En un contexto de crisis social y económica, la Iglesia combina el mensaje navideño de esperanza y encuentro con una mirada crítica sobre la realidad del país, el rumbo político y las desigualdades que atraviesan a los sectores más vulnerables.

Navidad 2025: la Iglesia toma la palabra

En la antesala de la Navidad y en un contexto político, social y económico atravesado por fuertes tensiones, distintos sectores de la Iglesia católica y del campo religioso expresaron posicionamientos que, con matices, confluyen en una mirada crítica sobre el rumbo del país, el impacto de las políticas públicas y el deterioro de las condiciones de vida de amplios sectores de la población. Los pronunciamientos combinan llamados a la esperanza y al diálogo con advertencias sobre desigualdad, fragmentación social y pérdida de derechos.

Desde el plano institucional, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina dirigió un mensaje al Gobierno nacional en el que planteó la necesidad de fortalecer una paz social sostenida en el cuidado de las personas, en especial de los sectores más vulnerables como los pobres, los trabajadores y los adultos mayores. En ese marco, reafirmó la disposición de la Iglesia a colaborar en iniciativas orientadas al bienestar integral del pueblo y a la construcción de una cultura del encuentro, al tiempo que sigue pendiente una audiencia solicitada con el presidente Javier Milei.

Conferencia Episcopal Argentina

En una línea más concreta sobre el debate económico, la Pastoral Social de Rosario fijó una postura pública frente a la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo. Sin ingresar en definiciones técnicas ni partidarias, el documento planteó que cualquier modificación del régimen de trabajo debe partir del reconocimiento del trabajador como sujeto de derechos y no como una variable de ajuste. Desde la Doctrina Social de la Iglesia, se subrayó el rol de la política orientada al bien común y se reivindicó el trabajo como un derecho fundamental y un pilar de la dignidad humana.

El pronunciamiento rosarino advirtió además sobre los riesgos sociales de la desocupación, la informalidad y la precarización laboral, a las que definió como verdaderas calamidades sociales. En ese sentido, sostuvo que el Estado debe generar condiciones para el empleo genuino sin desentenderse de su responsabilidad como garante del bien común, y enumeró derechos laborales que consideró irrenunciables, como la justa remuneración, la seguridad social, el descanso, la protección de la salud y la libertad sindical.

Desde el ámbito episcopal, el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, ofreció una reflexión centrada en la esperanza como respuesta frente a un escenario de dificultades económicas, sociales y políticas. Sin desconocer el impacto de la desigualdad, remarcó la necesidad de fortalecer los lazos comunitarios, el diálogo y la fraternidad para evitar una mayor fragmentación social. Su mensaje puso el acento en el sentido espiritual de la Navidad como oportunidad para promover gestos concretos de encuentro y reconciliación.

En una postura más confrontativa, referentes de Curas en Opción por los Pobres plantearon una crítica directa al modelo económico actual, al que señalan como generador de exclusión y transferencia de recursos desde los sectores más vulnerables hacia los más concentrados. Desde esa mirada, se cuestiona la reducción del rol del Estado y el impacto de las políticas oficiales sobre jubilados, personas con discapacidad y áreas sensibles como la educación, la ciencia y la salud pública, así como los diagnósticos optimistas sobre la situación social.

Por fuera del catolicismo, pero en diálogo con el mismo contexto, referentes del campo evangélico también expresaron cuestionamientos al clima político y social. Desde una mirada territorial, advirtieron sobre el aumento de la desesperanza, la precariedad y la supervivencia cotidiana de amplios sectores, y destacaron el rol de las iglesias como espacios de contención y escucha. En conjunto, las distintas voces religiosas coinciden en señalar que el escenario actual interpela a la dirigencia política y social a priorizar a quienes atraviesan mayores dificultades, más allá de las diferencias doctrinarias o institucionales.

Carlos José Tissera: “La esperanza nos ayuda a enfrentar una sociedad que tiende a disgregarse”

En la antesala de las celebraciones de Navidad y en un contexto social y económico complejo, el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, compartió una reflexión marcada por la esperanza, sin desconocer las dificultades que atraviesa el país.

“Como cristiano siempre con esperanza, sin dejar de ver las problemáticas sociales, económicas y políticas que está viviendo el país”, expresó Tissera al analizar el clima con el que se llega a fin de año. En ese marco, advirtió sobre el impacto que la desigualdad y las dificultades económicas generan en el entramado social.

Según señaló, estas condiciones empujan a una fragmentación de la convivencia, aunque remarcó que la fe puede ofrecer una respuesta distinta: “Esa esperanza nos ayuda a saber tender lazos de unión, de fraternidad, frente a una sociedad que tiende a disgregarse muchas veces por estas situaciones de desigualdad”.

El obispo destacó además la necesidad de reforzar los vínculos comunitarios y el diálogo como herramientas para atravesar el momento actual. “Esta esperanza nos ayuda a seguir trabajando precisamente para poder ofrecer a nuestro entorno un ambiente más de fraternidad, de diálogo y de encuentro, para enfrentar el momento que vivimos todos”, afirmó.

De cara a la Nochebuena, Tissera puso el foco en el sentido profundo de la Navidad. “El centro de la Navidad es Jesús, es Dios que nace para nuestro bien”, sostuvo, y subrayó que esta celebración invita a una apertura interior.

Finalmente, llamó a vivir estas fiestas con gestos concretos hacia los demás: “Poder abrir el corazón para que Él nazca en nosotros, con actitudes nuevas de perdón, de ternura y del abrazo fraterno en familia y en nuestro alrededor”, concluyó.

“No alcanza con desear paz si no ponemos el cuerpo”: la reflexión de Paco Olveira sobre la crisis

En el marco de la Navidad, el padre Francisco “Paco” Olveira, referente de Curas en Opción por los Pobres, compartió una reflexión crítica sobre la situación política, económica y social del país, a la que definió como atravesada por “políticas de crueldad” y una creciente fragmentación social.

“Lo que vemos son políticas de crueldad, donde solamente importan los números macroeconómicos y que siempre benefician a los sectores más concentrados”, sostuvo el sacerdote. En esa línea, advirtió que “hay una transferencia de recursos cotidianos de los sectores más pobres hacia los sectores concentrados”, lo que impacta de lleno en la vida diaria y genera que “socialmente andemos disgregándonos muy mucho”.

Olveira señaló también su preocupación por el acompañamiento social que tuvo este modelo en las últimas elecciones. “Mi principal preocupación es que buena parte de la población argentina esté convalidando este modelo de crueldad”, afirmó. Y enumeró: “Es un modelo en el que se apalea a los jubilados, en el que las personas con discapacidad no cuentan, en que la educación, la ciencia y la salud pública quedan relegadas”. Frente a ese escenario, reafirmó su convicción religiosa: “Creo que la justicia social es un mandato divino”, en contraste con un discurso oficial que, según dijo, la presenta como “cosa de envidiosos o chorros que quieren robarle a los ricos”.

En clave navideña, el cura trazó un paralelismo entre el nacimiento de Jesús y la realidad actual. “Le decimos Nochebuena, sin embargo, para María y José claramente fue una noche muy complicada”, recordó, al señalar que “no tener dónde parir y traer un hijo al mundo en un corral no es algo bello”. Para Olveira, esa escena bíblica refleja lo que viven hoy “tantísimas familias en nuestra patria”, y llamó a no ser indiferentes: “Ojalá podamos ser lugar de recibir, de acogida, de no pasar de largo frente a tantas María, José y Jesús”.

Finalmente, el sacerdote cuestionó los diagnósticos optimistas sobre la situación social. “Económicamente la verdad que muy mal”, sentenció, y agregó: “No sé de dónde sacó UNICEF que bajó la pobreza en la Argentina, no es lo que vemos en nuestros barrios”. Según afirmó, el panorama se agrava por “una ausencia absoluta del Estado”, que deja a los sectores más vulnerables sin respuestas en un contexto de profunda crisis.

Pablo Gomelsky: “Nos peleamos por el poder y nos olvidamos de quienes la pasan mal”

En un mensaje atravesado por la coyuntura política, social y espiritual de fin de año, el pastor Pablo Gomelsky Pastor, subsecretario de Culto de Lomas de Zamora y referente de la iglesia “Mensaje de Salvación”, compartió una reflexión crítica sobre el presente argentino y el clima social que se vive de cara a la Navidad.

Desde una mirada política, Gomelsky consideró que el escenario no muestra cambios sustanciales respecto de discusiones históricas. “Desde lo político no ha cambiado mucho de lo que venimos hablando eternamente: esta pelea por ver quién tiene la razón y nos olvidamos de la gente”, afirmó. En ese marco, cuestionó al Gobierno nacional: “Es nefasta la presidencia de Milei en esto del show, de su idea y de no ver lo que realmente le está pasando a la gente”.

El pastor vinculó el malestar social con una sensación extendida de incertidumbre. “La gente está en desesperanza y si seguimos pensando en quién es más fuerte o quién va a mandar, nos estamos olvidando de quién la está pasando mal”, sostuvo. Para graficar ese clima, apeló a una referencia cultural: “La canción de Homero, del Pity Álvarez, habla del trabajador que no sabe qué va a pasar. Es muy real en estos tiempos”.

Consultado sobre el impacto de esa desesperanza en la vida religiosa, Gomelsky señaló que en fechas como Navidad y Año Nuevo se profundiza la búsqueda espiritual. “Hay una constante necesidad de buscar esperanza en Dios y en la iglesia”, explicó, y agregó que no sorprende el protagonismo creciente de pastores o referentes religiosos: “Las confesiones de fe somos la primera escucha. La gente viene porque está necesitada”.

Desde su experiencia territorial en Lomas de Zamora, remarcó el rol social de las iglesias: “Somos los que más gente tenemos activada en el territorio”. Y subrayó que en tiempos festivos la referencia espiritual funciona como contención: “La gente empieza a sacar cuentas de lo que pasó, de lo que no consiguió, y la fe abre la esperanza de lo que va a venir”.

En clave social, Gomelsky describió un escenario marcado por la precariedad. “Hoy la gente no está viviendo, está sobreviviendo”, afirmó, y lo contrastó con una idea central de su fe: “Jesús dijo que vino para que tengamos vida y la tengamos en abundancia, y lo que hoy estamos haciendo es sobrevivir”. En ese sentido, lamentó que “cada vez son menos los que pueden vivir y se gobierna para muy pocos”.

Finalmente, dejó una reflexión para las fiestas de fin de año con una fuerte definición política y religiosa: “Cuando te acercás a Dios es donde renovás la esperanza y entendés que el otro es posible”. Y concluyó: “Encuentro que el peronismo es muy cristiano, que las 20 verdades no son una utopía. Soy más cristiano que nunca, soy más peronista que nunca y entiendo que lo que viene de la mano de Dios puede ser posible”.

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