Los médicos nucleados en CEMIBO comienzan hoy un paro por 72 horas, que dejará sin atención a los afiliados del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA).
La institución reúne a profesionales de la Agremiación Médica Platense y los círculos médicos de Mar del Plata, Tandil, San Pedro, Trenque Lauquen, Balcarce y Ensenada.
La medida, que tendrá un fuerte impacto en varios distritos de la provincia de Buenos Aires, fue tomada por la falta de cumplimiento de pago por parte del IOMA, que adeuda una abultada cifra por los servicios.
CEMIBO aseguró que “a pesar de la predisposición de las autoridades del Instituto, no se ha efectivizado hasta el momento el pago de lo adeudado, lo cual torna insostenible la situación y nos obliga a condicionar la atención de los afiliados a la erogación de las prestaciones efectuadas en los meses de noviembre y diciembre”.
La entidad destacó que la situación afecta “no solo a pacientes y médicos, sino también a los demás integrantes del equipo sanitario e instituciones del sector salud”, añadiendo que “frente a la delicada situación económica y administrativa que viene tolerando el conjunto de los médicos a través de los años, se torna insostenible el retraso en los pagos, hecho que nos obliga a llevar adelante las medidas de reclamo referidas, a la espera de que el IOMA cumpla con las obligaciones convenidas oportunamente”.
La medida se lleva adelante en momentos en que FECLIBA, la entidad que nuclea a clínicas, sanatorios y hospitales,cortó la atención a afiliados de IOMA en los municipios de Azul, Benito Juárez, Bolívar, General Alvear, General Paz, Laprida, Las Flores, Lobos, Monte, Olavarría, Rauch, Roque Pérez, Saladillo, Tandil y Tapalqué.
El IOMA parece haber entrado en una profunda crisis, luego de conocerse el caso de la docente de Lomas de Zamora, Gabriela Ciuffarella, que luchaba contra un cáncer de médula ósea y que falleció sin que la obra social bonaerense le entregase un medicamento vital para su vida.
A este caso se sumó el de Thiago, un niño de 12 años de Punta Alta que padece fibrosis quística, es electrodependiente y está a la espera de un transplante.
Según ralatan sus familiares, el IOMA no autoriza la entrega de una droga denominada Lucanfort por "no amerita" su suministro, a pesar de que detendría el deterioro y el avance genético de su enfermedad.
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