La ciencia aplicada a los tratamientos faciales avanzó mucho en los últimos diez años y las posibilidades para modificar la apariencia con intervenciones estéticas son variadas y, lo más importante, seguras. El botox es el término más familiar a la hora de pensar en algo que revierta el aspecto envejecido de la piel y consiste en una o varias micro inyecciones de toxina botulínica que producen un efecto tensor. Su resultado es relajar completamente los músculos de la zona elegida y con esto producir una especie de planchado en la zona. Esta opción es casi indolora -solo se sienten leves pinchazos- y tarda en hacer efecto entre 3 y siete días y su duración varía entre 5 y 6 meses. |