Varios de los ministerios importantes aún no tienen dueño, al menos conocido. La cartera de Trabajo y la de Salud, dos de las más trascendentes de la administración bonaerense están a la espera de los nuevos titulares. Los actuales ministros nada saben de sus sucesores, nada saben acerca de las políticas que tomarán o descartarán los macristas (o radicales).
¿Quién va a liderar las paritarias con los diferentes gremios? No se sabe. Hasta hace unos días el nombre de Ezequiel Sabor parecía número puesto para reemplazar al peronista Oscar Cuartango. Sin embargo, de buenas a primeras, tal como tituló la Tecla "la Provincia se quedó sin Sabor". El hombre, finalmente recalará en la Subsecretaría de Trabajo de Nación, secundando a Jorge Triaca.
¿Quién se hará cargo de los 78 hospitales de la provincia de Buenos Aires? No se sabe. Al parecer, la cartera de Salud quedará en manos del enojado radicalismo. Pero por ahora no hay confirmaciones. Tal es así que los nombres que circulan son dos: el del ex diputado provincial oriundo de Chivilcoy, Luis Blanco y el del médico cirujano y ex candidato a intendente platense, Claudio Pérez Irigoyen.
¿Y quién se hace cargo del Instituto de la Vivienda? ¿Y de la Dirección de Vialidad? Todavía hay decenas y decenas de casilleros vacíos, los cuales no son completados no por la dificultad de optar entre un candidato u otro. El principal problema de la futura administración Vidal pasa justamente por la falta de candidatos y por la reticencia a desembarcar en la jungla provincial de los pocos nombres disponibles.
"Prefieren Nación o la Ciudad", dice un radical que abre las manos a la espera de un cargo. De todos modos, al parecer, seguirá con las manos abiertas. Los lugares para el centenario partido son contados. Uno de los históricos boina blanca, el intendente de Tandil, Miguel Lunghi, reconoció resignado que a ellos les tocarán "migajas".
Otro caso caso de "casi desembarco" en provincia, similar al de Sabor, que muestra a las claras las complicaciones que la actual Vicejefa de Gobierno porteño tiene para conformar su equipo titular es el de Guadalupe Tagliaferri, quien iba a estar cargo de la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia. Incluso, según cuentan en el oficialismo, hasta mantuvo reuniones con el todavía funcionario Pablo Navarro.
Sin embargo, la presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad fue la elegida de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, como su sucesora. O sea, Stanley (esposa del futuro Jefe de Gabinete y ministro de Gobierno de Vidal, Federico Salvai) hizo todo lo posible para que Tagliaferri se quede en la CABA. Lo logró. Será la ministra de Desarrollo Social.
Vale aclarar que pese a los idas y vueltas, el puesto ya cuenta con una titular: Pilar Molina, que al igual que Tagliaferri, ya mantuvo reuniones con Navarro. Al menos eso se comenta. La futura funcionaria de Vidal es licenciada en Ciencias Políticas y se desempeña como Directora General de Niñez y Adolescencia de la Ciudad de Buenos Aires.
Todos los días un inconveniente nuevo. Todos los días un nombre que no llega y se reemplaza con un foráneo. Por caso, en las últimas horas surgió fuerte el rumor que el Director de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), Iván Budassi, no renunciaría a su puesto (aún le quedan dos años) y seguiría al frente del organismo, aunque sea por un tiempo. Todo quedaría definido en la reunión de Gabinete que Scioli encabezará esta tarde.
Algo similar ocurre con el Secretario de Turismo, Ignacio Crotto y el Asesor General de Gobierno, Gustavo Ferrari. Con permiso del mandamás provincial continuarían siendo parte de la administración provincial, en esta oportunidad representando a Cambiemos, el espacio que le ganó el balotaje presidencial a su actual jefe.
Por supuesto, no todas son malas. Hay ministerios que avanzan a paso firme en la transición. Entre ellos el de Seguridad. El ministro saliente Alejandro Granados y el entrante, Christian Ritondo, ya mantuvieron varias reuniones, que todo hace prever harán que el comienzo de la gestión nueva necesite poco tiempo para aceitarse a pleno.
Lo propio sucede en Economía. Aunque con un poco más de lentitud e inconvenientes, Silvina Batakis y Hernán Lacunza se pusieron manos a la obra con el presupuesto 2016. Hubo diferencias al principio y quejas y reclamos de un lado y de otro, pero a falta de nueve días para la asunción de las nuevas autoridades, la cosa estaría más o menos encaminada. |