El presidente de la Nación, Mauricio Macri, autorizó hoy el alojamiento en la embajada argentina para el ministro de Gobierno de Evo Morales, Carlos Romero. De todos modos, fuentes de la sede diplomática aclararon que no está "asilado", sino que por el contrario está como "huésped" en el lugar.
“La Argentina respeta el derecho de asilo como un derecho fundamental consagrado en la Convención de los Derechos Humanos. No obstante ello, la embajada argentina en Bolivia informa que el ex ministro de Gobierno Carlos Romero NO se encuentra asilado en esta representación diplomática”, señala un comunicado de prensa.
La postura de nuestro país hace equilibrio entre la versión oficial de Cancillería, que se refirió al golpe de Estado como "un periodo de transición abierto por las vías institucionales", y las presiones de la oposición por sentar un rechazo a lo sucedido en el país vecino.
Otras fuentes de la Cancillería dijeron a Télam que Romero está “a resguardo” en la sede argentina, probablemente temeroso de eventuales represalias de parte de los sectores opositores que orquestaron Golpe de Estado que forzó la renuncia de Morales.
Los temores de los funcionarios bolivianos tienen asidero en las amenazas, destrozos y allanamientos que recibieron en las última horas por parte de las fuerzas de seguridad que respaldan la inestabilidad democrática. Uno de los casos más repudiables fue el incendio de la Alcaldía de Cochabamba y la persecución de la alcaldesa de la ciudad, Patricia Arce, que fue arrastrada por la calle, donde la rociaron pintura y le cortaron el pelo.
Por otra parte, y antes de conocerse el alojamiento del ex ministro boliviano, el canciller Jorge Faurie había negado que el gobierno de Macri hubiera recibido un "pedido de asilo" de Morales, ya sea en la Embajada argentina en La Paz o viniendo al país. |
