Argentina
Jueves, 25 abril 2024
15/12/2010
CEDIÓ Y PERDIÓ
Aníbal, un bárbaro K que desvaría y socava
Las posiciones discontinuas y confusas del Jefe de ministros de la Nación en la problemática suscitada por los conflictos de Villa Soldati, colaboran para agrietar la gestión y erosionar su propia función. Sin brújula o con la alteración de ella, el delfín se pierde en aguas sinuosas. Ecos de cambios en el Gabinete, mientras Cristina nada entre los mareos y el mutismo
Cuando comenzaron los primeros enfrentamientos y la violencia recrudeció, el ministro nacional que más exposición detenta, se paró intransigente, luego de haber favorecido el envío de la Federal que terminó con dos víctimas fatales.

Esa postura inflexible, hermanada con la provocación, se acompañó de todo un discurso dirigido hacia terceros, con el deslinde de responsabilidades correspondiente, que en ese momento no le cabía a ningún funcionario.

Con la bajeza y la cerrazón del que no reconoce ni siquiera lo que le explota ante los ojos, acusó directamente a otro de los involucrados, Mauricio Macri, tildándolo de xenófobo y hombre de la derecha.

Las tintas sobre las espaldas ajenas continuaron cargándose, esta vez, fustigando a Eduardo Duhalde (habiendo sido su ministro de Trabajo), mientras el gobierno nacional, Cristina Fernández incluida, se paraba autista ante un escenario que se tornaba espeso y complejo de desatar.

Las reuniones fallidas entre funcionarios de Nación y porteños, encabezada por el mismo Aníbal F, terminaron de acuerdo a lo que regla la conducta política del funcionario: abrupta, confrontativa y con portazos.

Naufragando en la barbarie oficial, se produjo el primer manotazo de ahogado de la presidente, que revela cierta acción pero también que el Gabinete comienza a desarmarse como un castillo de arena.

La designación de separar el ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, dándole a una enemiga interna histórica del quilmeño, como es Nilda Garré, la conducción de la Seguridad, y con los fantasma de la abdicación de Julio Alak en la ahora cartera separada, fue leída como un golpe efectista más que efectivo.

El corolario circense fue anoche cuando las partes se juntaron, luego de operar una semana con un reloj de arena mojada, y sin otra opción, Nación y Ciudad de Buenos Aires acordaron un plan de viviendas con restricciones, comunicado por el mareado Jefe de Gabinete.

"La ciudad presentará su plan de viviendas con requisitos propios que fijará como la residencia, el orden y la prioridad, pero cuando hablamos de financiamiento conjunto, decimos que por cada peso que la ciudad ponga, el Estado Nacional pondrá un peso", explicó el ministro.

"Todo aquel que usurpe, no tendrá derecho a formar parte de ningún plan de viviendas, ni a recibir ningún plan social y esto quedará fijado para todo el ámbito nacional. Las condiciones son las de discutir las cosas en el ámbito que corresponda y no la de presionar", continuó.

"Para la implementación, se van a cruzar las bases de datos de Nación y Ciudad para que no haya gente que cobre por duplicado", agregó Fernández.

Además, coincidió en que "quien usurpe un espacio público será excluido de plan de viviendas y de toda ayuda que brinde la ciudad".

La nebulosa en la que se sumergió este funcionario y a la que los demás responsables, el Interior de Florencio y el encabezado por Alak asistieron sin actuar como la situación lo demandaba, sólo generaron la sensación y la realidad del vacío institucional.

Una presidente dejada a suerte en primera instancia por la pasividad de sus funcionarios, pero también con una posición tomada de no poner los pies en un plato caliente que quemó a varios y gestó ecos críticos en una gestión que se topó con el primer conflicto de relevancia, luego de la muerte del ex mandatario Néstor Kirchner.

Ahora, hay dudas. Y gruesas. Los cambios para oxigenar al gobierno se reclaman a tono de decretazo para no cortar la primavera de sondeos que Cristina Fernández está atravesando.

Héctor Timerman, quien suena para reemplazar al quilmeño en la Jefatura de Gabinete, tiene un pasado negro durante la dictadura militar que él mismo reconoce. En sus inicios en el periodismo, fue director del diario “La Tarde”, un medio que apoyó el accionar de los militares, antes y después del golpe de Estado.

Al parecer, otro que dejaría su lugar en otras manos sería Julio Alak quien está al mando de la cartera de Justicia y Derechos Humanos, su reemplazante sería Esteban Righi, el Procurador General de la Nación.

Righi es una de las personas mas allegadas, en su momento, al matrimonio K. Su estudio representó al ex presidente Néstor Kirchner cuando era investigado por enriquecimiento ilícito durante su gestión en la provincia de Santa Cruz.

Al pasar Righi al Ministerio de Justicia, quedará vacante la Procuración General, la cual ocuparía el Fiscal General, Alberto Nisman una persona que a pesar de tener un perfil mediatico bastante bajo tuvo durante mucho tiempo una relación con el ex presidente de la Nación, Néstor Kirchner.

Si bien, desde el gobierno festejan la resolución del conflicto, no debe marginar de su siempre objetivo análisis que la dilación provocó tres muertes. El discurso hacia terceros y las culpas que no son, completan la radiografía política que acapara Aníbal Fernández, socavando las propias bases que defiende a capa y espada
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