Argentina
Viernes, 26 abril 2024
ROSENDO FRAGA
28 de junio de 2012

"El fin del kirchnerismo es el cristinismo"

Luego de la derrota legislativa de Néstor Kirchner y Daniel Scioli, el director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, publicó el libro" Fin de ciklo". Hoy se cumplen tres años de aquellos comicios y el analista explica, en diálogo con La Tecla, el presente y el nuevo escenario del nuevo espacio

Tras la derrota legislativa de Néstor Kirchner y Daniel Scioli en las urnas el 28 de junio de 2009, el director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, publicó el libro Fin de ciklo. Ascenso, apogeo y declinación del poder kirchnerista.

Hoy, exactamente tres años después, el analista político desglosa el presente de ese espacio político y del nuevo escenario nacional.

-A tres años de las elecciones legislativas del 28 de junio de 2009, donde Néstor Kirchner y Daniel Scioli perdieron contra De Narváez, Macri y Solá, ¿qué cambió en el escenario nacional?
-En la política argentina, muchas cosas pueden cambiar en poco tiempo. Mirando tres años atrás, cuando el oficialismo fue derrotado en la elección legislativa, lo primero que ha cambiado son las muertes de Alfonsín y Kirchner, que tuvieron efectos políticos muy importantes. Ha cambiado también la derrota electoral de entonces, y la reelección de la Presidenta, con el 54 por ciento de los votos, dos años y cuatro meses más tarde. Pero la economía resulta paradojal. En junio de 2009 el país estaba en recesión, y ello fue causa fundamental en la derrota electoral del oficialismo. En octubre de 2011, en cambio, estaba en plena expansión. Ahora, al finalizar el segundo trimestre del año, la economía se está frenando nuevamente.

-En aquel momento habló del fin de un ciclo y de la declinación del poder kirchnerista. ¿A qué atribuye que CFK haya logrado “reinventarse” y, luego, ganar con el 54 por ciento de los votos?
-La reinvención de Cristina, desde la derrota electoral de 2009, al triunfo del 2011, en mi opinión, responde a tres causas. La primera es la economía. En el trimestre en el cual tiene lugar la derrota, el PBI cayó el 6 por ciento, siendo el peor de los cuatro de ese año y el peor en nueve años del kirchnerismo en el poder. En cambio, en el último trimestre de 2011, crece al 7 por ciento.

La segunda es la ausencia de Kirchner a partir del 27 de octubre de 2010. La figura del ex presidente acusaba cierto desgaste, y al asumir Cristina como líder del oficialismo fue percibida como un gobierno nuevo. En la realidad, el kirchnerismo derivó en cristinismo.Y el cambio respecto de Moyano es, quizá, la manifestación política más relevante entre uno y otro.

-¿Considera que, en verdad, en aquel entonces el matrimonio K pensó en abandonar el gobierno?
-Supongo que cuando tuvo lugar la derrota electoral de 2009 -como sucediera durante el conflicto del campo en dos oportunidades- alguno de los dos integrantes del matrimonio Kirchner puede haber pensado en dejar el poder. Pero una cosa es pensar y otra hacerlo. En política, como en la vida, se pueden pensar muchas cosas, pero lo concreto es que no lo hicieron, como los hechos lo demostraron.

-¿De qué modo caracterizaría las distintas etapas por las que atravesó el kirchnerismo desde 2003 hasta ahora?
-El actual oficialismo, en nueve años que ha ejercido el poder, ha pasado por tres etapas. La primera (2003-2004), la transversalidad, cuando Kirchner se aleja del peronismo y busca gestar una nueva alternativa con figuras provenientes de centroizquierda, como en ese momento eran Ibarra, Binner y Juez, quienes gobernaban las tres ciudades más importantes del país. La segunda (2005-2010) es el retorno al peronismo, del cual Kirchner asume la presidencia, profundizando su alianza con Moyano. La tercera (2010-2012) es el cristinismo, que implica una nueva toma de distancia respecto del peronismo tradicional, pero, a diferencia de la transversalidad, no se busca ahora a sectores de centroizquierda, sino que se intenta una nueva etapa superadora del peronismo, en la cual Kirchner sustituye a Perón.

-¿Avizora en un futuro inmediato el “fin del kirchnerismo”?
-Creo que el fin del kirchnerismo es el cristinismo, o, por lo menos, su transformación. El primero fue entre 2005 y 2010; una versión de centroizquierda del peronismo, como el menemismo en los noventa lo fue de centroderecha. Con Cristina, en cambio, la historia política argentina se escribe en cuatro capítulos alrededor de cuatro liderazgos: Roca, Yrigoyen, Perón y Kirchner. En la nueva visión, el último es por lo menos igual que el inmediatamente anterior. Cabe recordar que 2011 fue el primer año que el peronismo no conmemoró el 17 de octubre. En cambio en 2010 el matrimonio Kirchner lo hizo junto a Moyano en el estadio de River, oportunidad en la cual se pusieron en evidencia ya divergencias entre la Presidenta y el titular de la CGT.

-¿Cuáles son los principales logros y las asignaturas pendientes del kirchnerismo?
-En un balance del kirchnerismo, reconstituyó la autoridad presidencial, algo que era fundamental tras la crisis 2001-2002. En lo económico, le tocó la mayor década de crecimiento de América Latina de su historia, y no cometió errores para impedirla en nuestro país. En lo social, durante estos nueve años se redujeron el desempleo y la pobreza. En las asignaturas pendientes está el exceso de hiperpresidencialismo, que fue la contracara de la reconstitución del poder presidencial. En lo económico, el país creció pero no logró una inserción eficaz en el mundo global. En lo social, la asignatura pendiente es la desigualdad, en la cual se avanzó poco. Inflación y baja calidad de la educación pública impidieron que se progresara más en esta cuestión.

-¿Los escándalos de corrupción hacen caer la imagen del Gobierno?
-En cuanto al problema ético que en general se manifiesta por los casos de corrupción, la realidad concreta es que cuando la economía crece y los niveles de consumo son altos, la gente les asigna poca importancia. En cambio, cuando se frena y baja el consumo, les da más importancia. Es lo que ha comenzado a suceder en el segundo trimestre del año, en paralelo a la baja en la actividad económica.

-¿Cómo analiza el rol de la oposición en este esquema?
-Tras la elección presidencial de 2011, la oposición ha quedado desarticulada. Lo realmente novedoso de ella, mirando la historia, no es que un presidente sea reelecto con el 54 por ciento de los votos, sino que el segundo tenga sólo 17 por ciento. Nunca la oposición estuvo tan fraccionada en Argentina. Ello hace que hoy, como ha sucedido en otros momentos de la historia, al no haber oposición articulada frente al peronismo que está en el poder, ésta se manifiesta con vigor dentro del oficialismo y no fuera de él.

-¿Cristina Fernández impulsará la reforma constitucional para ser reelecta?
-Todos los líderes políticos, desde el reestablecimiento de la democracia, en 1983, buscaron reformar la Constitución para poder permanecer más tiempo en el poder. Alfonsín lo intentó, pero se vio frustrado por la derrota electoral de 1987. Menem lo logró, a partir de su triunfo en la elección de 1993, que hizo posible el Pacto de Olivos. Kirchner también lo buscó, pero se lo impidió la derrota de la reelección indefinida en el referéndum de Misiones de 2006. Lo natural es que Cristina lo busque para tener otro mandato en 2015, pero serán las circunstancias políticas y, en particular, el resultado de la elección legislativa del año próximo, lo que hará posible o no la reforma.

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