La alianza Cambiemos funciona de diferente manera según el lugar y las circunstancias. Mientras en la Legislatura se mantienen unidos pero hay siempre una tensión, muchas veces alimentada por la interna radical, y mientras los intendentes de la UCR, en su gran mayoría, hablan de una excelente sintonía con el Ejecutivo, en los concejos deliberantes las realidades son disímiles.
La Tecla hace una recorrida por los 19 distritos de la Provincia donde el jefe comunal proviene del macrismo, o llegó desde el vecinalismo con el apoyo del PRO para la interna, como son los casos de General Pueyrredón y Bragado.
Un repaso por cada uno de los cuerpos deliberativos, cómo es su composición interna, la relación entre radicales y macristas, y las dificultades, o no, que tiene el intendente a partir de esas circunstancias.
En muchos casos, los alcaldes del PRO lidian con concejos donde no cuentan con la mayo-ría propia. Tanto en estos distritos puntuales como en aquellos donde sí hay mayoría de Cambiemos pero el bloque es heterogéneo en cuanto a la pertenencia política de los concejales, los Ejecutivos están obligados a constantes negociaciones.
La necesidad de tener a todos alineados también le abre las puertas al radicalismo para ejercer una presión extra. En todos los ámbitos de la política provincial, los muchachos de la Unión Cívica Radical reclaman lugares en el Ejecutivo y ser consultados sobre las decisiones importantes que se tomen. No en todos los casos se da; más bien, esa petición es cumplida de manera excepcional en un puñado de comunas.
Si bien son pocos los distritos en los que funcionan separados (y donde lo hacen conforman unibloque), en muy pocos se esquiva la tensión. Macristas y radicales saben que deberán hacer un enorme esfuerzo de aquí en adelante por mantenerse bajo el mismo paraguas, aunque ello lo exijan desde las altas esferas de ambos partidos. Y es en la carrera electoral que se avecina donde deberán poner el máximo esfuerzo para sortear la ruptura.
Las elecciones de 2017 son claves para los intendentes necesitados de mayorías propias en el Concejo. Y los mandatarios del PRO, salvo excepciones, lejos están de darse el privilegio de desechar aliados. En el radicalismo también buscarán usufructuar esa carencia. Es por ello que se avecinan tiempos trascendentales para mantener a Cambiemos en los distritos.
Queda mucho por transitar, y todavía falta de-finirse la estrategia que el PRO y la UCR utilizarán para encarar el próximo proceso electoral. Ante las realidades diferentes de cada municipio podría tratarse cada caso de manera puntual, aunque ello conlleve a una ingeniería compleja y difícil de sostener. Los intendentes esperarán ansiosos esas definiciones, sobre todo aquellos que no transitaron la mejor experiencia con sus aliados, y aquellos en minoría.
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