
Y luego de conocerlo, comunicarlo a la pareja para alcanzar juntos el máximo placer.
¿Vos todavía no tenés el tuyo?
Tips claves para comprar
Si es la primera vez que vas a un sexshop, no temas preguntar para recibir asesoramiento. Sin embargo tené en cuenta los siguientes consejos:
- Pensá qué zona es la que querés estimular (clítoris, punto G, ano, etcétera). Eso te permitirá acotar tu selección al producto que más se adapte a lo que buscás.
- Asesorate: los productos también varían acorde a la franja etaria y la madurez sexual de la persona.
- Comprá con todos los sentidos. Suele creerse que cuanto más grande, mejor; pero la verdad es que todo depende de la potencia. Hay vibradores de dimensiones más reducidas que podrán garantizarte increíbles orgasmos.
- Optá por los mejores materiales: asegurarte productos de calidad es parte de tu salud sexual.
Regalá placer
Hoy en día, la mayoría de los sexshops ofrecen gift card, es decir, tarjetas por un monto de dinero determinado que pueden regalarse para cumpleaños, días del amigo, aniversarios... y, por qué no, Navidad o Reyes.
Comprá por internet
Siempre será mejor concurrir al sexshop para ser asesorados. Pero si te frena el pudor, también podés hacer tu compra vía online. De esta manera, un discreto paquete llegará a tu hogar y no tendrás que preocuparte por tu privacidad.
INEZ, el más VIP
Fabricado por Lelo, este masajeador se hace por encargo en acero inoxidable o en oro 24 quilates. Ofrece cinco modos de estimulación, desde el más suave al más fuerte, y es recargable. Precio: 15.000 dólares.
Pasión clitoridiana
SONA™ 2 Cruise garantiza fabulosos orgasmos solo con la vibración de ondas sónicas. Este juguete aumenta automáticamente la intensidad cuando se presiona contra el cuerpo. Precio: 139 dólares.
Un kit para ellos
El F1s Developer’s Kit Red de Lelo fue pensado para el placer masculino.
Este juguete sexual es el más vendido, ya que uno de sus motores emite potentes ondas sónicas que penetran profundamente en el pene desde todas las direcciones al mismo tiempo.
Precio: 189 dólares.
Para jugar de a dos
El TIANI™ 3 fue pensado para la diversión en conjunto, ya que trae un dispositivo suave y flexible que se adapta al cuerpo de ella para estimular intensamente el clítoris. Además viene con un mando para que la otra persona maneje las intensidades. Puede usarse como complemento.
n Precio: 169 dólares.
Soraya, doble estimulación
Rediseñado en base a su antecesor, el Soraya 2 incorpora una punta más ancha y gruesa, moldeada para intensificar las sensaciones en el Punto G. Cuenta con un diseño ergonómico perfecto para adaptarse a todos los tipos de cuerpo y trae 12 modos de vibración para explorar. n Precio: 219 dólares.
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