Sergio Massa, desde el tercer lugar de las PASO encaró una de las más precisas y quirúrgicas campañas políticas para lograr lo que parecía imposible hace sólo dos meses: quedar primero en las elecciones generales y muy bien posicionado para el balotaje contra Javier Milei, el libertario que se cegó con su triunfo en las primarias, se creía invencible y ahora ve cómo esa victoria festejada antes de tiempo se le escurre como agua entre los dedos. Electoralmente hablando, Massa hizo todo bien, aun en medio de una escalada inflacionaria y un jugueteo del mercado con el dólar que puso al ministro candidato frente a diversas encrucijadas. Está claro que si es ratificado como el próximo Presidente de los argentinos, el actual conductor económico deberá desactivar varios explosivos financieros y de caja que él mismo armó con tal de llegar a ese objetivo que lo obsesiona desde muy joven. Pero eso será materia para después. |