La compañía especializada en dispositivos médicos BACtrack desarrolló una especia de pulsera inteligente, cuyo cometido principal es medir el nivel de alcohol del usuario, pero a través del sudor de la piel.
No analiza la sangre directamente, pero tampoco el aliento, con lo que es más preciso que los alcoholímetros que estamos acostumbrados a soplar a lo lardo de toda la geografía española.
Como otros wearables, el BACtrack Skyn se puede conectar a través de Bluetooth con el smartphone del usuario y éste lo puede configurar para que le envíe alerta cuando esté bebiendo demasiado.
También se puede presentar en el móvil la información recopilada a lo largo de las sesiones alcohólicas.
Una de las desventajas de este alcoholímetro es que sólo puede dar una orientación del nivel en sangre de forma precisa pasado los 45 minutos desde la última copa, pues es lo que tarda el etanol en transpirar.