Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
OPINION
10 de octubre de 2018

Si pasa, pasa (o cómo vender una estafa)

Por Marco Antonio Leiva / Análisis sobre el avance y el retroceso de la medida del gobierno sobre el gas.

Si pasa, pasa (o cómo vender una estafa) - La Tecla
Si pasa, pasa (o cómo vender una estafa) - La Tecla
Si pasa, pasa (o cómo vender una estafa) - La Tecla

Hasta hace unas horas estábamos apretando los dientes por causa del anuncio del pago retroactivo en 24 cuotas de las pérdidas (o disminución de ganancias, mejor dicho) de las empresas proveedoras del servicio de gas. Nos tuvieron días enojados, preguntándonos cómo hacer para no pagar eso que, a todas luces, era un disparate y hasta resultaba inconstitucional, violando leyes y violentando al conjunto de una manera pasmosa, típica de este gobierno que no para de darnos malas noticias y de bajarnos el nivel de vida cada día un poco más. Incluso sacaron al propio ministro Iguacel a justificar por todos los medios la necesidad del aumento de la tarifa y del pago retroactivo, con su cara de galán y sus buenos modales, con todo ese marketing que Cambiemos sabe utilizar a la perfección y que tiene las plataformas de difusión a plena disposición para hacerlo con estilo y llegada masiva. Hasta ayer, sin ir más lejos, el mismo diario Clarín había publicado una nota con un titular tendencioso: “Si no se respeta el contrato con las productoras, la tarifa de gas aumentará el doble o el triple”. ¡El doble o el triple! Es decir, nos invitaron a pagar las 24 cuotas con calma y resignación o, de lo contrario, deberíamos pagar hasta tres veces más por un servicio que en 3 años no ha mejorado por el 3000% de aumento que hemos sufrido para pagarlo. Una locura, que en el barrio se llama extorsión.



Pero hoy, después de toda esa amargura, de horas de fogoneo mediático, de días de campañas por las redes para no pagar dicho aumento y de estar ya pensando en qué más deberíamos resignar para hacerle frente a los nuevos aumentos, el gobierno saca el as bajo la manga y nos anoticia de la “nueva” decisión: los usuarios no pagaremos el retroactivo, sino que el Estado y las petroleras se harán cargo de absorber el aumento. ¡Brillante! Porque, ¿qué piensa el ciudadano de a pie, el sentido común? Pues lo básico, antes me iba a venir un aumento en la factura del gas, pero ahora ya no, ahora lo paga el Estado, que me cuida y se dio cuenta que mi bolsillo no da para más. Eso es lo que quieren que pensemos, porque la estrategia no podía ser más minuciosa y perfecta: después de enroscarnos con un aumento visible, nos traen un aumento invisible disfrazado de solución y enmienda. En otras palabras, lo que antes nos iba a figurar en la factura del gas, ahora lo vamos a pagar silenciosamente a través de impuestos y otras quitas a nuestro salario, porque el Estado somos nosotros.

Y así, con esta maniobra comunicacional extraordinaria, nos venden la idea mágica de que ese Estado es el gobierno de Cambiemos, que hará un sacrificio por la población y resignará dinero que es de ellos para dárnoslo a nosotros. Unos verdaderos héroes. Esto es lo que compra el electorado y por lo que, a pesar del desastre que están haciendo con la economía y la vida de los trabajadores en todo el país, siguen teniendo el poder suficiente para permanecer en el gobierno y avanzar en el saqueo feroz que están realizando desde diciembre de 2015. Pero, como decía el General, la única verdad es la realidad, y la realidad es que el dinero del que se abastece el Estado proviene de nosotros, los trabajadores, que lo sostenemos mediante los impuestos que pagamos durante toda nuestra vida tanto directa como indirectamente. Entonces, cuando nos dicen que “el Estado pagará”, lo que en verdad nos están diciendo es que nos cobrarán de todas formas la deuda, porque ha sido estatizada. 

Éste era el verdadero propósito de la estrategia, pero si lo declaraban de entrada quedaría en evidencia que la propuesta era estatizar deuda de privados y el rechazo hubiera sido inmediato. De esta manera, poniendo al frente un absurdo como lo era el pagar en 24 cuotas una deuda retroactiva a las empresas cuando estamos todos corriendo para llegar a fin de mes (los que aún podemos correr, porque los hay que ni siquiera tienen para comenzarlo), al aparecer la verdadera intención ya toman al trabajador promedio cansado, agobiado de tanta información, aturdido y confundido, y ahora aparentemente compensado por un gobierno que dice que se va a encargar de aquello con lo que quería cargar al pueblo. Esto, por supuesto, con la ayuda imponente y permanente de los medios de difusión y sus operadores, que estos días salieron a hacerse pasar por pueblo llegando hasta a llorar en cámara para “pedirle al presidente que afloje con los aumentos” y que ahora, casi como un milagro luego de tanto ruego, se pueden quedar tranquilos porque, finalmente, “el gobierno dio marcha atrás con los aumentos”. Casi milagroso.



A partir de hoy, lo que estamos viendo en esos mismos medios es que hay una autocrítica por parte del equipo de Cambiemos y que se han dado cuenta del error que cometerían de aplicarse el aumento retroactivo. Es un grupo de representantes que se equivoca, pero por la buena voluntad de reparar errores del pasado y que, a fuerza de entusiasmo y alegría, comete estos exabruptos, aunque tiene la capacidad de redimirse y retroceder cuando ve que sus propuestas no son bien recibidas por los trabajadores. Una bendición, realmente. 

Pero lo cierto es que estamos bajo la administración de los personeros del poder real, que vino a hacerse de todos nuestros recursos y a llevarnos a la destrucción no sólo económica, sino también del tejido sociocultural que está siendo diezmado con estos movimientos de pinza planificados para ponernos a discutir entre nosotros, mientras ellos siguen robándonos la Patria y el futuro. Acá no hay equivocaciones, no hay remiendos: vinieron a estatizar sus deudas y las de sus amigos, a cargarnos a todos con el pago de sus negociados y a desguazar el aparato estatal en nombre del progreso y el orden. No les demos más ventajas: esto no es una crisis, es una estafa, y la tienen que pagar ellos. Nos va la vida en esto.

Marco Antonio Leiva 
Referente Identidad Peronista 

 

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