Las apps sociales conectan, acerca, informan, pero también saturan y, si bien, hoy resultan necesarias, es fácil caer en la trampa de la comparación y sentir que las propias experiencias no cumplen con los estándares que allí se muestran.
Cuando se abre TikTok o Instagram, la pantalla se llena de imágenes de personas viajando a lugares paradisíacos, luciendo una apariencia aparentemente perfecta, vistiendo ropa de marca, disfrutando de comidas en lugares increíbles y compartiendo sus logros y éxitos.
Influencers, famosos y hasta usuarios sin llegada masiva, comparten situaciones y hasta momentos de la rutina cotidiana que están cargados de una perfección estética sin dejar nada al azar.
El fenómeno se hace especialmente evidente en eventos significativos como fiestas, vacaciones o celebraciones, donde las expectativas suelen estar infladas por las imágenes idealizadas que se ven en las plataformas.
Es en estas ocasiones, donde muchas veces, los usuarios se encuentran con un dilema al abrir sus aplicaciones por temor a encontrarse con imágenes que los dejan en “fomo”, un término que se utiliza para describir el miedo a quedar afuera de algo o fuera de lugar.
Para la Licenciada en Psicología, Carolina Masami Tokashiki, “el síndrome es un estado de persistente insatisfacción que se relaciona con tristezas, depresión y una constante insatisfacción crónica”.
“Los gadgets y las redes sociales, están diseñadas para que constantemente querramos consumir más. Entonces, esto produce un proceso donde neuronalmente, es más difícil salir. Las personas consumen y escrolean horas y horas para buscar satisfacción, pero se sienten insatisfechos”, explica.
Por qué se produce la insatisfacción crónica
La presión por capturar el "momento perfecto" puede llevar a desvalorizar las propias experiencias y que la persona se sienta insatisfecha, ya que su realidad no se asemeja con lo que ve.
“La persona parte de la creencia de que lo que consume en redes, lo que ve, momentos de felicidad, de diversión, de perfección, de éxito, de resultados, es la vida cotidiana, y luego sobre esta creencia la persona se compara y se ve disminuido”, advierte la experta.
Y agrega: “La realidad humana está muy lejos de ser perfecta, más bien lo que la caracteriza a la humanidad, lo que le da su belleza, es la imperfección: un abanico de emociones en nuestra existencia existe la felicidad, la alegría, el placer, la diversión, pero también se vive el dolor, la tristeza, la frustración, la ira, la desesperanza”.
Asimismo, para la licenciada, es importante resaltar como esto afecta orgánicamente en el cuerpo: Todo sentimiento tiene un correlativo hormonal, entonces, toda vez que consumimos redes sociales y pasamos por este proceso de compararnos con algo perfecto y nosotros, efectivamente, sentirnos en menos, lo que hacemos es repetir una y otra vez una producción hormonal que afecta, al neurodesarrollo, a nuestra capacidad de creatividad y, de poder vivenciar el momento.
Cómo lidiar con el ‘síndrome del momento perfecto’
Es importante entender que este síndrome ya está presente y no hay que subestimar sus consecuencias, porque es cada vez más común la consulta en los consultorios por una insatisfacción que parte, en mayor medida por el alto consumo digital.
En este sentido, la licenciada remarca que: “Aquellos que se sientan identificados con esto, es importante que primero hagan una consulta y, además incluyan en su rutina actividades que pueden ayudar a generar dopamina, la llamada hormona de la felicidad”.
¿Se puede contrarrestar esta insatisfacción?
En relación a esto, la profesional explica que hay actividades que son esenciales: “Los métodos de respiración permiten efectivamente concentrarnos en el aquí y ahora y, mejorar nuestro estado clínico. También, es recomendable los encuentros sociales para obtener momentos de felicidad. La práctica del midfulness y realizar ejercicio. Estos cuatro puntos pueden ser practicados por cualquier persona, y le van a servir para poder combatir los efectos de este síndrome”.
Con un enfoque consciente en la salud mental y la aplicación de técnicas como la atención plena, se puede vivir de manera más plena y satisfactoria. Reconociendo que la perfección es una meta inalcanzable, pero cada momento tiene su propio valor único.
La Licenciada en Psicología y Sexóloga, Carolina Masami Tokashiki es egresada de la Universidad del Salvador y, desde 2011 ofrece atención en las áreas de salud mental.
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